sábado, 22 de diciembre de 2012

A TODOS LOS BLOGUEROS AMIGOS, QUE PASEN UNA HERMOSA NOCHEBUENA JUNTO A SUS SERES QUERIDOS, Y QUE EL AÑO 2013 CUMPLA SUS MEJORES SUEÑOS! UN GRAN ABRAZO NAVIDEÑO!

domingo, 16 de diciembre de 2012

HOJAS



El atardecer va muriendo a través de mi ventana
La noche avanza sin defensas
Impacientes
las hojas blancas esperan
ningún trazo las perturba.
Los árboles van cambiando de color
anunciando la llegada del otoño.
Las sierras y el río cercano me dieron la bienvenida
Pronto verán mi figura inclinada
a lo largo de la costa cada mañana
mis pasos crujiendo leves y rápidos
sobre las hojas parduscas.
Las nubes amenazan tormenta.
El olor a tierra húmeda inunda la casa.
Un vendaval de agua y viento
golpea con furia los cristales.
Envuelta en la oscuridad
busco lámparas y un abrigo.
Afuera el paisaje lucha por sobrevivir
Cuando todo se calme
cumpliré mi promesa del largo paseo matinal
Anticipo esa nostalgia
de la alfombra dorada bajo mis pies.
Más tarde, las hojas que esperan
desbordarán de palabras
atolondradas
incontenibles
rebasarán el papel
¿Fue la lluvia que salpicó mi cara
o son lágrimas las que corren saladas hacia mi boca?

lunes, 3 de diciembre de 2012

LA MUJER EQUIVOCADA

                  El muchacho metió la pata, se enamoró de la madre de su mejor amigo y no lo pudo ocultar.

                  Damián y él eran carne y uña, iban a pescar juntos, salían de levante, jugaban al truco en pareja, en fin, eran como dos hermanos. Hasta que empezó a ir seguido a la casa de su amigo y la madre apareció en escena. Ahí se pudrió todo. Se le iban los ojos, no lo disimulaba en absoluto. A Damián no le causaba ninguna gracia. Con la madre no se jode.

                  El padre había emprendido vuelo temprano, Damián casi no lo recordaba. Silvia vivía como una viuda discreta, trabajaba durante toda la semana y los sábados o domingos salía con alguna amiga, al cine o a caminar por el barrio. Hasta que Luis hizo su aparición. Si hasta ese momento ella había podido esquivar proposiciones de distintos galanes, con este no tuvo oportunidad. Cayó rendida ante los requiebros tiernos de un incipiente proyecto de hombre.

                  Escándalo mayor con la familia y las amistades. Murmuraciones a troche y moche entre los vecinos y conocidos. No se amedrentaron, vivieron todo el tiempo que duró ese romance de debutantes y cuando tuvieron que despedirse lo hicieron sin gran alharaca. Pero Damián y Luis ni siquiera se volvieron a cruzar en una partida de truco.

sábado, 24 de noviembre de 2012

EL TIEMPO EN TRES PASOS

(Homenaje a Blanquita en su cumpleaños)

Antonio conoció a la que sería su esposa, en vacaciones, “cruzando el charco”. Ella tenía el nombre de un cuento, Blanca Nieves. La gran capelina que cubría su larga cabellera ondulada y oscura, coronaba a una verdadera belleza uruguaya. El retorno fue una tortura para él, hasta que los planes llevados a cabo dieron su fruto. Ella, después de varias cartas de ida y vuelta, consintió en venir a casarse, enamorada de su lenguaje florido. Claro que el autor no era el muchacho que había conocido, sino un amigo que ofició de Cyrano, para desgracia de los tres.

martes, 13 de noviembre de 2012

CLIC, CLAC, CLIC, CLAC...

                    Se escucha sin cesar, agudizo el oído, es el reloj o una canilla? El silencio aumenta el sonido, lo vuelve insoportable, me tapo la cabeza con la manta, igual lo sigo escuchando. Arriba hay función, movimiento acompasado del colchón matrimonial, como debe ser. Por unos minutos el ruido de arriba amortigua el clic clac. Pero me hace sentir una intrusa en la intimidad ajena, busco el dial de la radio, tal vez algo de música trasnochada me saque del mal momento. Mala suerte, parece que se desprendió el cable del aparato, no tengo ganas de ir en busca del enchufe ahora. Vuelve el clic clac, me levanto y voy hacia el baño, reviso, claro, la canilla de la bañera, giro la del centro para habilitar la de la ducha, deja de sonar, ah, alivio inesperado. Vuelvo a la cama y me dispongo a dormir tranquila, pero mi cabeza ya está alerta, cientos de ideas pueblan la noche y escenas posibles desfilan delante de mis ojos como las ovejitas del desvelo. Pero eso ya forma parte de mí, exclusivamente, no pienso compartirlo y menos aun, aburrirlos, buenas noches!

lunes, 5 de noviembre de 2012

MI PAÍS, ARGENTINA

                     No suelo escribir sobre la realidad política y social de mi país, pero hoy tengo ganas de hacerlo, con la modestia de mis escasos recursos informativos y el ser testigo de años de falta de proyecto de verdad para desarrollarlo. Cuando algún gobierno tuvo el impulso de cambiar cosas para bien, terminó denostado por los errores cometidos, tenemos la mala costumbre de condenar todo lo que hizo el que se fue. El que llega es el Rey, o reina en nuestro caso. Y borra de un manotazo lo bueno que se pudo haber construido o proyectado. Así nunca vamos a crecer. Las personas que votaron y ganaron con su voto no somos los que estamos sintiendo todo esto. Hubo una gran movida para que los extranjeros votaran, beneficiados por planes “no trabajar”. Ellos, y los eternos corruptos y acomodados, políticos, sindicalistas, empresarios, fueron los ganadores. Estos últimos se están peleando ahora por la porción de torta que queda, y que pronto serán miguitas. Damos pena internacional, se ríen de nosotros y nuestra “reina” venida a menos, hace papelones además en sus viajes. Para peor, como si la atmósfera estuviera contaminada, hemos perdido los valores que alguna vez protagonizaron ante el mundo un país pujante y con una educación superior. La destrucción de hogares, por nuevos proyectos de pareja que dejan a los hijos a la deriva, tiene mucho que ver con esta realidad triste y desesperanzadora. Y aparecen los oportunistas que ponen a estos chicos en un pedestal, haciéndoles creer que son protagonistas del futuro, cuando deberían estar estudiando seriamente en lugar de hacerse dueños de las escuelas y ocuparlas a discreción y con excusas carentes de sustento real. En estos días se prepara una marcha de protesta del pueblo demasiado anunciada, demasiado apoyada por algunos sectores. Es importante que los que estamos pidiendo un cambio nos juntemos para reclamar, pero no hay que olvidar que el voto es nuestra mejor arma para luchar contra la falta de ética, honestidad, civismo y sacrificio que demanda un país en serio.


martes, 30 de octubre de 2012

UN CASO CURIOSO

                   El chico nació negro como el betún. De inmediato, intentaron encontrar explicaciones entre los orígenes de ambas familias. Llamados a larga distancia, consultas entre los conocidos de los antepasados, en fin, nada se dejó librado al azar.
Pero no lograron resultados satisfactorios. Con la palabra autorizada del pediatra, dejaron de hacer conjeturas y se dedicaron a criarlo. “Si pasan el tiempo buscando el origen, el pobre chico se les va a morir de desatención.” No necesitaron más para darse por vencidos, al fin y al cabo, por años buscaron el embarazo sin conseguirlo y ahora tenían la dicha del fruto de sus desvelos, más oscuro que sus rubicundos padres, pero heredero al fin. La mujer se mostraba aliviada y feliz. El marido, en apariencia, también.

