Las
industrias Robotech S.A. nos crean con apariencia humanoide y diferentes
habilidades, de acuerdo a la solicitud de los clientes. Estamos los cultos, los
asistentes de hogares, los instructores de deportes, los cuidadores de niños,
etc. Un año atrás, el matrimonio Smith llegó en busca de un reemplazo de su
hijo adolescente, se había ausentado por estudios y lo extrañaban
horriblemente. Adaptado para tal fin, me integré al hogar familiar, al
principio para gran alegría de ellos. Con el correr del tiempo noté una
frialdad en el trato, ya no conversaban conmigo ni departíamos sobre diferentes
temas. No comprendía el motivo, yo los trataba con respeto y consideración, era
ordenado, juicioso, en fin, un modelo de robot. Puesto a investigar, busqué
libros en la biblioteca que me orientaran. Fue así que encontré la solución.
Una mañana desperté quejoso, malhumorado, dejé abierta la puerta cancel y
Sultán salió corriendo y ladrando, causando gran alboroto en todo el barrio.
Mis ropas en completo desorden tiradas por el piso de mi cuarto, a altas horas
de la noche aporreaba el piano acostumbrado a Chopin y Bach, remedando a ICDC,
RIFF, y otros de igual tendencia. El cambio que logré fue sensacional, se
volcaron completamente a mi atención, preocupados por mis habituales
berrinches, se acercaban con propuestas de paseos, excursiones,
entretenimientos. Me había convertido en un clon de su propio hijo. Hoy puedo
decir con entera convicción, ya no soy un robot.