domingo, 26 de octubre de 2014

CONVIVIR

                   Todo un arte este tema de la convivencia. Nadie se prepara para eso, un día cualquiera nos encontramos en una situación impensada y tenemos que resolver sobre la marcha. Mi hijo más chico sufrió mi límite extremo al pedirle que su novia no ingrese más a nuestra casa. No porque fuera una persona indeseable para mí, sino porque la vida en común estaba alterada completamente. Al ser tan jóvenes no tomaban conciencia de las dificultades que creaban a su alrededor, y nada de lo que les decía entraba en sus tiernos oídos. Desde cosas tan domésticas como dejar luces y aparatos en funcionamiento sin utilizarlos, como sentarse a la mesa media hora tarde cuando la comida estaba ya servida porque estaban discutiendo, cosa muy habitual entre los dos. La falta de respeto estaba lejos de su contemplación. En un principio, cuando se trataba solo de visitas todo estaba bien. Pero el exceso echó a perder lo bueno. Palabras o frases, (“mirá que cuando vos te vas de casa ella también tiene que hacerlo”, consecuencia, una vez quedó encerrada en el ascensor y tuvo que hacerse todo un movimiento vecinal para lograr su rescate ante nuestra ausencia) quedaban en saco roto. Un día el vaso rebalsó, tuve que ponerme en mala y decidir. Aún hoy, después de dos años, no puedo restablecer el vínculo con ella, a pesar de haberle expresado luego mi motivación y aparentemente aceptarla. El tiempo dirá si podremos hacerlo. En cuanto a mi hijo, él sabe que deseo lo mejor para su vida y nunca me interpondría para perjudicar su relación.
                       Siempre le digo, lo importante es que ustedes se respeten y se quieran, yo soy de palo.


viernes, 17 de octubre de 2014

HOLA MAMÁ

(Acá en Argentina celebramos el domingo el día de la madre) 

                Hoy te escribo para darte las gracias, no solo por lo que me diste, sino por aceptar lo que yo te pude dar sin cuestionarme nunca. ¿Sabés que tenés una biznieta que es muy parecida a vos? Hubo un momento en que su corte de pelo era tan similar al tuyo que parecía una Blanquita chiquita. Pero lo que más resalta es su manera de ser, el no es un punto de arranque para ella, como lo era para vos. La oportunidad para hacer algo que los demás consideran imposible. Claro que esa cualidad también la tiene su mamá, tu primera nieta, la que compartía con vos y su hermano, que ahora es un profesor con todas las letras, las tostaditas y el queso mientras tomabas el mate, sentados los tres muy juntos, conversando. Esa imagen la tengo grabada en mi mente como una fotografía. Y sonrío al recordar la estratagema de tu nieto más chico, unos cuantos años después, pidiendo pasar el domingo con vos a solas y convencerte de que su estadía en la colonia de vacaciones era una tortura y teníamos que “sacar a este chico de ese lugar que lo hace sufrir” Hoy comí con él salame de milán, que tanto te gustaba, para recordarte.


domingo, 12 de octubre de 2014

LOS PROYECTOS

                     Mucho se habla de la importancia de los proyectos en la vida de cada uno para tener un norte que seguir y esperanzas en el futuro. Los proyectos personales tienen preeminencia en las épocas modernas, antes eran la familia, que fue el que elegí. Estamos condicionados desde el vamos por la historia familiar, mis papás nunca se llevaron bien y terminaron en una separación dolorosa que podría haberse anticipado si otros hubieran sido los tiempos. Desde muy chica mi vocación fue la familia, quería una casa con hijos a los que siempre cuidaría y preservaría de disputas y desacuerdos para revertir mi origen. La vida se encarga luego de ponernos en el camino que corresponde a nuestro destino. Por eso a veces sonrío cuando escucho del libre albedrío, elegimos sí, pero estamos condicionados por lo que está escrito en el libro de la vida. Y ni siquiera hablo de religión, solo de creencia. Aunque mi matrimonio no tuvo una mala convivencia, terminó fracasando pasados los cuarenta años de casados. Sin embargo, no dejo de pensar que el proyecto familia debería volver a tener la importancia que le daría sentido a esta actualidad controvertida.



sábado, 4 de octubre de 2014

CUANDO LLEGAN LOS AÑOS ÚLTIMOS

                     La modernidad y el poco espacio de que disponemos para vivir en familia ha complicado el hacerse cargo de los mayores, sean abuelos, padres o tíos, cuando ellos ya no pueden hacerlo por sí mismos. Esa imagen que tenemos grabada los que pasamos los sesenta, de la gran casa donde siempre había lugar para alguien más, forma parte del pasado de las ciudades, en la mayoría de los casos. Y la decisión de derivarlos a un geriátrico es muy difícil y dolorosa, pero necesaria casi siempre. Los medios económicos no permiten contratar personal para la atención domiciliaria, los costos son muy elevados.  Cada familia tiene su funcionamiento propio, padres que trabajan, hijos que estudian, ¿quién puede hacerse cargo de la atención diaria de los abuelos? Entonces comienzan los problemas, las discusiones, el dolor.
Se llega al desenlace como a una isla el náufrago, se hacen cuentas, se busca el lugar adecuado, se reparten tareas y visitas para no dejar solos a los que se irán a un lugar distinto y desconocido. Es un nuevo mundo al que se accede con un gran sufrimiento por ambas partes, por ese motivo es necesario hablar con franqueza, explicar con claridad, brindar todo el cariño para que no falte contención y cuidado. Y no sentir culpas, la vida a veces nos pone en estos bretes y tenemos que asumir responsabilidades. A mí me tocó hacerlo algunos años atrás, tal vez por eso pueda contarlo.