                    Los años pasaron entre resfríos, cumpleaños, escuela. Justamente fue en la escuela donde se presentó un día un hombre alto, corpulento y de piel oscura, diciendo que quería conocer a su pequeño pariente. Como era de esperarse, no le permitieron hacerlo. Con muy buenos modos, la directora le explicó que tendría que dirigirse a la casa de la familia para lograr su propósito. La escuela no estaba autorizada a permitir la entrevista.
El hombre se fue con algo de desconsuelo, pero aceptando los argumentos.

                      Tocó el timbre, una voz femenina preguntó desde la mirilla. Se acercó para ser visto y una exclamación ahogada se oyó del otro lado de la puerta. A continuación, silencio. Por varios minutos se quedó ahí, escuchando sollozos entrecortados pero ninguna palabra. Entonces, tomó coraje y dijo: María, vine a conocerlo.


domingo, 21 de octubre de 2012

BLANQUITA SOLUCIÓN

                                   Así la llamaban sus nietos. Ella era el motor de la familia. Nada se negaba a su voluntad arrolladora, el “no” no existía en su vocabulario, salvo para los juegos de artificio del negocio de su amiga en las fiestas, los defendía, pero no los compraba. A lo largo de su vida tuvo infinidad de proyectos y la mayoría los llevó a cabo con éxito. Su familia fue depositaria de infinidad de enseres y mobiliario para sus hogares. Alguna vez un comerciante le preguntó, Dígame doña, usted no regala pañuelos y medias para los cumpleaños? Siempre modulares, sillas, cortinas? Ella conocía como nadie el mejor modo de dejar una casa confortable, con poco gasto y muy buen gusto. Al principio era sorprendente el modo con que se aparecía cubriendo necesidades o realizando pequeñas modificaciones que mejoraban el diario vivir. Luego uno se iba acostumbrando y aceptaba esas intromisiones que de todos modos eran beneficiosas, y terminaba dándole la razón. Su vida transcurrió siempre entre su familia y las amistades que fue cosechando y que también se acomodaban a su modo de ser. Lo único que no pudo solucionar fue su propia felicidad, cuando se apagó la ilusión se dejó estar, un hilito de voz dejó su eco para siempre. Te quiero mamá

jueves, 11 de octubre de 2012

EL VIAJE

                    Se sentó del lado de la ventanilla, abrió su saco y del bolsillo interno apareció la pequeña botella, sorbió un poco y la guardó. Luego miró la calle, como si no le importara que alguien hubiera observado su acción. Le extrañó la oscuridad, sus ojos no podían vislumbrar imágenes, se vio en un escenario distinto.


                     Caminaban tomados de la mano, apenas se oían palabras. El sentía el amor salírsele por los poros, pero la frialdad de ella lo paralizaba. El querer hablar de trivialidades tampoco daba resultado. Al despedirse, no acordaron la nueva cita.


                      El viaje lo llevaba y traía en el vaivén de los recuerdos, adormecido por el alcohol. Era mejor así, no pensar demasiado, dejarse amodorrar por ese calor reconfortante.


                      La frenada brusca desató un griterío descomunal a su alrededor, perturbando las ensoñaciones que tan bien lo protegían. Miró sus manos vacías y buscó otra vez la botellita milagrosa, no tenía nada que ver con el mar de gente que, inexplicablemente encimados unos sobre otros, caían sobre él, casi ahogándolo.


miércoles, 3 de octubre de 2012

HOLA AMIGOS

INEXPLICABLEMENTE, DESDE HACE UN TIEMPO HAN DESAPARECIDO VARIOS SEGUIDORES Y A QUIENES YO SIGO, POR LO TANTO, NO APARECEN SUS PUBLICACIONES. ES EL CASO DE AZUZENA, ANDRÉ, NIEVES, ROSA, ROSA MARÍA Y OTROS MÁS, QUE HE DECIDIDO IR RESCATANDO DE LOS COMENTARIOS QUE HACEN EN OTROS BLOGS AMIGOS, AUNQUE DE TODAS MANERAS NO QUEDAN REGISTRADOS AL AÑADIRLOS.  VOY EN SU BUSCA CADA VEZ QUE PUEDO, ASÍ QUE LES PIDO DISCULPAS A TODOS ELLOS POR ESTE INCONVENIENTE AJENO A MÍ, UN ABRAZO PARA TODOS!

lunes, 1 de octubre de 2012

LA AVENTURA DE VIVIR

                        Son jóvenes, enamorados, hacen proyectos, alguien le dice a ella, mirá que él no es como vos, mejor no te cases. Ella no escucha, se enoja, se aleja. Comienza los planes de la boda, él se deja llevar, ella es tan firme, tan con los pies en la tierra, que resulta imprescindible amarla. El tiempo pasa, ella se recibe, él consigue avanzar en su empleo, el hobby del teatro lo atrapa, tiene suerte, hay certezas de que lo apoyen y tenga un futuro. De a poco logra integrarse al ambiente, un último hijo ya lo encuentra distraído, en otro lugar. Ella lo nota pero no dice nada, deja que todo siga como si no sucediera. Pero un día él no soporta esa vida tan simple, con hijos, comidas, charlas caseras, tiene en mente algo superior, y se va. Así, de pronto, y ella está ahí, frente a él que apura su equipaje y recuerda aquellos mensajes encontrados por casualidad y convenientemente olvidados. Y no puede creerlo todavía, y le habla sobre la familia, los chicos tan chicos, pero él ya no escucha, tan lejos, tan lejos…


sábado, 29 de septiembre de 2012

DE GNOMOS Y DUENDES

                        Los gnomos jugaban a las escondidas, el chubasco había pasado. Las hojas verdes y moradas resplandecían con sus
diminutos diamantes. Las voces de los pájaros llegaban desde todos los rincones del bosque. Un enorme arco iris dibujó el lado este del cielo.

          
                         Era un buen signo. Pronto vendrían los elfos a recoger las piedras preciosas. Aunque ya se habían emancipado, ninguno osaba transgredir las normas, en lo concerniente a la expresa orden de presentarse, apenas dejara de llover.


                         Si demoraban, los duendes oscuros se adueñarían del botín.

   
                         Una imprevista ráfaga de aire fresco sopló sobre las ramas y las gotas desaparecieron.

lunes, 24 de septiembre de 2012

HOY TENGO UN INVITADO

Quisiera presentarles a Juan Agustín, a través de este poema, pueden visitar su blog en este link:

http://yanarcajuanagustin.blogspot.com.ar/

 

miércoles, 8 de agosto de 2012

QUIZÁ SEA VERDAD...

Trataré de percibir,
entre el mito
y la Palabra,
la ciénaga
movilizante
de la Voz.

Intentaré separar,
al igual
que la calma
de los viento,
las certezas
olvidadas
entre los tiempos.

Buscaré dirimir,
entre incógnitos
rechazos,
hacia donde
dirigir aquello
Ponderado.

sábado, 22 de septiembre de 2012

APENAS AL BORDE

                            Habíamos caminado cuadras y cuadras bajo la persistente llovizna. Yo, parloteaba agitada por el paso presuroso, la respiración entrecortada. El, me observaba de reojo y sonreía; hablaba de los logros de su pareja, con entusiasmo. Yo, aprobaba con mi cabeza.

                        

                            Íbamos a cruzar una calle y el semáforo nos frenó. Quedamos muy juntos; él, se inclinó suavemente, yo, esquivé su cara. Un rictus de desencanto cambió sus facciones de un momento para el otro. Cuando llegábamos casi a la vereda de enfrente, su pie, apenas acarició el borde del cordón. Dio media vuelta y se perdió en la noche.     

martes, 11 de septiembre de 2012

IMAGEN EN EL ESPEJO

          Sentada en el borde de la cama, (mi espalda se encorva con facilidad ahora) miro la imagen que me devuelve el espejo de la cómoda. Observo detenidamente el contorno, reflejado en las paredes; los retratos, los veladores disímiles por roturas irrecuperables, y el ventilador, en el centro del techo, detenido a la espera del verano.


