viernes, 27 de mayo de 2011

                        ELLA BUSCABA TERNURA…
                              ¡Y ÉL TAMBIÉN!


                          Nunca la embocaba, cuando le gustaba algún muchacho, seguro que él quería sólo “eso” y nada más, En cambio, si alguien se acercaba a ella con modales gentiles y aparentes buenas intenciones, lo miraba con desprecio al papanatas de turno. Buena parte de su juventud transcurrió en esa misma rutina, hasta que apareció “él”.

                           No era para decir: Ahhhh… pero tenía un no sé qué. Al principio le costó que se decidiera, los lugares en común los encontraba charlando distendidos, riendo despreocupados, pero ella quería algo más y él no pudo resistir su ímpetu avasallante. Por fin, se decía, ahora sí tengo a mi hombre ideal. A veces los milagros suceden, las almas gemelas se unen y todo así.

                            Ya no eran tan jóvenes y el tiempo los ayudó a tomar la decisión de formar una familia. Claro que la que motorizaba la relación era ella y él se dejaba llevar, encantado con su cómoda posición de galán consorte. Antes de que se preguntara si no se estaría equivocando, se vio en el Registro Civil y la Iglesia, todo el mismo día, para qué demorar las cosas, ¿no?

                              Le extrañaba que, en el corto noviazgo, ella no hubiera tenido la inquietud de intimar más, pero como estaba educada a la antigua y su familia era tan religiosa, lo comprendió.

                               En la gran cama de la suite nupcial, ambos con primorosos conjuntos de dormir, están tendidos, muy juntos,  tomados de la mano y charlando. En tren de romper el hielo, él le dice, muy quedo, querida, soy gay. Ella sonríe y le contesta, ya lo sé mi amor, yo también.

miércoles, 25 de mayo de 2011

CANDIDATOS SORPRESIVOS


En estos últimos tiempos han aparecido algunos “candidatos”
a mi mano en situaciones muy sorprendentes. Parece ser, que mientras esperaban que yo me liberara, vivían “otras vidas” con otras mujeres, y ahora se quieren desembarazar rápidamente de ellas para ofrecerme un futuro. Tanta liviandad me produce un enorme rechazo, y es fruto de esta época tan efímera en emociones y relaciones. No se trata de exigencias desmedidas ni de buscar al mejor, sólo de saber que algunas personas no estamos dispuestas a hipotecar nuestra vida al albur. Afortunadamente, no padezco de vanidad sobreestimada, sólo el criterio necesario para vivir mi propia vida con mis elecciones, en el presente, sola y en paz. Gracias a todos por sus ofertas, algunas serían muy estimables sino fuera por los detalles antes mencionados. Aspiro a sentimientos profundos.

sábado, 21 de mayo de 2011

Cuando una mujer ama a un hombre
No debe permanecer a su lado.
Debe irse siempre un poco
Y obligarlo a que la siga
Así lo conservará para siempre.



Cristina Scarlato

viernes, 20 de mayo de 2011

                           EL SEÑOR INGENIERO


                       El señor ingeniero llegó un viernes. Hay que romper. Lo dijo mirando la columna de la cocina, donde supuestamente se producía la obturación del paso de agua al piso inferior. Por favor, que sea el lunes, le pido,  mañana tengo una reunión. Muy bien, ningún problema, a las nueve entonces. Buenos días. Buenos días.

                       Malos días vinieron. El señor ingeniero no apareció, en su lugar, pasadas las diez, llegó Jorge, un gordo, gordo, negro, negro, bruto, bruto. A romper. Polvo y ruido por dos horas, luego descanso, voy a comprar algo, volvió a las dos de la tarde. Primer día, fin del trabajo a las diecisiete.

                       Segundo día, nadie vino hasta las doce, ahí llegó otra vez Jorge, gordo, negro, bruto, siguió con polvo y ruido y se fue a las dieciséis.

                       Llamada mía al señor ingeniero preguntando hasta cuándo y con qué continuidad. No se preocupe señora, para el fin de semana estará todo terminado. Fue el fin de semana, pero de la siguiente y no quedó todo bien terminado. El gordo, negro, bruto Jorge, recubrió columna y piso con materiales de un color bastante parecido al original, si se los mira rápido y a media luz. Nunca vi elogiar tanto a un empleado tan malo, como el ingeniero a su ayudante. ¡Es una barbaridad el gordo, cómo trabaja, de no creer! Claro, nadie puede creerlo. Ni el administrador, que también elogia, ante mi queja. Pero señora, ¡el ingeniero es un genio, no me diga!


