Así la llamaban sus nietos. Ella era el motor de la familia. Nada se negaba a su voluntad arrolladora, el “no” no existía en su vocabulario, salvo para los juegos de artificio del negocio de su amiga en las fiestas, los defendía, pero no los compraba. A lo largo de su vida tuvo infinidad de proyectos y la mayoría los llevó a cabo con éxito. Su familia fue depositaria de infinidad de enseres y mobiliario para sus hogares. Alguna vez un comerciante le preguntó, Dígame doña, usted no regala pañuelos y medias para los cumpleaños? Siempre modulares, sillas, cortinas? Ella conocía como nadie el mejor modo de dejar una casa confortable, con poco gasto y muy buen gusto. Al principio era sorprendente el modo con que se aparecía cubriendo necesidades o realizando pequeñas modificaciones que mejoraban el diario vivir. Luego uno se iba acostumbrando y aceptaba esas intromisiones que de todos modos eran beneficiosas, y terminaba dándole la razón. Su vida transcurrió siempre entre su familia y las amistades que fue cosechando y que también se acomodaban a su modo de ser. Lo único que no pudo solucionar fue su propia felicidad, cuando se apagó la ilusión se dejó estar, un hilito de voz dejó su eco para siempre. Te quiero mamá
Entrañable y Tierno Relato, que me ha emocionado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una madre siempre termina teniendo razón y si tiene personalidad arrolladora mejor que mejor.
ResponderEliminarNuestras madres siempre están con nosotros física o espiritualmente, ese vínculo no se puede romper, su recuerdo en esas cosas y momentos cotidianos hacen que siempre estén y siempre las queramos.
Preciosa entrada.
Un beso :)
"de esas personas que viven para los demás y se postergan siempre" ¿no María Cristina? Muchos saludos!
ResponderEliminarGracias Pedro, un abrazo!
ResponderEliminarGracias Nieves, yo me peleaba mucho con ella, "mamá no me hinches" era mi frase, pero la vida pasa, un abrazo!
ResponderEliminarLao, de tal palo... un abrazo!
ResponderEliminarHermoso homenaje a tu mamá. M. Cristina nos dejas una imagen de una mujer entera y para quien todo comenzaba por su familia.
ResponderEliminarsaludos.
mariarosa
Gracias María Rosa, un abrazo!
ResponderEliminarMi preciosa amiga, siempre me emocionás, feliz de vos que tuviste una mamá gallina tan hermosa y ¡Feliz día! con atraso pero con cariño.
ResponderEliminarTe he extrañado, miles de besos y que el cielo se te llene de fuegos de artificio cada vez que estés triste recordando tu mami y alegren tu mirada.
MARIE CRIS
ResponderEliminarSnif, snif, snif
muy lindotristecitonostálgico bonito, feliz día nena
beso
a mi me llorarán mis pichichos
bacio
Muy lindo lo que escribiste!!
ResponderEliminarSaludos!
Parado en el Abismo
Gracias por tu hermoso mensaje Lyliam! Nunca le dije te quiero a pesar de demostrarlo, lo digo ahora por si está detrás mío cuidándome, un abrazo!
ResponderEliminarGracias Magú, tus pichichus te adoran, ellos saben que te desvelás por cuidarlos, un abrazo
ResponderEliminargrande!
Hola Pablix, gracias por tu visita!
ResponderEliminarEmocionan tus palabras salida de un corazón sensible que expresa lo que siente. Desde Jaén un abrazo y feliz día
ResponderEliminarGracias Miguel! Un abrazo
ResponderEliminarHola Maria Cristina. Feliz dia atrasado jaja. Si... cuantas madres hay asi. Que se desviven por los hijos y a veces se privan de darse algun lujo ellas, viajar, comprare algo que les guste, etc.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, María Cristina.
ResponderEliminarEntrañable, muy tierno y amoroso. Así era mi madre, pendiente de todo.
Un abrazo.
Un mensaje de mucha luz y cariño.
ResponderEliminarMuy lindo el texto y que nos pasa la sensación dulce del amor eterno ente mamã y hija...
NO HAY COMO EL AMOR DE UNA MAMÁ, COMO ELLA NADIE TE PODRÁ QUERER. ELLAS DAN TODO EL TIEMPO, SE BRINDAN ENTERAS...
ResponderEliminarUN BESITO
Hola Gustavo, y no sé si quedan muchas, ahora es muy importante la apariencia y las mamis se van al gimnasio ja ja ja, un abrazo!
ResponderEliminarHola Rafael, es así, uno las tiene muy presentes cuando dejaron su huella, un abrazo!
ResponderEliminarHola Integral... gracias por tu visita, un abrazo!
ResponderEliminarHola Luján, uno las valora después, un abrazote!
ResponderEliminarNada como el amor de una madre.¡ Cuanto echo de menos a la mía!.
ResponderEliminarUn abrazo María Cristina.
Dios te bendiga.
Gracias Marian, yo la sueño muy seguido en una convivencia diaria, siempre me acompaña, un abrazo!
ResponderEliminarUn relato lleno de ternura y belleza María Cristina, me ha gustado mucho. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Gracias Pepe, un abrazo!
ResponderEliminarHOLA MARIA CRISTINA
ResponderEliminarES CIERTO, QUE UNO LO SIENTE CUANDO YA NO ESTÁN Y LLEGA A VALORAR TAN GRANDE SENTIMIENTO CUANDO SIENTE QUE LO HA PERDIDO... PERO PASA CON TODOS LOS AMORES A VECES.
UN BESITO
Maria Cristina, hermoso homenaje en el Día de la Madre
ResponderEliminarUn abrazo
Es así, Luján, un abrazo!
ResponderEliminarGracias Lapislazuli, un abrazo!
ResponderEliminarLas madres son el motor y la fuerza de todos los seres humanos, y cuando se van para siempre perdemos un poco el norte y el sentido de la vida.
ResponderEliminarBonito homenaje.
BESOS.
Gracias Ana! Un abrazo
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