Alguien muy cercano ha decidido que en
su vida hay lugar para muy pocas personas, solo gente honesta, a la medida de
su propio gusto. Y de a poco su círculo se ha ido estrechando, al punto de que
sobran los dedos de una mano. Su vara acusadora llega a los miembros más
allegados, ya no queda casi nadie que valga la pena en su estima y
consideración. Largos discursos justificando su dictamen, puntuando
situaciones, intelectualmente perfectos. Al principio yo trataba de ir
deshilvanando para entender, aconsejaba una mirada compasiva, ah, no! eso es
debilidad, era la respuesta. Uno debe manejarse con total probidad. ¿Defectos? Solo
algunos físicos entrarían en ese catálogo. Los de proceder merecen repudio y
desprecio. En fin, de a poco se fue formando alrededor de muchos un halo
discriminador por diferentes inconductas. Y en el presente yo también caí en la
rodada, de ahí el título. Ya una mano sobra para su perfecto ojo acusador. Y me
duele la falta de compasión, tan necesaria para convivir en sociedad, para
comprender que somos humanos, que nos equivocamos. Años de análisis no le han
servido para entender que no se puede, aun teniendo razón, sentirse superior y
subir a la montaña para desde arriba menospreciar a los demás. Hay un largo
camino por recorrer y alcanzar ese lugar
compasivo para uno mismo y hacia el resto de las personas. Espero que no le
lleve mucho tiempo encontrarlo. Hay gente chiquita que puede sufrir las
consecuencias.
domingo, 28 de enero de 2018
lunes, 22 de enero de 2018
SENSIBLE A LA BELLEZA MASCULINA
Mirando programas en televisión,
últimamente me veo comentando, qué buen mozo tal o cual!, o ah, mirá qué bien
envejece tal o cual? Mi hijo más chico se sonríe, y yo le digo, me doy cuenta de
que estoy envejeciendo, estoy sensible a la belleza masculina! Y nos reímos los
dos y entonces sucede que me llama si está viendo algo y aparece un buen mozo,
y yo me acerco y concuerdo o nó con su opinión, es llamativo cómo difieren a
veces los hombres de las mujeres en cuestiones de belleza. Estas cuestiones
menores nos hace llevadero el diario convivir, que a veces se ve nublado por
acontecimientos inesperados como mi dolencia actual o problemas que aparecen
cuando menos se los espera. Claro que no quiero tapar con esto el tema
principal, eh? Solo pido que si me ocurre en algún lugar con alguien en
especial, no se me note! Sería un
papelón, a mis años!
jueves, 18 de enero de 2018
MI HIJA Y YO, EL MOTOR Y LA CALMA
En uno de los primeros días de
mi afección, mi hija, muy preocupada, charlaba conmigo de cómo me veía
últimamente, planteaba que yo estaba muy
apática, o algo así, como si no me importara mucho el devenir de mi propia
vida. Recuerdo que me dijo una frase, “es como si no te importara morir mañana”
y agregó, ¿no querés ver cómo crece tu nieta? Me sentí vulnerable, dudé en mi
respuesta, pero luego de un instante sentí que el tema no era ese, sino que al
convivir diariamente con ella y estar al tanto de su múltiples planes, me había
agobiado. Es que yo necesito en estos momentos fluir, y ella es una constante
corriente que avanza y mira hacia el futuro con grandes planes. Escucharla y
cansarme es todo uno. Quizás esa sea la razón de mi descanso obligado, como
conscientemente no podía alejarme, el cuerpo hizo su trabajo y determinó por su
cuenta. Y si bien siento el no poder auxiliarla en este casi mes de mi
dolencia, ha sido necesario por alguna razón el alejamiento para poder
reflexionar y separar mi día a día de sus grandes planes, saber que siempre voy
a estar para ayudarla dentro de mis posibilidades, sin necesidad de
involucrarme en su velocidad excesiva para mí. Las grandes soluciones no
siempre están en los extremos, sino en un intermedio saludable.
lunes, 15 de enero de 2018
EN PRIMERA PERSONA Y EN TODAS LAS DEMÁS
En estos días se habla del
maltrato a la mujer, no ya en la violencia física o verbal dentro de la pareja,
que ya tiene su defensa planteada en todos los lugares donde esto ocurre, sino
en el avance o acoso sexual en diferentes situaciones, la calle, el trabajo, el
lugar de esparcimiento, etc. y además dentro de la familia o círculo cercano. De
esto voy a hablar, relatar mi propia experiencia, para después poder opinar con
conocimiento de causa. En mi infancia, ya cercana a los diez ú once años, viví
intentos de abuso. Y digo intentos, porque gracias a Dios pude defenderme y
hablar con mi mamá de lo que ocurría. Un inquilino, en los altos de la casa
donde vivía, me ofrecía chocolates para que subiera y acercarse con
inocultables intenciones, yo tomaba el chocolate y salía corriendo. El esposo
de una amiga de mi mamá me invitó a sentarme en sus rodillas y levantarme la
pollera (en este entonces las nenas no usaban pantalones). Un familiar que no
veía a menudo intentó seducirme con palabras tiernas. Mi mamá tomó cartas en
estos asuntos y el tema quedó olvidado, sí, olvidado porque se pudo enfrentar y
solucionar sin que hubiera consecuencias. Y a raíz de lo que ahora se habla,
que por supuesto no incluye violaciones que sería muy grave, el acoso o intento
de abuso está tomando un cariz extremo. Una actriz recordó que hace muchos años
un actor se masturbó en su presencia. No dijo que estuviera atada y amordazada,
¿por qué no se fue? Nadie se lo preguntó. Pero se transformó en víctima y se
condena al presunto culpable. Las mujeres no son débiles, pueden defenderse en
casos como éstos, si no lo hacen en su momento deberían superar su falta de
decisión y no traerlas al presente, me solidarizo con su situación, pero no
comparto el hacerlas públicas para sentirse mejor.
miércoles, 10 de enero de 2018
NO SÓLO LA BELLEZA ABRE PUERTAS...
También un
bastón! En estos días aciagos, en que la realidad me muestra otra cara, este
adminículo que compró gentilmente mi hijo menor al verme caminar torcida, me ha
mostrado otro mundo, el de la amabilidad ante una anciana desvalida. Estoy
primera en atención cuando llego para hacerme estudios o análisis, me ceden los
taxis, en fin, si hay protestas en relación al maltrato de los viejos, soy
testigo de todo lo contrario. Parece que no todo está perdido. También mi hijo
descubrió que le encanta hacer las compras, así que se ocupa de eso, e insiste
en que no dude en hacer dos listas por semana, allá va con el changuito, sin
ningún complejo. Y hasta las hace mejor que yo, sabe ver las ofertas y compra
lo que conviene, yo voy más a lo que necesito, no me fijo mucho. Claro que tuvo
su experiencia con su ex novia por algunos años, pero al ir solo tiene más
libertad y tiempo. En fin, en esta etapa diferente de mi vida, descubro cosas
buenas!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)