           Apoyo mi mano en la fría superficie. Cierro los ojos y pienso hacia atrás, horas diferentes en un cuerpo joven, confiado, mañanas con chicos y escuela, noches en vela con anginas, días y años corriendo en el tiempo. Los chicos ya crecidos, sus vidas independientes, renovados temores, que no sufran, que no sufran.


            La mujer sentada en la cama, ya no está ahí.
En cambio, un nuevo retrato muestra, en la pared de enfrente, a una anciana, sonriendo.



jueves, 6 de septiembre de 2012

ESTOY SEGURA DE QUE SE MOVIÓ

No quiero decir mucho delante de esta gente que no conozco bien. Más tarde te cuento, pero te aseguro que no estoy loca, el piano se movió de lugar. Imaginate que algo tan pesado cambie de espacio así como así, es impensable. Consulté con Dorita, ella me juró y recontrajuró que no lo tocó para nada, pasó la aspiradora como siempre pero no lo movió un centímetro.   Menos mal que la tengo a ella de testigo, sino cualquiera diría que tengo visiones o la edad me está trayendo delirios. Bueno, está bien, venite a casa en cuanto puedas, mañana a la tarde estoy, un beso, chau.

                          Pasá, pasá, qué calor nó. Dame el paraguas, claro, te entiendo, ahora llueve cuando uno menos lo espera. Preparé el té, pero si querés hago unos mates. No te hubieras molestado, qué ricas son estas masitas, las compraste en la esquina. Viste las delicias que hacen ahí. No se puede creer y los precios no te matan, porque por lo general lo bueno es caro. Mirá y decime si notás el desplazamiento, siempre estuvo casi pegado a la ventana, ahora está casi en el centro de la sala, es muy evidente. Claro, claro, pero qué tiene que ver el terremoto de Chile, sí, leí que tuvimos un corrimiento del eje del planeta, pero no será para tanto nó. Vení, vamos a la cocina, así estamos más cómodas.

                           No oís la música, de dónde viene. Qué raro, mis vecinos están afuera, esto es muy solitario cuando viajan. De dónde viene esa melodía, vení, quiero sacarme la intriga, pero no te asustes mujer, acompañame a la puerta de calle nada más, por ahí es un festival callejero de esos que arma el gobierno de la ciudad…AAAAYYYYYYYY…

                           (En medio de la sala, se ve el piano abierto y sus teclas moviéndose con gran energía, al ritmo de Bach)

sábado, 1 de septiembre de 2012

VECINDAD

               Enfrente hay un edifico más viejo que el mío, alguien observa disimulado, igual que yo, lo que pasa alrededor; la curiosidad nos aúna y acorrala. Nada de mirar directamente, sólo de soslayo, inclinando la cara hacia otro lado, no quedar en evidencia. El primer piso fue remodelado hace unos quince años, llegó una mujer joven con su pequeño hijo y ahí nomás hubo festejo, luces, globos, ruido, gente entrando y saliendo del balcón. El bullicio fue el acicate, me asomé de inmediato y vi a un grupo de chicos de no más de seis o siete años, arrojando los globos hacia la calzada y disfrutando en grande cuando el paso de un automóvil los hacía explotar. Suspiré aliviada cuando una parejita de enamorados que transitaba por la vereda, alcanzó a salvar algunos y se los llevó de souvenir. Ahora la mujer está sola, el hijo no aparece, al menos no por el balcón.
En el último piso también hubo diferentes remodelaciones, ya con la ventaja del patio terraza que fue cubierto y acondicionado con equipo de aire. Ahí vive un matrimonio de mediana edad, un  adolescente se deja ver de vez en cuando. Hace dos años nació un segundo hijo. El es alto, corpulento, con un abdomen  considerable. Se sienta en su cómodo sillón y mira hacia donde estoy, asomando su cabeza entre la mampara y el enrejado. Digo, mira, pero disimula, como yo. Abarcamos la totalidad del paisaje con aparente indiferencia. La mujer es bajita, morocha y agradable, ella riega las plantas y acomoda al pasar, luego desaparece. Mi balcón es abierto, yo salgo, me instalo en los sillones, extiendo las piernas y tomo mate o leo, según la hora. Aunque el mate no tiene horario, hay ocasiones en que el calor de la noche me lleva a la brisa fresca y a la infusión reparadora. Desde hace un tiempo, lo hago de espaldas a mi compañero curioseador, para demostrarle que no me importa si está ahí o nó para vistear. Giro la cabeza y espío por el rabillo, lo adivino en la oscuridad. A veces enciende y apaga las luces al momento, como un mensaje, acá estoy. Cuando decido entrar y bajo la persiana, siento su mirada clavada en mí como diciendo, hasta mañana.

sábado, 25 de agosto de 2012

AMOR REAL

                          Lo pusieron allí y de vez en cuando le echan agua, pero su apariencia no mejora. Me estoy secando, piensa el arrayán. Nadie se da cuenta, de a poco pierdo lozanía. Sus pequeñas hojas van cayendo sobre la heladera que le sirve de apoyo. La dueña de casa parece desconocer lo básico para mantener viva una planta, o un árbol, porque se sabe que el arrayán es un árbol, o lo será en el futuro, si llega, claro.

                           Enfrente, a escaso metro y medio y con unas pocas hojas verdes, muchas amarillas y un solo manojo de florcitas, un malvón está pasando por una situación similar, colgado de un portamacetas, entre las dos aberturas de la cocina- lavadero. Me riegan sólo cuando es necesario, piensa,  pero voy camino a secarme.

                            Un día, se encontraron los dos en el balcón, uno al lado del otro, muy juntos. El malvón, sorprendido con la nueva compañía, lo miraba de reojo, lo olía al arrayán. Estaba a la vista que no producía flores. Él, al menos tenía un ramillete, aunque casi marchito. Temblaba, pensando que, si no engendraba nuevos pimpollos, perecería.

                             El arrayán, mientras tanto, comenzó a sentir la proximidad de esa plantita insignificante que le habían puesto al lado. Él debería tener un lugar propio y bien amplio, con una base de tierra sustentable, de otro modo, ¿cómo cumpliría su destino de árbol?

                             Sin embargo, le caía bien el malvón. Por las noches, cuando la brisa era más fresca, veía extenderse sus ramas, como para alcanzarlo. Tal vez no le fuera indiferente tampoco, y buscara su protección con el fin de hacer amistad. ¿Por qué no?  Lo mejor sería que unieran sus energías y planearan una relación en común para tener algún futuro.

                             Fruto de esta unión, el arrayán, con sus hojas tiernas y lustrosas, hoy desborda la maceta y el malvón luce orgulloso sus ramilletes de flores rojas, que van naciendo y muriendo en un ciclo sin fin.

sábado, 18 de agosto de 2012

DE DUENDES Y HADAS

                   Las hojas, semejantes a grandes acelgas, se movían nerviosamente. Una ardilla, asustada, salió trepando por los árboles más cercanos, pero no se alejó demasiado para observar a cierta distancia qué ocurría ahí. Al fin y al cabo el viento no soplaba ese día, por el contrario, una calma sospechosa reinaba en el bosque. Si casi no se oía el piar de los pájaros.

                    Dos ciervos cruzaron delante de sus ojos como si huyeran de alguna persecución. A partir de este momento todo fue calma otra vez. Ya sea por aburrimiento o por cansancio, la ardilla cayó en un profundo sueño.

                    El más pequeño, vestido de azul, salió tímidamente de su escondite. Miró hacia todos lados e hizo señas a los demás, que también fueron apareciendo con algún temor, sacudiendo el polvo de sus coloridos trajes. Un murmullo llenó el ambiente, unos y otros querían hablar y no se ponían de acuerdo. Ninguno notó a pocos pasos a una figura esbelta y rodeada de luz que seguía atenta sus movimientos. Cuando la discusión hubo llegado a un punto sin retorno, ella intervino, suave y decidida. Acercando su varita al grupo de duendes,  realizó tres giros rápidos y todos ellos fueron alcanzados.

