viernes, 29 de mayo de 2015

A LAS CHICAS DE MÁS DE SESENTA

Chicas, no hay de qué preocuparse. Cuando alcanzamos esta década, o alrededores, comienzan una serie de síntomas inesperados y discontinuados. Un día amanecemos con un dolor en la base de la columna y apenas podemos levantarnos de la cama. Puede durar unas horas y volver a aparecer en cualquier momento. O quizás tengamos calambres nocturnos que nos dejan una pierna inmovilizada por unos instantes. Esto también va y viene. Siempre que no se trate de algo consecutivo y frecuente, no nos tenemos que alarmar y salir corriendo al médico. ¿Qué le diríamos cuando lleguemos, hace unas noches pasó esto o aquello? Y luego qué, nada, no se volvió a repetir. Entonces, a no preocuparse, la tercera edad se manifiesta de maneras muy sorprendentes a veces. No vamos a entrar en otros temas más personales e íntimos para no confundir a los muchachos, pero todo se va encauzando poco a poco. Solo diré que tenemos que prestar más atención a nuestra higiene, usar perfumes suaves y delicados cada día, nada de dejarlos para ocasiones especiales, ya no habrá muchas! Vestir ropas holgadas, las que no somos delgaditas como adolescentes, y elegantes, dejar los tacos demasiado altos y calzar cómodos y primorosos zapatos que no nos martiricen, se nos notaría en la cara y no queremos nada de eso, tenemos que lucir como reinas!



domingo, 24 de mayo de 2015

CUANDO ESPERAN MÁS

                Es una sensación generalizada, no tiene que ver con ninguna relación en particular, pero cuando se genera un vínculo de cualquier tipo, muchas veces siento que se espera más de mí.
Y me pregunto si esto se debe solo por la manera de mostrarme solícita o algo personal e intransferible que lo proyecto hacia fuera. Tengo vocación de servicio, ya de muy joven me sentí así, la idea de formar una familia era muy importante porque se trataba de crear el nido y brindarle cuidados y amor. Nunca dejé de lado mis gustos personales para dedicarme a ellos, la lectura, el cine, la escritura, disfrutar de la naturaleza, son mis elecciones. También me he preguntado qué espero yo de los demás, y ahí respondo rápidamente, reconocimiento. No tiene que ver con estatuas ni homenajes, sino de un gesto o una palabra que me devuelva la certeza de que he sido útil. Sin embargo, no es lo más importante tampoco, muchas veces la satisfacción del deber cumplido basta para sentirme bien. Esta no es una protesta sino un interrogante que quizás me ayuden a desentrañar en su origen.



domingo, 17 de mayo de 2015

NOTICIAS DE SOL

                     Tenemos noticias de mi nietita. Está de novia, desde hace unas semanas suspira por Galo, un rubiecito que le llega al hombro y es su compañerito de pre-escolar. Junto a una amiga hicieron planes para desbaratar una supuesta boda entre él y otra compañera, Delfina, rival en ciernes de Sol. Hay rumores de que el príncipe suspira por esa princesa. Pero mi nieta, lejos de amilanarse, está decidida a luchar por la mano de su tierno amor. Con gran voluntad me dijo, abuela, si ella no se casa con él, yo soy la segunda! Y ahí nomás hizo un dibujo donde están los tres juntos, ella en medio separándolos y en segundo plano una torta destruída por su cuchillo en mano. La cosa viene violenta. Mientras se tejen estos planes terribles, el pretendiente juega al fútbol casi todo su tiempo libre, interés superlativo en estos momentos de su niñez. Parece que los varones tienen los pies en la tierra en esta época, las nenas sueñan con bodas.

domingo, 10 de mayo de 2015

¿EL DESTINO O EL LIBRE ALBEDRÍO?

A menudo converso con mi hijo más chico sobre este tema, él reniega de someterse a una ley escrita, yo sostengo que tenemos libertad para elegir nuestro camino, pero que nuestros pasos se dirigen indefectiblemente al lugar donde está escrito. Creo en esto que digo y aunque escucho diferentes opiniones, nada me demuestra hasta ahora que estoy errada. ¿Cómo lo afirmo? Alrededor de mis sesenta años decidí hacerme una carta astral, no para saber qué tenía por delante, sino para comprobar lo vivido. Además, podría vislumbrar si realmente los astros tienen algo que ver en la vida de las personas. Lo que resultó de ese estudio me impresionó. Vi un mapa con variedad de líneas y el significado de algunas cosas que no podían haber sido de otra manera. Comprendí que mis decisiones estaban delineadas de antemano, en el día y hora de mi nacimiento. Y aunque la astróloga, una señora muy amorosa y bastante mayor, me quiso adelantar algunos pasos en el futuro, no me interesaron en lo absoluto. Mi propósito estaba cumplido, y a partir de entonces disfruto cada instante, trato de no amargarme más de lo necesario por los contratiempos diarios, sabiendo que mi vida está trazada y me siento satisfecha por cómo la estoy viviendo.