Alicia García nació en Villa
Lynch, partido de San Martín, en una familia humilde y trabajadora. Cuando
tenía ocho años les pidió a sus papás ser bailarina clásica. En su cabecita se
veía protagonista de El lago de los cisnes, La bella durmiente, Cascanueces,
Carmen…
Ellos, aún sabiendo que sería un
gran esfuerzo y sacrificio, la llevaron un día a la escuela del Teatro Colón.
Allí le hicieron una prueba y por su natural gracia y actitud fue aceptada. Los
años pasaron, llegó a formar parte del ballet estable y cambió su nombre
artístico por Irina Dukov, soñando en un futuro rol protagónico que nunca
llegó.
Una noche de carnaval se
disfrazó de gitana, les dio un beso y un abrazo a su mamá y a su papá y subió a
la terraza de su casa buscando una flor para su pelo. Las grandes macetas
estaban colmadas de flores, eligió un hermoso clavel rojo y brillante, lo
colocó en su oreja izquierda y se lanzó al vacío.