                     La ardilla despertó al sentir una ráfaga de aire que la envolvía. Allá abajo, entre los matorrales, un grupo de enanitos bailaban junto a Blancanieves.


sábado, 11 de agosto de 2012

NO LO PUEDO CREER

               Escuché sin querer la conversación, entonces decidí que esa misma noche iba a seguirla, no soportaba la duda. Me paré en la ochava, apenas doblando sobre la avenida, para que no me viera al salir del edificio. El foco quemado ayudaba en la semi-penumbra. Ahí está, sale sonriendo y apurada, saludando con la mano a la compañera que va en dirección contraria. Cruza antes del cambio de semáforo y casi al trote pasa por mi lado. Yo empiezo a caminar detrás y veo que el tipo se le acerca y la besa con alma y vida, abrazándola por la cintura. Aprieto los puños, las uñas se clavan en mis palmas, los dientes mordiendo la bronca. Tengo que calmarme.  Ellos comienzan a andar tranquilos, con las cabezas muy juntas, embobados y dándose besitos, como dos adolescentes. Me pregunto si ella no tiene vergüenza, si no siente temor de que  alguien la vea. Y acá estoy yo, su marido hasta mañana, si no la mato antes, claro. Se detienen y paran un taxi, suben y desaparecen de mi vista, dejándome como un boludo, mirando la nada. Reacciono, paro otro taxi y le grito al chofer: ¡siga ese coche!, ¿cuál?, ¡ese, que va ahí adelante! El tipo, desde el espejo, dice, ¿de verdad quiere seguirlos? ¿Y si entran a un telo, qué va a hacer? Una muda palidez me invade. El piola, el que se las sabe todas, el que siempre copó la parada, ahora traicionado. El terror afloja mi vejiga y mojo el asiento, sin ninguna esperanza.

sábado, 4 de agosto de 2012

LA VENTANA Y EL PIANO

                   Ahí vive con la abuela, había dicho, con sus ojos traspasándome, absorto en el recuerdo. La mordedura de los celos caló hondo, pero me recompuse para sonreírle y continuar caminando como si nada, por la costa, cerca del agua. A unos metros, el viejo caserón, similar a un castillo, guardaba la imagen de una mujer desconocida que ya no lo amaba más. Creí ver un movimiento en el cortinado de una de las ventanas e imaginé a alguien mirándonos. Un piano sonaba melancólico, las últimas notas cayeron en medio de los dos.

jueves, 2 de agosto de 2012

NUEVA RECETA PARA EL FRÍO

El hombre alto se incorporó en su asiento. Vestía una campera azul y bufanda al tono. Ante la pregunta, siente frío, manifestó que sí. Fue hacia la heladera, abrió el freezer y volcó casi todo el contenido de la cubetera en un vaso alto, lo llenó con el jugo que estaba sobre la mesa y se dispuso a tomarlo. Las personas que lo acompañaban lo vieron saborear su bebida como si se tratara de una infusión, más acorde con la temperatura que sufría. No hubo explicación.

sábado, 28 de julio de 2012

CON LOS OJOS CERRADOS

Aún no despierto del todo y a mitad de la noche, aparecen imágenes de un sueño recurrente. Estoy en medio de un gran patio, rodeado de plantas, baldes con ropa, escobas y participo de una reunión familiar junto a los que ya no están, como en sus mejores épocas de juventud. Ahora, el ruido de la calle, el tictac del reloj, el murmullo del ventilador, me desorientan. Quiero atrapar esa escena, cierro los ojos y procuro dormirme para rescatarla, pero se aleja veloz a medida que trato de recordar. Tendré que aguardar otra noche para alcanzarla.



               La enfermera trae un nuevo día, el control de mis funciones antes de que amanezca y concluya su turno de trabajo. La sonrisa amable, “hola abuelo” me dice, los modales suaves, son un aliciente para enfrentar lo que resta por vivir. Tal vez, una madrugada llegue hasta mi cama, acerque su rostro al mío, me hable como siempre y yo, sonriéndole también, apoye mis manos sobre sus pechos abundosos. Y aunque reciba su voz contrariada en el reto, me iré de este mundo con ese consuelo.


viernes, 20 de julio de 2012

HOY ES EL DÍA DEL AMIGO, ESTE BLOG HA CRECIDO GRACIAS AL APORTE DE TODOS LOS QUE ME VISITAN ASIDUAMENTE. AUNQUE SE DESVIRTÚE LA AMISTAD VIRTUAL, CREO QUE HAY QUE ACEPTAR ESTE NUEVO LAZO QUE SE CREA ENTRE NOSOTROS Y VALORARLO. GRACIAS A TODOS Y MUY FELIZ DÍA DEL AMIGO EN COMPAÑÍA DE LOS QUE SON ENTRAÑABLES PARA USTEDES. UN ABRAZO GRANDE!

miércoles, 18 de julio de 2012

EL HECHO

                    El hecho ocurrió hace ya algunos años, pero es imposible olvidarlo por las consecuencias que tuvo para todo el pueblo. Es que era un personaje muy conocido. Me acuerdo que vinieron de las poblaciones vecinas, montones de gente curiosa, como si hubiera llegado el circo. De chico me impresionaban mucho los trapecistas y los leones y los equilibristas que danzaban en una cuerda tendida en el vacío. No podía mirar, cerraba los ojos cuando subían y recién los abría cuando los aplausos decían que estaban seguros en el piso saludando. Ahí sí aplaudía yo también, rabiosamente, para sacarme todo el miedo afuera.

                   Todo empezó por la infidencia de un chico, ahora un hombre que carga en sus espaldas con esa cruz, producto de un comentario inocente acerca del hecho. Cuando lo recriminaron quiso escaparse por temor a las represalias, pero al ser una criatura ninguno se animó y ahí quedó el pobre expiando sus culpas. Las culpas… esas malas compañías que llevamos a lo largo de la vida a veces. Si uno pudiera desprenderse de ellas como de una ropa vieja y dejarlas de lado…El padre Ramón fue una gran ayuda para mí, a pesar de estar muy dedicado al vino de la misa fue un cura muy gaucho. Algunas mujeres de por acá podrían atestiguar lo que digo. En fin, hablaba de aquel asunto, tendría mucho para contar pero me está entrando el sueño, últimamente duermo más de día que de noche, cosas de la edad. Pobre muchacho, pensar que su padre había soñado verlo convertirse en alguien importante, bueno importante fue, pero al revés.

sábado, 14 de julio de 2012

EL CALOR DE UNA MANO

      Cómo voy a ponerme la malla con estos pelos horribles si no tuve tiempo de depilarme qué vergüenza pero pensándolo bien está algo oscuro nadie va a darse cuenta vení mamá nos vamos a la playa llevá para tomar mate habrán quedado bizcochitos por suerte algunos hay si tenemos ganas compramos churros, qué me van a hacer mal si están recién hechos viste los rellenos de pensarlo se me hace agua la boca dale mami no empieces a dar vueltas así estás bien te acordás del traje de baño con voladitos en la cadera qué lindo era con fondo rosa y florcitas de todos los colores dónde habrá ido a parar seguro a la casa de alguna de tus amigas para la hija o nieta ni te molestaste en preguntar total los demás no sabemos pensar para eso estás vos vení no te enojés llevo la manta y un almohadón porque sé que ni loca te sentás sobre la arena viste cómo te conozco qué lindo caminar por la orilla mami mirá esas olas enormes nos quedamos por acá no sea cosa que el agua nos alcance sentiste frío yo también hay bastante gente a pesar de la hora pasará el churrero y bueno qué querés hambre no tengo pero se me antojaron voy a descansar un poco comprámelos eh… mami te apoyaste en mi rodilla…

        Abro los ojos, en la penumbra de la habitación siento el calor de una mano en mi rodilla derecha, enciendo la luz, estoy sola, pero ya no puedo volver a dormirme.

sábado, 7 de julio de 2012

LA BARRERA


                     Hacía varias horas que estaba sentado ahí, el café ya se había enfriado y el último cigarrillo se iba consumiendo solo entre un montón de colillas secas y amarillas. Por más que le daba vueltas y vueltas al asunto, no le encontraba solución. El mozo se acercó para preguntarle si quería algo más. Lo miró directo a los ojos y le contestó serio, no, gracias, ya me voy, tomá, y le dejó diez pesos sobre la mesa, antes de levantarse y salir.

