Cuando Luisa
despertó ese día y se incorporó para dirigirse al baño, sintió un crujido
debajo de su antigua cama de madera. El travesaño se había desprendido. Por
suerte, el elástico estaba asegurado con patas extras y se mantenía firme. Le
dio vueltas al asunto buscando una solución, hasta pensó en comprarse al fin un
moderno somier, pero su instinto conservador pudo más y decidió que ella misma
lo arreglaría. Buscó y buscó entre sus cosas algo que sirviera de soporte y
mantuviera en su sitio el madero. Ya casi resignada, vio entonces sobre la
repisa la caja que contenía las cenizas de su difunto esposo. Su mente comenzó
entonces una lucha denodada entre lo práctico y lo ético. No se sabe si por
haber ganado la batalla lo primero o por haber entendido que sería una doble reparación,
la envolvió cuidadosamente en papel madera y la calzó contra el cabezal y el travesaño. Se
alejó unos pasos y contempló el resultado, había quedado zanjado el percance. Además,
lo tendría más cerca y ahora para siempre. La noche siguiente sintió un bulto a
su lado, creyendo que era una de las almohadas la quiso correr, pero grande fue
su sorpresa cuando sus manos tropezaron con un cuerpo muy conocido, reposando
tranquilamente. No encendió la luz, ni se movió, pero no pudo volver a dormir.
Cuando la claridad del día se filtró por la ventana, miró a su costado, estaba
sola otra vez. Pero fue una soledad momentánea, desde entonces y cada noche su
marido la acompaña. Ella lo acepta como algo natural, pero sabe que el milagro
tiene condiciones, duerme plácidamente y en sus sueños conversan como antes.
miércoles, 21 de noviembre de 2018
domingo, 11 de noviembre de 2018
"LOCKE"
En la primera escena se ve a un hombre
con ropa de trabajo quitándose las botas y subiendo a su coche, por la marca
no es un obrero. Enciende el bluetooth en el tablero y se
pone en marcha. Recién ahí la cámara enfoca su rostro, nervioso,
agitado. A partir de entonces toda la película tratará de conversaciones que
mantiene el protagonista con diferentes personas, solo se escucharán sus voces,
no se verán escenas fuera del rodamiento incesante del automóvil por una
autopista. Lo que comienza como un viaje inesperado para estar presente en el
nacimiento de un hijo concebido ocasionalmente, se transforma en un abanico de
sucesos dramáticos y urgentes que lo ponen a trabajar desde su asiento de
conductor y solucionar los diferentes problemas. El más perentorio es una
entrega de material de concreto para realizar una obra gigantesca donde él es
el capataz y no puede estar presente. Las comunicaciones se suceden una tras
otra, intercaladas con su propio hogar, en donde sus hijos lo reclaman para un
partido de su cuadro favorito, al cual no va a llegar, y el
momento culminante en el que debe contarle a su esposa la situación que está
atravesando por su accidental infidelidad de una noche. Nunca encontró la
oportunidad para hablar con ella antes de este desenlace y un parto anticipado lo
pone entre la espada y la pared. Mientras desde la empresa para la que trabaja
le comunican su despido, su mujer no entiende razones y le pide que no regrese
al hogar, ya no será bienvenido. Un diálogo con un padre que ya no está y que
tampoco estuvo presente cuando él era niño, le agrega dramatismo a todo lo que
acontece. Más allá de la gran actuación, me impresionó la valentía del
personaje, que sigue adelante a pesar de todo. Creo que terminé completamente
enamorada de Iván Locke.
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