No me
refiero a todos, claro, sino a los que aceptamos repetir declaraciones de algunos corruptos que
sabemos muy bien que lo son, incluso que la justicia misma ya lo sabe y espera
el tren carreta para proceder. Periodistas prestigiosos no repreguntan, no
cuestionan, no dicen, ¡pero si usted está acusado y hay pruebas! Y así asistimos
a reportajes irritantes, dándoles pantalla o papel a gente que no debería abrir
la boca tan solo por vergüenza. Entonces
comienza la sospecha, cómo puede estar sucediendo todo esto sin que paguen los
culpables de delitos demostrados? Por qué siguen estando en puestos claves de
poder algunos delincuentes? Cómo es posible que el nuevo gobierno no pueda
hacer nada para corregir esto? No estoy diciendo que intervenga en la justicia,
no, nada de eso, pero que hagan ellos las denuncias, que se presenten como
querellantes afectados por los ladrones del estado que gobernaron tantos años
robándose el patrimonio nuestro. Todos vieron cómo el día anterior a jurar el
nuevo presidente llegaron al sur del país y en avión carga, camiones de dinero,
las imágenes lo mostraron, pero nadie levantó una denuncia, no hubo ningún
fiscal, periodista, abogado o simple ciudadano que hiciera una denuncia formal.
Mientras tanto la ex presidente viajaba
a esa provincia, la suya, en avión de línea y en clase turista. Qué descaro,
qué cinismo!