                     Una suave llovizna, cálida, sin viento, lo recibió para amargarle más la tarde. Mientras caminaba por el medio de la vereda, un calor insoportable subía hasta su cara. Maldita humedad, pensó. Pero no hablaba de la humedad, en su rumiante cerebro la realidad lo había puesto contra la pared. Tendría que tomar una decisión y cualquiera fuese, estaba perdido. Por un lado o por otro, la simulación sería su inevitable destino. Una mano pequeña tomó la suya: hola, papá. Ella lo miraba desde un costado, sosteniendo la otra mano de su hijo. Sonrió resignado y levantó por los aires al chico, que reía feliz.


sábado, 30 de junio de 2012

MI PRIMO

Yo escucho siempre detrás de las puertas. Es la única manera de enterarme de lo que pasa. Mi vieja me huele y cuando hablan con mi viejo y las otras tías, se fijan primero si ando cerca. Pero como me escondo bien, nunca se dan cuenta. La mamá de Cachito se las tomó con un pariente lejano que le dicen el primo Juan Carlos. Yo sé que no es ningún primo, fue todo un invento de la tía para mandarse a mudar con el tipo. Primero se iba un tiempo de viaje y pasaba algunos días allá donde él vivía, pero al final se fue y chau. Pobre Cachito, me da lástima, lo veo tan zonzo, haciéndose el bebé con ese conejo pelotudo que arrastra de acá para allá, que le tuve que decir la verdad. Para que no se rieran de él por atrás los otros pibes del barrio. Porque las chusmas que se enteran de todo desparraman las noticias y los muy hijos de puta se la agarran con mi primo. Yo lo voy a defender si lo cargan de nuevo cuando pase en bici por la otra cuadra, donde están los tarados estos. También, pone en el canasto a ese conejo mugriento del que no se separa ni a sol ni a sombra. Cómo no lo van a jorobar, no sé cómo no se da cuenta que ya está grande para andar con juguetes. Se ofende si le digo que es un juguete, él dice que es su único amigo, ¿y yo qué soy entonces?  Claro que soy su primo, pero también soy su amigo, el que lo acompaña cuando sale solo a caminar; como todavía es chico, en una de esas se pierde, y el padre está tan mareado que ni se da cuenta de lo que hace. Se la pasa suspirando y tomando mate en la puerta de la pieza. A veces parece que se le vuelca el agua porque saca el pañuelo y se seca las manos y después se suena la nariz. Cada día está más flaco, ni la comida hace ya. Menos mal que Cachito viene a comer a mi cocina, sino se lo estaría llevando el viento también, como a mi tío. Hoy es sábado y en un rato van a venir todas las parientas, los escuché anoche, van a hacer una reunión para decidir qué se hace con Cachito. Si a alguien se le ocurre llevárselo lejos, están locos, a mi primo nadie me lo saca. Le voy a prestar mi cama, que se acueste a los pies, y también los patines, esos que tienen las ruedas torcidas pero todavía sirven. Y los dos nos vamos a ir a la plaza, todos los días un ratito, hasta la hora de la leche.

jueves, 21 de junio de 2012

ATRACO

                      Regresaba al Banco después de mi hora de descanso, cuando a media cuadra observé a la pareja que salía de la sucursal. Él, era un cliente; ella, rubia, vestida de rojo y muy elegante, no. Los dos con idénticos maletines. A unos pasos de la peatonal, cuatro tipos de riguroso traje oscuro los rodearon.



                       El tráfico me impedía avanzar. Un movimiento en el grupo dejó al descubierto un arma de fuego, que derribó de un certero disparo al cliente sobre la vereda.


                
                        Con los maletines que antes llevara la pareja y aferrando de un brazo a la mujer, partieron hacia la esquina donde yo aguardaba para cruzar. Mientras ellos ascendían a un automóvil con el motor en marcha, quise arrebatarles a su víctima. Pero al acercarme vi que ella sonreía, suave y aviesamente sonreía.


viernes, 15 de junio de 2012

LOS DETALLES

                   El detective miraba sus notas, sorprendido por la cantidad de detalles anotados a las apuradas y también conmocionado por la cercanía con la mujer muerta. Hasta un mes atrás, había conversado con ella en la entrada del edificio cuando coincidieron uno entrando y el otro saliendo. Hablaron sobre una vecina, enferma terminal muy querida por ambos, que dos años antes se había ocupado de solucionar problemas serios del consorcio. En aquella oportunidad, la unión de casi la totalidad de la gente contribuyó a un resultado feliz que aun disfrutaban. No podía suponer que poco tiempo después tendría que reconocer y registrar el lugar del aparente suicidio de su ocasional interlocutora de aquel día.
                
                    La escena mostraba el testimonio de esa decisión. El cubrecama, triste y descolorido color terracota, que la vio acomodar por última vez el cuarto, algo arrugado por el desplazamiento del cuerpo. El velador encendido, a su lado un tubo vacío de pastillas y la botellita de agua tirada sobre la alfombra. Y la foto del hijo, singularmente presente en su ausencia, testigo inocente y mudo, pero con los ojos bien abiertos, mirando desde otro lugar sin comprender, y a pesar de todo acompañando a su madre para no sentirse abandonado ni abandonarla, sin preguntas, aceptando ese destino que ella eligiera. Y ahí también estaban los frascos sobre la cómoda, prolijamente alineados como para usarlos en cualquier momento, pequeños envases con distintos contenidos. Y todo quedó ahí, sin uso posterior ni futuro, sólo para servir a una reproducción meticulosa y precisa. Para dejar sentados los detalles concretos anteriores a una acción inexplicable.

                         

domingo, 10 de junio de 2012

DOÑA MAGDALENA

                 Llevaba la batuta en la familia, hija, yerno y nietos bailaban al ritmo del bastón de la buena señora. Peinada de peluquería de la mañana a la noche (misterios del dormir sentada) canas cubiertas con un rubio ceniza perfecto, el porte de una reina hecha y derecha, Doña Magdalena.

                  Recuerdo el día en que la conocí. Llevada por no sé qué comentarios, me empezó a interrogar sobre mi matrimonio, como si me conociera de toda la vida. Yo ya no era una joven inocente y desprevenida, la miré con simpatía y le dije, ¿qué tal Magdalena, cómo la trata el reuma? Me odió en ese mismo instante y para siempre.

                  La hija y el yerno le dejaban a los chicos en sus horas de trabajo, ellos mismos le daban las armas y ella disparaba sin piedad. Con una mucama que ayudaba en todos los quehaceres los mantenía a raya, horarios de escuela, almuerzo, merienda, deberes, clases adicionales, todo supervisado al dedillo.

