lunes, 31 de agosto de 2020

MI VIDA "EXTERIOR"

 

         Desde ayer estoy emancipada! Mi hijo menor pudo al fin mudarse a su casita propia y aunque es seguro que extrañaremos los intercambios diarios (el me dice que soy peleona yo aseguro que son solo diferentes opiniones intercambiables) los abrazos, las comidas compartidas (aun con teléfono mediante) nos adaptaremos cada uno a su propia realidad, porque ambos somos solitarios y disfrutamos de nuestra soledad positiva, así la llamo. La pandemia ayudó de algún modo a que pudiera armar su nido, ya que trabajando desde acá pudo hacer todos los arreglos para recibir el mobiliario y los utensilios necesarios. En mi caso, recién hoy caí en la cuenta, el sábado fue la mudanza y ayer quedé reacomodando, muy entusiasmada todo el día. Y me siento bien, contenta con su progreso,  y armando mi nueva rutina, que no necesariamente será rutinaria. Solo espero que antes de fin de año podamos reunirnos las familias y amigos como antes, mis encuentros habituales con dos amigas de años, fuera de casa, cambiando el ambiente con charlas interminables, matizadas con risas y reflexiones varias. Por ahora nos conformamos con encuentros esporádicos con mis otros hijos, ellos hacen el permiso de cuidado familiar por un día. La calle la miro desde mi balcón, mientras cuido las plantas que piden atención, ya comprobé que algunas necesitan cambio de ubicación para crecer mejor, así que las voy rotando y mimando. Y por suerte Netflix tiene estrenos de series en septiembre, algunas con temporada dieciséis!  Mis libros, las películas, en fin, me preparo para la nueva etapa de mi vida “exterior”.

sábado, 15 de agosto de 2020

LAS DOS MIRADAS

                Los argentinos tenemos memoria, no es verdad que olvidemos y dejemos pasar, lo que sucede es que algunos se benefician olvidando. Y como saben relatar la historia a su conveniencia, queda en el titular lo que se quiere instalar. Quienes viven en el exterior y los jóvenes compatriotas que escuchan esos discursos, creen en ellos. Hay habilidad para equiparar faltas, la delincuencia no puede ser igual a cometer errores. Al presidente Macri lo denostaron por pertenecer a una familia corrupta. Pero él no lo es, hasta el final de la vida de su padre tuvieron malas relaciones, precisamente por las diferencias éticas. El peronismo usó y abusó de la comparación, son especialistas en borrar de un plumazo las malas acciones propias y vociferar las ajenas. A quien le interese ver cómo se comportaron anteriormente lo podrá comprobar de inmediato, yendo a los archivos de reportajes en vivo. El gobierno macrista logró restaurar las instituciones, pero no pudo superar la difamación y los golpes bajos, sobre todo del ala más dura, la que responde a la actual vicepresidente. La gobernadora anterior quiso acercarse a toda la gente, pero tropezó con los intendentes que mostraban una cara y ejecutaban otra. Le endilgaron faltas que ellos cometieron a sabiendas. Para enfrentarse a la hipocresía no basta con la buena voluntad, se necesita desenmascarar con mano firme. Y eso faltó, por eso es muy inocente ahora sorprenderse por lo que pasa, es sabido cuáles son sus intereses personales y los direccionan muy bien. La moral está en decadencia, no hay muchas esperanzas, los viejos sabemos soportar, los jóvenes tendrán que salir adelante sin confiar en nadie, por sus propios medios. Pido disculpas a quienes me siguen y los canso con mi discurso, solo puedo hacer catarsis escribiendo acá.

martes, 11 de agosto de 2020

IRINA DUKOV

 

             Era una de las noches de carnaval. Mi papá se había subido a los techos para conseguirle rosas a la prima Alicia. Ella insistía en que tenían que ser rojas acorde al traje de gitana que llevaría en la salida con su novio. Se había creado un clima de nerviosismo, yo era chica, pero percibía la tensión en el ambiente. Tuvo que conformarse con un ramo de rosetas de ese color, y muy a disgusto se lo colocó en el pelo, al lado del rodete. Estaba linda en realidad, pero su carácter no le permitía ser agradecida. Llegó un día a casa, luego de una gran pelea con su familia, la mamá era prima de la mía, que creyó tener una ayuda para vigilar a sus pichones mientras trabajaba y en cambio fue una pesadilla. Alicia era bailarina clásica del teatro Colón, se iba todas las mañanas muy temprano y volvía por las tardes. Sus horarios no le dejaban tiempo para trabajar y mantenerse, así que aceptó hacerse cargo de algunas tareas en casa, por ejemplo, hervir en un gran recipiente la leche del consumo diario que en ese entonces nos traía cada mañana el lechero. Un día la puso  en el fuego mientras hablaba con su novio por teléfono. Al grito mío ¡se va al fuego la leche! ella, muy tranquila dijo a su enamorado, por mí que se venga el techo abajo mientras hablamos, ¿no es cierto amor? Resultado, estropicio. Todo era conflicto con ella, la paciencia llegó a su fin y se fue de un día para otro, no supe los detalles. Años después escuché algo pero no tuve la certeza, como que no pudo superar el no verse comprendida y tomó alguna triste decisión. Ah! El título fue el nombre que ella eligió para hacerse conocer en el mundo de la danza clásica, y que no pudo trascender, por eso lo traigo acá, para dejarlo impreso como vestigio de una ilusión que no fue.

domingo, 2 de agosto de 2020

"DR.JEKYLL Y MR. HYDE"


Ese era mi vecino, el que dejaba cada día dos botellas de vino y una de agua mineral vaciado ya su contenido, en el cuarto de residuos. Hace dos semanas se mudó, dejando tras de sí grandes charcos de agua pisoteados en su recorrido hasta la salida, como despedida  informal. Nunca fue muy sociable, pero durante el día se lo podía ver serio y circunspecto, saludando con la cabeza muchas veces. Cuando vino a vivir lo visitaban dos chicas adolescentes, muy parecidas a él, supongo que eran sus hijas, pero repentinamente no vinieron más. De noche la historia era otra, se transformaba como en la novela, se lo oía dando voces o cantando hasta la madrugada, cuando clareaba se iba a dormir. El mediodía solía ser su habitual salida, tosiendo mientras aguardaba el ascensor. Casualmente, ese sábado yo había puesto un CD de música española muy alegre para acompañarme en la limpieza de la casa. Fue sin querer mi saludo final. A pesar de su ruidosa noctambulidad  jamás me quejé, su living daba a mi dormitorio, y lo tomaba como algo inevitable, de alguna manera era una compañía. De casualidad me enteré ahora que es psicólogo. Quizás pueda desempeñarse bien en su profesión, ayudando a quienes lo consulten, pero como tantas veces sucede en la vida, la suya tiene una dominación que no puede manejar, la soledad del alcohol es su cómplice y amigo.