viernes, 17 de febrero de 2023

EL CURIOSO CASO DEL PLOMERO QUE SE NEGABA A DECLARAR

 

                     Este es un comienzo con humor de un tema algo más serio. Y se trata de la nueva administración de mi edificio y una respuesta en suspenso. Estamos inmersos en una sociedad que “relata” realidades, ajustadas a su modo preferencial de manejarse ante los demás. Gobiernos que nos engañan con demasiada facilidad, porque no reaccionamos, porque nos acomodamos a lo que nos toca vivir y porque los seguimos votando. Una verdadera paradoja. Somos totalmente responsables de lo que nos pasa. O en la mayoría que define. Yo no estoy ahí en estos momentos. Por eso puedo quejarme. Como tampoco lo estuve entre los que eligieron a estos nuevos administradores, sospechosamente ganadores en un principio y luego casi comprobado que quienes los recomendaban hicieron campaña para lograrlo. En fin, la anécdota termina en que, ante un reclamo mío para que pasaran por mi departamento para verificar una anomalía que se producía desde el piso superior, decidieron visitar primero esa unidad, quedando pendiente un informe que no llega. La respuesta es que el plomero aún no pasó la información, y van cuatro días y tampoco vinieron a verme, ya que estaban en el edificio, no sé el por qué. Ya me van a avisar para realizar la visita correspondiente. Mis mensajes pidiendo explicaciones, porque se trata de solucionar el problema, tuvieron la misma contestación. Así estamos en todos los órdenes, trabajamos mal, no hay consecuencias, entonces nada se modifica. Y ahí me entra la nostalgia de tiempos pasados, cuando se actuaba mal se pagaba la falta y así se aprendía. Todo vale en los tiempos que corren, sobre todo lo malhecho.