                   Lástima que tuvo que enterarse por una vecina de la infidelidad de su propia hija, eso la puso a meditar seriamente un breve tiempo sobre la actitud a tomar. Hizo una astuta y discreta investigación del presunto culpable y decidió que era mejor que su yerno. La trama y el método de Doña Magdalena para lograr su propósito no es algo relevante, pero sí los resultados. Ahora los chicos están con su mamá, que dispone de un personal trainer, días de sauna y masajes, tarjeta ilimitada y viajes por el mundo. Los fines de semana el papá pasa a buscar a sus hijos, mientras ella sale a disfrutar de diferentes paseos con su valiosa adquisición, mejor dicho, la de su madre y mentora, Doña Magdalena.


sábado, 19 de mayo de 2012

LA SILLITA (parte de mi relato familiar)

               “Negra, ¿tenés oxígeno?”. La frase la pronunciaba mi papá por teléfono alrededor del veinte de cada mes, justo cuando mis finanzas empezaban a flaquear. Yo iba en busca del refuerzo. Cuando mi marido cobraba el sueldo se lo reintegraba y al mes siguiente se repetía la operación. Este era nuestro pacto secreto y lo disfrutábamos sin hablarlo. Cuando empecé a ir a diario, luego de su infarto, encontraba siempre la barrita de Águila guardada en el lugar de las galletitas, chocolate para taza que nunca se usaba para tal fin, antes desaparecía entre mis fauces.
                Aprendimos a demostrarnos el afecto, no sin cierta timidez de los
dos. En los primeros tiempos de su separación de mamá, no podía hacer gran cosa, yo volvía al mediodía de mi trabajo para comer y encontraba siempre el mismo menú, una olla grande con verduras de toda clase y fideos bien gordos para que la panza no se quejara. Nunca le dije nada porque entendía su dolor. Al atardecer se refugiaba en el sótano y lloraba solo su fracaso. Cuando regresaba al departamento tenía los ojos rojos. Yo le alcanzaba un mate amargo, que aprendí a tomar con él. No hablábamos mucho por un rato, o tal vez le contaba alguna anécdota de la oficina para entretenerlo. Extraño esa suerte de compañía silenciosa que teníamos, en el fondo éramos dos solitarios que se acompañaban y comprendían.
                    Mis llegadas tarde luego de una salida nocturna daban como resultado el temor a su mirada reprobadora. Llegaba casi sin aliento y espiaba su cara mientras ponía las excusas que justificaban la demora. El, me alcanzaba el mate recién cebado y las tostadas calientes, haciendo comentarios sobre los pájaros, algunos habían tenido cría, o la trampera había cazado a dos. Ninguna referencia a mi acción culposa.  Mientras fui soltera el sueldo mío se lo daba íntegro. Cada vez que necesitaba algo le pedía, las medias eran compras semanales y de a dos pares. La tienda estaba enfrente de casa y con el tiempo ya no iba con dinero, tenía cuenta corriente, él se encargaba de pagar mensualmente. Nunca salió un no de su boca ante cualquier pedido razonable que yo le hiciera. Eso incluía compra de zapatos y carteras haciendo juego, mi debilidad. Claro que no pasaban de uno por temporada. Y de vez en cuando renovar el vestuario para seguir la moda. Fue siempre un muy buen administrador, esa cualidad vivo intentándola con dispares resultados. Desde mi casamiento, manejo la
caja chica bastante bien, aunque a veces los vaivenes económicos me dejan
tecleando, al borde de la bancarrota. La satisfacción que siento cuando
llego a fin de mes logrando cubrir todos los frentes, es incomparable.

        

16

                     Los domingos en que lo invitaba a comer al mediodía, él llegaba con su infaltable paquetito, costumbre tana que siempre copié. Nos sentábamos y de inmediato mis hijos, mi marido y yo la emprendíamos fervorosamente con la pasta del día. El, en cambio, se tomaba su tiempo, partía trocitos de pan, comía muy despacio y saboreando la comida. Cuando nosotros ya estábamos por dejar el plato vacío, nos insistía para que no lo esperáramos, que siguiéramos adelante con el menú. Esa manera de ser, esa humildad de proceder, me emociona cada vez que lo recuerdo. Nunca quería molestar, si lo estábamos llevando de regreso a su casa luego de una salida familiar, se quería bajar en cualquier esquina donde un colectivo lo acercara. Su única debilidad eran las chicas, de cualquier edad y color. Los ojitos le brillaban si alguna andaba cerca y no sabemos cómo conquistaba de vez en cuando a alguna candidata que luego lo acompañaba por un tiempo en su diario vivir.  Era un tímido Don Juan, pero Don Juan al fin. Y a veces constituía un problema, porque no toda la familia coincidía con sus gustos a la hora de elegir. Una sola vez me negué a que nos visitara con su ocasional compañía porque se trataba de la comunión de uno de mis hijos. Quizás el fervor religioso se me había contagiado, pero luego lamenté haberlo hecho, él fue más cabezadura que yo y no concurrió. En lo sucesivo acepté su manera de ser con la comprensión que dan los años. Viéndolo ahora con la lejanía de su ausencia y la de mi mamá, creo que él logró ser más feliz a pesar del dolor que tuvo que atravesar. Porque vivió como quiso y eso no tiene precio. En cambio mi mamá luchó siempre por algo más pero no se hacía el tiempo para disfrutarlo y a la larga eso la desgastó. Es curioso el valor que las personas dan a los logros. A la luz de los acontecimientos mi mamá parecía una triunfadora, pero el que realmente supo valorar la vida fue él. Aunque tuvo que sobrellevar una enfermedad, lo hizo de una manera muy digna y cuando ya no estuvo dejó una huella imborrable en la memoria de quienes lo conocieron. Por distintos motivos mi mamá también lo consiguió, con la diferencia que ella no alcanzó su propia felicidad.
                   Tengo un portarretrato de los dos en la casa de fotos el día de su casamiento. Ahí van a estar juntos siempre aunque la vida los haya separado todavía jóvenes. Porque pienso que las parejas quedan unidas por un hilo invisible a pesar de las diferencias, cuando el destino los hizo elegirse alguna vez.
                  

miércoles, 16 de mayo de 2012

ES PREFERIBLE...


Es preferible mirar cómo la luna filtra su luz entre los pinos y abetos, solitarios en el amplio parque abandonado; escuchar cómo algún pájaro pía lastimero añorando a su compañera perdida, tal vez por su propio gusto y decisión, cansada de vivir siempre lo mismo; percibir cómo el rumor del viento trae un aroma húmedo con reminiscencias de mar y de caracoles aplastados en la orilla; advertir cómo uno a uno mis pasos suenan a estruendo sobre las hojas amarillentas aquí y ahora, mientras tarareo una melodía nueva y distinta, a tener que pensar en ese único y real instante en que dijiste adiós.

domingo, 6 de mayo de 2012

MI FOTO EN LA CALLE

                 Por culpa de estos malditos regalos caninos, ahora caminamos mirando hacia abajo, por temor a pisarlos sin querer, ay que asco, ni quiero pensarlo.  Resulta que iba como siempre, con los ojos en el pavimento, cuando vi una foto carnet ahí nomás, tirada. Lo primero que me vino a la cabeza fue, zas, una pelea de enamorados. Pero no, la que aparecía en el papel chiquito, cuadrado, era mi cara. No la de ahora, sino la de hace algunos años atrás, bueno, deben ser como cuarenta más o menos.
Me quedé parada, inmóvil, como una idiota, por algunos segundos. No podía despegarme de ese pedacito de vereda. La recogí y la miré con más detenimiento. Claro que era yo, ninguna duda, pero cómo había llegado a ese lugar, en medio de la calle y cuándo. La di vuelta, sólo un sello, sin fecha ni otro dato que pudiera orientarme. Comencé a caminar despacio, tratando de entender qué estaba sucediendo. Tropecé con alguien y la foto se me deslizó de la mano y cayó. Al querer recuperarla, la imagen de una desconocida sonreía desde el piso, la cara de la mujer con la que había tropezado. Se la entregué y seguí rápido hasta mi casa, un escalofrío me corría por la espalda. Fui a la computadora y encontré esto en Internet. En la época de los equinoccios suele ocurrir que se muestren los duplicados de nuestros rostros en los momentos más felices de nuestra vida, sobre las veredas que a diario transitamos. Sólo debemos mirarla una vez, si lo hacemos una segunda, la apariencia cambiará por la de una persona que nos salga al encuentro, en ese preciso instante.

sábado, 28 de abril de 2012

AQUEL DÍA

Mirando hacia el cielo vi
un fondo de mar azul
El oeste presagiaba tormenta
Pájaros rodaban como peces
en el aire enrarecido
no lograban huir del vendaval
Algo
condicionaba su vuelo
impulsándolos a una loca carrera
sin rumbo
ni respiro
Pude comprobarlo cuando
en plena claridad
la bandada desapareció
dejándome absorta
en el vacío.


domingo, 22 de abril de 2012

ENSOÑACIÓN

                    La playa está desolada, es temprano todavía y los turistas descansan. Dueñas y señoras, las gaviotas pululan en el horizonte y avanzan sobre la orilla. Algo raro sucede, se han amontonado en un determinado sector, no muy lejos de donde yo estoy recostada, disfrutando de los rayos suaves del sol, a esta hora de la mañana.

