sábado, 24 de noviembre de 2012

EL TIEMPO EN TRES PASOS

(Homenaje a Blanquita en su cumpleaños)

Antonio conoció a la que sería su esposa, en vacaciones, “cruzando el charco”. Ella tenía el nombre de un cuento, Blanca Nieves. La gran capelina que cubría su larga cabellera ondulada y oscura, coronaba a una verdadera belleza uruguaya. El retorno fue una tortura para él, hasta que los planes llevados a cabo dieron su fruto. Ella, después de varias cartas de ida y vuelta, consintió en venir a casarse, enamorada de su lenguaje florido. Claro que el autor no era el muchacho que había conocido, sino un amigo que ofició de Cyrano, para desgracia de los tres.

martes, 13 de noviembre de 2012

CLIC, CLAC, CLIC, CLAC...

                    Se escucha sin cesar, agudizo el oído, es el reloj o una canilla? El silencio aumenta el sonido, lo vuelve insoportable, me tapo la cabeza con la manta, igual lo sigo escuchando. Arriba hay función, movimiento acompasado del colchón matrimonial, como debe ser. Por unos minutos el ruido de arriba amortigua el clic clac. Pero me hace sentir una intrusa en la intimidad ajena, busco el dial de la radio, tal vez algo de música trasnochada me saque del mal momento. Mala suerte, parece que se desprendió el cable del aparato, no tengo ganas de ir en busca del enchufe ahora. Vuelve el clic clac, me levanto y voy hacia el baño, reviso, claro, la canilla de la bañera, giro la del centro para habilitar la de la ducha, deja de sonar, ah, alivio inesperado. Vuelvo a la cama y me dispongo a dormir tranquila, pero mi cabeza ya está alerta, cientos de ideas pueblan la noche y escenas posibles desfilan delante de mis ojos como las ovejitas del desvelo. Pero eso ya forma parte de mí, exclusivamente, no pienso compartirlo y menos aun, aburrirlos, buenas noches!

lunes, 5 de noviembre de 2012

MI PAÍS, ARGENTINA

                     No suelo escribir sobre la realidad política y social de mi país, pero hoy tengo ganas de hacerlo, con la modestia de mis escasos recursos informativos y el ser testigo de años de falta de proyecto de verdad para desarrollarlo. Cuando algún gobierno tuvo el impulso de cambiar cosas para bien, terminó denostado por los errores cometidos, tenemos la mala costumbre de condenar todo lo que hizo el que se fue. El que llega es el Rey, o reina en nuestro caso. Y borra de un manotazo lo bueno que se pudo haber construido o proyectado. Así nunca vamos a crecer. Las personas que votaron y ganaron con su voto no somos los que estamos sintiendo todo esto. Hubo una gran movida para que los extranjeros votaran, beneficiados por planes “no trabajar”. Ellos, y los eternos corruptos y acomodados, políticos, sindicalistas, empresarios, fueron los ganadores. Estos últimos se están peleando ahora por la porción de torta que queda, y que pronto serán miguitas. Damos pena internacional, se ríen de nosotros y nuestra “reina” venida a menos, hace papelones además en sus viajes. Para peor, como si la atmósfera estuviera contaminada, hemos perdido los valores que alguna vez protagonizaron ante el mundo un país pujante y con una educación superior. La destrucción de hogares, por nuevos proyectos de pareja que dejan a los hijos a la deriva, tiene mucho que ver con esta realidad triste y desesperanzadora. Y aparecen los oportunistas que ponen a estos chicos en un pedestal, haciéndoles creer que son protagonistas del futuro, cuando deberían estar estudiando seriamente en lugar de hacerse dueños de las escuelas y ocuparlas a discreción y con excusas carentes de sustento real. En estos días se prepara una marcha de protesta del pueblo demasiado anunciada, demasiado apoyada por algunos sectores. Es importante que los que estamos pidiendo un cambio nos juntemos para reclamar, pero no hay que olvidar que el voto es nuestra mejor arma para luchar contra la falta de ética, honestidad, civismo y sacrificio que demanda un país en serio.