El Sr. Borges salía cada
tarde luego del almuerzo. Antes de poner un pie en la calle se detenía ante el
espejo de la entrada, que duplicaba su figura de cuerpo entero. Al lado, el
alto perchero le recordaba llevar su sombrero y el paraguas si el tiempo
ameritaba probabilidad de lluvia. Ese día en particular su imagen no lo
complació, observó detenidamente su atuendo, la corbata bien anudada, el pañuelo
haciendo juego en el bolsillo izquierdo, su peinado liso y encanecido. No
comprendía qué era lo que no estaba en su lugar. Miró el pantalón con su raya
bien marcada, los zapatos lustrados, en fin, el desconcierto lo colmaba. Ensayó
una sonrisa tímida y no la vió reflejada, extendió su mano derecha y tampoco.
¿Quién era ese extraño enfrente de él? Un sudor frío lo cubrió por completo, la
superficie clara del espejo quedó empañada, y cuando se fue desdibujando toda
la imagen, comprendió que él ya no estaba ahí.
Muy impresionante. Un beso
ResponderEliminarGracias Susana, un abrazo!
EliminarExcelente relato amiga.
ResponderEliminarAbrazos Cristina.
Un abrazo Ernesto!
EliminarMagnífico, María Cristina.
ResponderEliminarFeliz lunes.
Gracias Enrique! Un abrazo!
Eliminar¡Excelente! Me pasa igual. Hace tiempo que no me reflejo. Quién sabe dónde quedé. Le pregunto a la señora del espejo, pero ella tampoco sabe ;)
ResponderEliminarUn abrazo inmenso 💐
Llega un momento en que nos desconocemos, un abrazote Sara!
EliminarA cierta edad mejor no preguntarle nada al espejo, no sea el caso que nos diga la verdad.
ResponderEliminarBesos María Cristina
Y no la queremos saber, un abrazo Norma!
EliminarCada día escribes mejor y me gusta más lo que haces
ResponderEliminarPaz
Isaac
Gracias Isaac, sos parte responsable del cambio, un abrazo!
EliminarEs un genial relato el tiempo pasa irremediablemente. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias Judit, un abrazo!
EliminarLo he leído con mucho interes, pues yo tambien tengo un gran espejo en el recibidor y todos los días nos miramos a ver si vamos de nuestro gusto. Creo que a partir de mañana voy a dejar de mirarme.
ResponderEliminarBromas aparte, te diré que no te avise de que me iba por aquello de no "pregonarlo", pues hemos tenido que reforzar las entradas a la casa ya que han robada en un piso y nos dijo la policía que no dijéramos nada en la panadería, en la peluquería...en fin en varios sitios y que mucho menos dijéramos nada en a través del ordenador. El caso es que no ha pasado ningún percance.
Un fuerte abrazo amiga.
jajaja, no Ma de los Angeles, es un relato de fantasía, podés mirarte tranquila, mirá si salís a la calle con los pelos parados! Está muy bien el consejo, es para todos, uno a veces habla con la gente del barrio y hay orejas ladronas por ahí escuchando, e internet también es espía a veces! Espero que a pesar de la caída hayas disfrutado de tus vacaciones, un abrazote!
EliminarYa estoy bien del todo. Cuando me caí sentí miedo, pues ya sabes que no soy joven, pero cuando note que no me había roto nada...respire.
EliminarEl caso es que sigo fenomenal.
Un abrazo guapa.
Buenísimo Ma de los Angeles! Un abrazote grande!
EliminarBuona giornata.
ResponderEliminarGracias Giancarlo!
EliminarMuy bueno!! Abrazos abuu♥
ResponderEliminarGracias mi amorcito! Un abrazo grandote!
EliminarMuy buen relato. Fantasmal, lleno de misterios, cosas que no se saben si estan, no estan o estan de otro modo. Yo tengo un espejo en el baño y me miro todos los dias. A la mañana y noche cuando me lavo la cara y los dientes, me afeito, antes de bañarme, etc. Pero escuche de gente que no suele mirarse en el espejo.
ResponderEliminarAbrazos!
Yo me miro poco, pero siempre fue así, no solo ahora de viejita, jajaja. Vi mis cambios mirando viejas fotografías, y tuve que aceptarme! Gracias Gustavo, un abrazo!
EliminarBreve y buen relato. Yo me miro para ver si todo está como debe estar y también veo la evolución que hace el paso de los años, pero con alegría,forman parte de mi vida y ojalá las siga viendo por mucho tiempo más.
ResponderEliminarEnhorabuena, preciosa.
En vacaciones cambio mi ritmo habitual.
Un besote.
Que puedas seguir disfrutando de tu familia en vacaciones, Maricarmen, sí, debemos amigarnos con el espejo, un abrazote!
EliminarMaggnifico relato!! El eapejo puede reflejar una imagen que no esperamos... besos
ResponderEliminarSí Hanna, un día descubrimos que ya no somos los que creíamos, pero hay que aceptar el paso del tiempo, un abrazo!
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