                    Me incorporo con pereza, la curiosidad puede más que mi deseo de reposo. Hago visera con mi mano para ver mejor pero no distingo nada especial. Entonces, me pongo de pie de un salto y camino decidida hacia ahí. A medida que me acerco parece alejarse más la improvisada reunión. Mis piernas pesan una enormidad, la arena, cálida y abundante, me obliga a realizar redoblados esfuerzos para llegar. Cuando quedan pocos metros, el grupo se dispersa rápidamente, tal vez sorprendidas por mi presencia inesperada. Me quedo mirando el lugar, pero no encuentro nada que haya justificado esa conducta. Pienso, bueno, seguro había restos de peces diseminados y los devoraron. Qué tontería, haberme preocupado por una cosa tan natural. Y me dispongo a volver a mi lona, que se ve más distante desde donde ahora estoy. Casi a mitad del trayecto de vuelta, oigo un sonar de alas a mi espalda, y antes de poder reaccionar, me derriba la feroz bandada, que, ahora sí, tiene una actitud definida.


domingo, 15 de abril de 2012

                        “MEMORIAS DE UNA VIUDA”  


               Mi hijo me regaló el libro que cito en el título, de Joyce Carol Oates. Esta escritora me conquistó con “Blonde” un libraco enorme y a precio de saldo en un supermercado. Hasta la cajera me sonrió al pasarlo por el scanner, como diciendo, esto te vas a leer. Ya en la contratapa advertía que trataba sobre la vida de Marilyn Monroe. Cuando me faltaban pocas páginas para el final, retrasaba su lectura, tan atrapada estaba por su forma de narrar, en un conmovedor monólogo interior. En ese entonces no era muy conocida, esta nueva obra se pudo conseguir a pocos días de haber leído una nota en un diario, anunciando su publicación. Trata sobre la muerte de su esposo y cómo fueron los días alrededor de ese suceso. A medida que iba leyendo, observaba  un paralelo con mi propia situación, que no es la viudez sino el divorcio. La diferencia consiste en que yo lo sigo viendo y ella ya no puede hacerlo. Pero es ahí donde me encuentro hermanada, porque a pesar de tener conversaciones que implican una vida en común, la figura que tengo delante de mí no se parece a la persona que conocí. Los sentimientos no tienen nada que ver con esta situación, se trata de algo extraño que me sucede al verlo. Y esa misma distancia me propone escribir mis memorias. Próximamente.


sábado, 7 de abril de 2012

DIAS DE SILLITA

  Ella me vestía con ropa adecuada a la estación. Por encima, un delantal almidonado con grandes tiradores bordeados de volados, pechera y amplia falda que remataba en un gran moño atado a la cintura por detrás. El desayuno consistía en una sopita de mate cocido con leche y trocitos de pan, que nos daba a cucharadas a mi hermano y a mí. En los días cálidos por la mañana temprano y en los fríos después de la hora de almuerzo, colocaba la sillita en el patio trasero y ahí me hacía sentar a tomar sol. La había hecho especialmente el abuelo, era de color celeste y tenía un asiento de esterilla y maderas laterales para apoyar mis brazos mientras sostenía los enormes libros de cuentos. Miraba las maravillosas imágenes antes de saber leer y luego devoraba sus historias con fruición. Un día llegó el médico de la familia, me miró y le dijo a mi mamá: hay que llevarla al parque, a correr. Ella nunca había tenido muñecas.

jueves, 29 de marzo de 2012

DETRÁS DE SU MIRADA

        La sombra en la pared alargaba la noche. Tenues luces lejanas dibujaban claroscuros difusos sobre el frente del edificio. Fugazmente, se deslizó por una abertura lateral en donde no se veía puerta alguna. La calle estaba desierta. En el interior se iban perdiendo, entre muros vidriados, haces intermitentes de luz que ascendían a través de las escaleras hacia los pisos superiores. Al llegar al último, la penumbra fue aumentando paulatinamente hasta convertirse en un estallido fulgurante que iluminó toda la avenida.


         Mientras la gente del pueblo se preguntaba azorada qué había sucedido, un hombre de traje gris, mezclado entre la multitud, avanzaba quietamente. Una sonrisa torcida cruzaba su cara y en sus ojos un odio mortal brillaba embravecido.


jueves, 22 de marzo de 2012


Conmemorando el Día de la Poesía
traigo un viejo poema al blog

HOY



Mis ojos ven más allá
De la mesa ovalada
De la taza vacía.

Se remontan a un tiempo
En que el alma vibraba
Con los sones del cuerpo
Remolinos de viento
Recordando esos días.

En el hoy se han quedado
Esa taza
La mesa
Mi mirada
La vida.

jueves, 15 de marzo de 2012

ATARDECER

                 El atardecer transcurre a través de mi ventana, la noche avanza sin defensas. Hojas de papel esperan sobre el escritorio, no pierden su blancura con el paso de las horas. Ningún trazo las perturba. Miro los árboles, van cambiando de color a medida que la oscuridad los cubre. El otoño pronto resecará sus hojas y caerán indefectiblemente sobre el camino. Entonces, saldré temprano una mañana, mis pasos crujiendo leves y rápidos. Se anuncia la noche, no hay luna y las nubes amenazan tormenta. Lloverá, es seguro, el olor a tierra húmeda inunda la casa. Tendría que cerrar las ventanas. Me siento reconfortada, como si esa tormenta inminente fuera un motor en marcha que se dirige hacia algún lugar en donde estaré esperando. Estos pensamientos no tienen ninguna lógica. Es como si toda la vida hubiera estado acá. Las sierras y el río me dieron la bienvenida. Ya imagino mi figura inclinada a lo largo de la costa. Desde hace un tiempo planeo estas salidas, pero hasta ahora no me decido. La pereza y una vaga incertidumbre me dejan inmovilizada, mirando los cristales la mayor parte del día. El vendaval de agua y viento, en furiosos remolinos, despiertan de golpe mi ensoñación. Corro de un lado a otro asegurando las persianas. El paisaje, allá afuera, lucha por sobrevivir. Cuando todo se calme, cumpliré mi promesa del largo paseo matinal, no es saludable mantenerme encerrada. Ya siento la nostalgia anticipada del crujir de las hojas bajo mis pies. Sí, estoy segura, me sentiré feliz caminando sobre esa alfombra dorada. ¿Fue la lluvia que salpicó mi cara o son lágrimas las que corren tibias hasta mi boca?

domingo, 11 de marzo de 2012

ABRÍ LOS OJOS Y ESTABAS AHÍ...

