Ya escribí sobre ellos en diferentes oportunidades. Arriba y al lado, ambos tienen sus características especiales que me hicieron ponerlos en relieve. El piso superior con su perrito meón y sus infaltables ruidos molestos a toda hora, y el vecino pared por medio que no se quiere mucho y abusa del alcohol y algo más. Hace poco vi una película, El vuelo, con Denzel Washington, gran actor, interpreta a un eximio piloto comercial que por las noches bebe sin medida y a la mañana siguiente se despabila con cocaína. Eso explica el por qué mi vecino parece una flor al día siguiente. Nadie sospecharía su tormentosa noche anterior.
El haber logrado que mi balcón no se siga deteriorando fue un triunfo, puedo seguir soportando los ruidos, hasta a veces me acompañan. Un plomero que fue a revisar arriba una mancha en el techo de mi living, me comentó que el parquet estaba levantado por una pérdida del aire acondicionado. El dueño tendrá trabajo cuando sus inquilinos lo desocupen. Ahora me quedaría por ver un cambio favorable en mi vecino lateral, espero salir un día al palier y no encontrar el par de botellas vacías de vino, asomando desde el cuarto de los residuos. No depende de mis deseos, por supuesto, pero le mando buenas ondas a través de la pared.