viernes, 13 de mayo de 2011

Mis dos hijos varones me confirmaron ayer algo que ya venía sospechando, soy mi mamá. Entrando en la primera etapa de la vejez, (ahora seremos centenarios) mi figura se asemeja mucho a la de ella. Desde hace unos años me voy reconciliando con esa realidad bastante dura para mí, que luchaba por diferenciarme. Pero además, ellos me adjudicaron un defecto que no me gusta nada, como quien no quiere la cosa manifestaron que yo siempre hago lo que quiero, como ella lo hacía  y por lo que discutíamos.
Me asaltó el eco de la voz de mi hermano, no hace mucho. Fue en el sanatorio donde nació mi última nietita (tengo dos más grandes, varones). Ahí, al llegar con su mujer, me preguntaron si la había alzado, y yo, con mi mejor cara de obediencia dije, no, los papás dijeron que no la saquemos de la cunita, ellos se encargan. Mi hermano entonces dijo, bueno, igual vos vas a hacer lo que querés. Sonreí estúpidamente como si no hubiera entendido, pero la frase quedó dando vueltas en el espiral del tiempo y justo ayer chocó con la de mis dos hijos. Lo peor de todo este asunto es que, por más que quiero verme en esa calificación, no puedo hacerlo del todo. O sea, debe ser verdad, va a ser mejor que empiece a verla. Tal vez debería comenzar por si todo lo que yo hago para hacerlos sentir bien tiene que ver con eso que piensan. El ocuparme demasiado de sus cosas tiene su costado meterete y de ahí viene el tema. Dejar que cada uno resuelva sin ofrecer mi ayuda, hacerme la distraída cuando aparece alguna demanda, ocuparme de mis propias cosas es un camino. Aunque esto parecería una venganza más que un cambio, no? Ah… así que yo me meto mucho, bueno, a ver cómo se las arreglan sin mí… El punto intermedio, del que soy tan aficionada, sería la solución. Estar cuando me pidan ayuda, alejarme cuando no. Será esto o se trata de algo que ni puedo vislumbrar? No me estarán pasando factura por el divorcio? Casualmente son los varones de la familia los que me cuestionan, los que me juzgan porque tomé la decisión final, quizás ellos hubieran preferido seguir teniendo a una madre sometida a los vaivenes amorosos de su papá, soportando más humillaciones con estoicismo. Una dolorosa lección para aprender.


martes, 10 de mayo de 2011

Ayer, Solcito me hizo señas de que me sentara en el piso, como siempre lo hace para que juguemos a los apilables o a los ladrillitos. Me deslicé desde el sillón donde me había derrumbado y hacia el cual ella me miraba con curiosidad. Entonces, en lugar de traer los juegos, se puso a mis espaldas y aparecía de un lado a otro, sonriéndome con picardía. Me di cuenta entonces de que ella me estaba cuidando a mí, no yo a ella. Y tiene solo dieciseis meses.

sábado, 7 de mayo de 2011

                        LO QUE IMPORTA ES QUERER


                    La clase de gimnasia empieza cuando ella se levanta de la cama, cada mañana. Enciende el televisor, y parada o sentada, de acuerdo a la posición indicada en la pantalla, se dedica a estirar sus músculos adormecidos. La tarea del baño y el desayuno las realiza sin pensar demasiado, mirando distraída por la ventana, encendiendo la hornalla, guardando la vajilla o peinando su cabello ensortijado y rebelde.
                     Prefiere caminar las veinte cuadras que la separan de la oficina, antes que tomar colectivos atestados y malolientes. Los días de lluvia son más engorrosos, pero no cambian su rutina. Usa botas de goma y luego las cambia por los zapatos, que lleva resguardados en dos bolsas de polietileno. Sus compañeros le hacen bromas al verla llegar con el paraguas chorreando. No le importa, sonríe y sigue con lo suyo. Mira con curiosidad a las parejas que desfilan delante del mostrador, comprando algún regalo o eligiendo cosas para su propio ajuar.
                      Al terminar la jornada, apura el paso hasta su departamento. Luego de una ducha, come algo ligero, abre la puerta izquierda del placard y comienza los preparativos para la parte más importante de su día.
                       El bar, en penumbras, con apenas unos pocos concurrentes envueltos en humo y alcohol, muestra, sentada ante la barra, a una mujer impactante. Nadie reconocería en ella a la empleada metódica e indiferente que dos horas antes cumpliera con su trabajo diario. Bebe y sonríe al hombre de turno, que la querrá por esa sola noche.


domingo, 1 de mayo de 2011

                                       VISITA INESPERADA


                   Subí la persiana unos centímetros para descubrir el amanecer. Sobre el alféizar había dos globos, uno verde, el otro desapareció antes de que pudiera ver su color. Un hombre descendía por el enrejado que cubre la ventana hasta la mitad. Quise continuar subiendo la cortina enrollable, no pude, quedó atascada. En el pequeño rectángulo aparecieron dos ojos, observándome. Dos enormes y hermosos ojos claros, transparentes como el agua. No había nada más alrededor, ni arriba, ni abajo, sólo esos ojos inmensos que me daban una gran paz. Lo sentí en todo mi ser, como si un mar me cubriera y yo flotara suavemente hacia no sé qué lugar. Le pregunté su nombre, escuché: “Kal-el”, pero fue sin palabras, sólo con su mirada en la mía.

                        Ahora le estoy escribiendo al autor del comic para preguntarle cómo demonios llegó Superman hasta mi ventana.