¿Qué hacés que no dormís? En lugar de estar sentado ahí en el piso, mirándome dormir, ¿por qué no te acostás vos también?  Mirá que te gusta perder el tiempo eh… Ya sé, estás pensando en algún renglón de tu novela, eso te tiene desvelado, ¿no? Bueno, yo te cuento, a ver si te inspira algo, mañana vence la luz, el gas ya fue la semana pasada, y el mes que viene nos van a cortar todos los servicios si no pagamos las cuentas. Decime, ¿eso te da alguna idea para terminar de escribir esa mierda de novela que ya me tiene podrida? ¿O vos pensás que con lo que yo gano alcanza para todo lo que hay que pagar? A gatas consigo comprar la comida y llegar al alquiler, hace años que no me compro algo decente, me voy arreglando con lo que me dan, de lástima, esas hijas de puta para las que trabajo como una burra. Ellas ni se imaginan que soy la mujer de un gran escritor que hace dos años que no escribe una línea. Eso sí, las botellas de vino van pasando de a una por comida. No te privás de nada, vos.
Ni me preguntás con qué estamos viviendo. Ah… pero el señor tiene que conseguir su inspiración, no hay que molestarlo con ruidos estridentes, ni el teléfono suena ya, ¿no te diste cuenta? Y no creas que es porque le bajé el sonido de la campanilla. Directamente cortaron la línea hace seis meses, total, ¿quién te va a llamar para publicar? El gran escritor, está retirado, en su atelier, meditando en soledad. ¡Qué risa me da!

                           La sangre fue deslizándose suave y caliente por sobre el cubrecama. El hacha, quieta, a un costado, tenía adherida la mano de un hombre que no había podido escribir ni una línea.
Se levantó despacio, miró con calma el cuerpo decapitado de su mujer y encendió un cigarrillo.

miércoles, 29 de febrero de 2012

EL FORASTERO

                    El hombre llegó arrastrando los pies y se sentó a beber, casi no se lo escuchó hablar. Su portafolios, viejo y raído, reposaba en el piso, cerca del mostrador. Dejaba pasar las horas con el vaso en la mano, a veces agitaba el aire hasta encontrarlo y bebía insaciable.

                    El dueño del boliche lo llenaba de nuevo, como atento a una orden predicha, un acuerdo entre los dos. De a ratos lo observaba de reojo, calculando cuándo caería inconsciente. Pensaba, “otro más para el fiado, mejor le voy cobrando ahora para no perder todo después”. Le llamaba la atención que de vez en cuando girara la cabeza hacia la escalera. Su mujer llegaría de un momento a otro, no le gustaba madrugar. Se miró las manos, las manchas delataban la edad, años y años la misma rutina, sin cambio en días y noches, ¿para qué? En el pueblo estaban habituados a entrar y olvidarse del mundo, algunos jugaban a los dados, otros a las cartas, la mayoría, simplemente se ponía a tomar hasta que había que ayudarlos a llegar hasta sus casas. Estaba tardando demasiado, tendría que subir a despertarla. Dos años atrás llegó como de paso y se quedó. Mejor dicho, él la había hecho quedar, en cuanto la vio, se enamoró. Después, el tiempo hizo el resto; al parecer, no la esperaban en ningún otro lugar y por comodidad o gratitud, seguía ahí. Se daba cuenta de que no lo quería, pero era casi feliz sintiéndola cerca. Todo no se puede tener.

                       Levantó la vista, ella bajaba por la escalera distraída, arreglándose el pelo. Cuando estuvo a su lado, rozó su mejilla y le dijo, como siempre, “andá a descansar, ya estoy yo”. El la retuvo un momento, aspiró su aroma a recién bañada y luego se fue yendo despacio. No había llegado al primer escalón cuando un estampido a su espalda lo paralizó. Al darse vuelta la vio tendida, la sangre comenzaba a rodearla. El borracho sostenía en su mano vacilante el arma, todavía humeando.

             

miércoles, 22 de febrero de 2012

HURRA!!!!! CREO QUE LO LOGRÉ!!!! SI AHORA NO TIENEN QUE PONER LAS HORRIBLES LETRAS, AVISENME ASÍ FESTEJO!!!

domingo, 19 de febrero de 2012

ALGO PARA PENSAR

Cuando uno analiza su vida, no es cuestión de prestar atención sólo a los propios
pensamientos, sino de observar también los efectos que producimos en los demás. Así sabremos si avanzamos o retrocedemos.

sábado, 18 de febrero de 2012

CÓMO SER BUENA VECINA...SI TE DEJAN

                En estos últimos tiempos me he cuestionado seriamente mi antiguo concepto de buena vecina. Creí serlo, pero algunos hechos recientes me han hecho dudar.

                Ya relaté acerca de mi vecino que se droga y bebe en soledad, produciendo ruidos a la madrugada, consecuencia de sus acciones desmedidas. Nunca saludó muy efusivamente, tal vez por tener alguna certeza de mi pared compartida. Hace algunas noches, alrededor de las once, tocó el timbre y me pidió si podía abrirle la puerta de calle, él había dejado su llavero dentro del departamento. Le di mi llave y prometió devolverla, así lo hizo al rato, luego de escuchar yo los trabajos del cerrajero, que en dos minutos solucionó su problema. A partir de ahí casi ni saluda. Es como si creyera que le voy a cobrar el favor.

                  Otro tema pendiente, el perrito de arriba que hace pis sobre mi balcón, también escribí sobre eso, pensaba que se iba a solucionar. No fue así, no solo no me han abierto la puerta cuando iba a reclamar, sino que tuve que llamar al dueño por teléfono repetidas veces. Me atendió muy amablemente, prometió hablar con su inquilino, pero hasta ayer el amarillo líquido seguía decorando mi balcón. Fue cuando tomé el celular, y desde el mismo balcón, para que mi vecino del noveno escuchara, hablé fuerte y potente con el dueño, diciéndole que el administrador tenía instrucciones precisas para una solución definitiva. Parece que fueron palabras mágicas, A la hora, mi vecino dueño del perrito, tocó el portero eléctrico. Pero no para pedir disculpas, sino para, de manera arrogante, preguntar dónde estaba el problema, porque él trabajaba todo el día y no lo sabía. Le contesto, señor yo soy la damnificada, ahí parece que entendió algo de un juicio porque empezó a despistar, resultado, manifestó que se iba a ocupar, ahora mismo voy a la ferretería, fueron sus palabras. Espero que no haya pensado en un martillo.

lunes, 6 de febrero de 2012

DICEN QUE DICEN...

Dicen que mi ex no eligió bien
Que su nueva pareja nada tiene diferente a mí
Juzgan las apariencias
En realidad, ella es una mujer de mundo
Yo una mujer de hogar.
Si eso no es poca diferencia…
A propósito, si alguien busca
Una mujer de hogar… ja ja ja

viernes, 3 de febrero de 2012

ALGO IBA A SUCEDER

                            



                       Bajamos del tren atropellándonos, nuestros buenos modales durante el viaje no iban a despojarnos de la primicia. Cualquiera de nosotros podría haber hablado, consultado, es más, haber tirado de la campana de emergencia en medio del trayecto para sacarnos las dudas sobre el posible desastre, que presentíamos podría estar sucediendo en ese lado de la ciudad. 

                        Todos habíamos observado a la gente corriendo, llevando equipaje a tontas y a locas por los laterales del recorrido del tren. Sin embargo, ningún comentario había surgido, nos mantuvimos herméticos en nuestro interrogante. Fingiendo una indiferencia que estábamos lejos de sentir. El solo hecho de iniciar una conversación en ese sentido, nos habría puesto en el lugar de la gentuza que puebla las calles, chismorreando sobre lo que acontece, sin el menor decoro.

                          Por supuesto, cada uno en su asiento, sentía miles de agujas clavadas en su espalda, impeliéndolo hacia el exterior.
¿Cómo no querer salir huyendo hacia el lado contrario, si la gente allá abajo nos señalaba con horror, mientras corría por andenes y a campo traviesa? Ese sentimiento, callado y compartido, nos unía en la infinita soledad de la convivencia ocasional, ese día, en ese tren.

                           Ahora, por fin, tendríamos la respuesta clara o fatal, apenas se detuviera la máquina. Apiñados y anhelantes, en cuanto pusimos un pie en tierra firme, una gigantesca sombra de agua y lodo, proveniente del noroeste, nos aplastó.