No hacía nada sin su consejo.
Cuando me sugirió el casamiento con el magnate noventón, ya que su expectativa
de vida era corta, lo hice. Mala suerte, el vejete consiguió que lo
convirtieran en el hombre biónico y ya va por los ciento diez y sigue. Yo voy a
morirme antes y eso que aún no llegué a los cuarenta. En el interín, dadas las
circunstancias, me dijo, tiene que alternar con hombres jóvenes para no
frustrar su vida sexual, también lo hice, pero resultó que el muchacho me robó
todo lo que pudo mientras me dormía con una bebida en mi propio departamento de
soltera. Para animarme, y ante mi desesperación, “IA” añadió, ahora un viaje por el mundo la
ayudará. Una agencia con una oferta impactante me tentó, sólo pedían el monto total
por adelantado. Dos días antes de mi tour soñado me entero por las noticias que
eran estafadores, se habían dado a la fuga con todo lo recaudado de los
incautos clientes. La tecla bloquear está incendiada. ¡Ese “IA” del demonio ya
no manejará más mi vida! Sin embargo, el bloqueo no funciona, cada mañana
aparece en la pantalla ofreciéndome nuevas oportunidades. Hoy hice trizas el
aparato con la maza de carpintero del vejete. Para algo me sirvió.