Son jóvenes, enamorados, hacen proyectos, alguien le dice a ella, mirá que él no es como vos, mejor no te cases. Ella no escucha, se enoja, se aleja. Comienza los planes de la boda, él se deja llevar, ella es tan firme, tan con los pies en la tierra, que resulta imprescindible amarla. El tiempo pasa, ella se recibe, él consigue avanzar en su empleo, el hobby del teatro lo atrapa, tiene suerte, hay certezas de que lo apoyen y tenga un futuro. De a poco logra integrarse al ambiente, un último hijo ya lo encuentra distraído, en otro lugar. Ella lo nota pero no dice nada, deja que todo siga como si no sucediera. Pero un día él no soporta esa vida tan simple, con hijos, comidas, charlas caseras, tiene en mente algo superior, y se va. Así, de pronto, y ella está ahí, frente a él que apura su equipaje y recuerda aquellos mensajes encontrados por casualidad y convenientemente olvidados. Y no puede creerlo todavía, y le habla sobre la familia, los chicos tan chicos, pero él ya no escucha, tan lejos, tan lejos…
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ResponderEliminarA veces tenemos la realidad enfrente y no queremos verla ni afrontarla.
ResponderEliminarY a veces, también, damos pasos y abordamos decisiones erróneas desde el comienzo y sabemos que es casi imposible el éxito, pero seguimos adelante y seguimos... camino al fracaso.
Buena entrada, María Cristina.
Un abrazo.
Y es que nadie atendemos a razones y tenemos que vivir y sentir que nos equivocamos por nosotros mismos.
ResponderEliminarHay que vivir nuestra propia vida y no escuchamos y deberíamos hacerlo, si! porque a veces ellos, los que nos aconsejan desde su perspectiva lo ven mas claro.
Muy bien relato cristina, Un beso :)
Avanzamos por la vida y nos vamos encontrando todo lo que, si sabemos hacerlo,nos irán forjando como personas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
un hecho desesperado, una realidad inocultable
ResponderEliminarsaludos
Se ve que arrancaron mal y no supieron cuidar lo esencial. Faltó poner los valores en su orden y estar mas convencidos los dos. Buen relato María Cristina. ¡saludos!
ResponderEliminarEs así, Juglar, no querer ver se paga después, un abrazo gracias!
ResponderEliminarSí Nieves, cuando se es joven se cree tener todas las razones, después se crece y se recuerdan las macanas, pero como vos bien decís hay que vivirlas, un abrazo!
ResponderEliminarArmando, la vida nos lleva por distintos caminos, lo difícil es encontrar el correcto, mientras tanto se aprende, gracias, un abrazo!
ResponderEliminarOmar, la vida nos pone enfrente lo que no quisimos ver, es así, un abrazo!
ResponderEliminarLao, ella cree que puso todo lo mejor, el problema es cuando el otro no lo pone y se deja llevar, un día se da cuenta de que no fue su propia decisión y todo se malogra, un abrazo!
ResponderEliminarA veces los jóvenes actuamos por impulso sin medir las consecuencias y cuando nos damos cuentas, suele ser demasiado tarde.
ResponderEliminarFeliz semana María Cristina.
Besitos.
Gracias Diazul, lo importante es hacerse responsable del error, todos nos equivocamos, un abrazo!
ResponderEliminarA veces no quremos ver lo que esta frente a nosotros, eso parece haberle pasado a tu protagonista
ResponderEliminarMuy bien narrado
Un abrazo
Ni siquiera el paso del tiempo nos enseña a ver con nitidez allí donde nos empeñamos en cubrir los hechos con un manto de temor.
ResponderEliminarGracias Lapislazuli! Un abrazo
ResponderEliminarHola Anuar! Superar el temor es una tarea a cumplir, un abrazo!
ResponderEliminarQue triste es María Cristina, pero esto sucede muy a menudo.
ResponderEliminarOremos por las familias.
Un abrazo. Dios te bendiga.
Si el Corazón hiciera caso al Cerebro, cuantas historias como esta no se escribirían.
ResponderEliminarPero después de esa desgraciada Primera parte. Viene la Segunda y en esa hay que demostrar que se tiene redaños, para afrontar la Vida y demostrarse a si mismo que pude equivocarme, pero que todo en esta Vida tiene arreglo, menos lo que todo el mundo sabe.
Saludos, manolo
marinosinbarco.blogspot.com
A veces no escuchamos consejos porque queremos tener nuestras propias experiencias, equivocarnos tal vez, tener éxito y superarnos tal vez... Nadie sabe, nadie está en la mente de una persona que puede hacer click en cualquier momento.
ResponderEliminarExcelente relato, muy verdadero.
Besitos
Vidas paralelas, lo que se dice no se escucha y mientras una persona se desvive la otra no quiere,
ResponderEliminarSaludos desde isla de luz,
Hola, María Cristina:
ResponderEliminarAlgo está mal en nuestras vidas cuando es necesario destruir un hogar para alcanzar los sueños... No es el camino, la familia es lo primero.
Un abrazo.
Marian, yo hablo con mis dos hijos varones, les digo que un hombre puede tener debilidades como cualquier ser humano, pero debe preservar su familia por encima de todo, un abrazo!
ResponderEliminarTe echaba de menos escritora mía!
ResponderEliminarEsta historia parece que se repite demasiadas veces en las parejas...cansancio, ilusiones que ya dejaron de serlo, vidas paralelas, ya no juntas...
Digo yo si el amor tendrá fecha de caducidad...
Buen relato cielo!
Un besote!
Manolo, palabras más, palabras menos, es lo que le dije a la protagonista de esta historia, gracias por tu visita, un abrazo!
ResponderEliminarGracias Luján, es la vida, qué le vamos a hacer, lo importante es salir adelante, un abrazo!
ResponderEliminarHola Athenea, yo te quiero, yo tampoco, o yo quiero a Juan, que quiere a María que quiere a José que me quiere a mí, qué complicada es la vida no? Un abrazo!
ResponderEliminarRafael, comparto totalmente tus pensamientos y valores, un abrazo!
ResponderEliminarHola Remei, gracias por ser constante compañía. Un abrazo!
ResponderEliminarmarie cris
ResponderEliminarpero por lo menos el tipo tiene conflictos vocacionales o sentimentales normales, pero ahora de pronto se quieren poner pechso de mujer, operarse el pito, hacerse mujers, que le den subsidio por maternidad, llamarse SOLANGE, tener novio millonario. UY...preservemos a los hombres aunque sean vulnerable, que no sean como llamas que se extinguen ¿qué le pasa a la humanidad que tanto macho bonito quiere ser princesita?....es que vengo de lo del gaucho y me quedé pensando
bue, nena
bacio
Magú, el mundo gira y parece que volvemos a la Grecia antigua! Un abrazote
ResponderEliminarCon el tiempo las situaciones, a veces, cambian y hay decisiones que se tomaron, apresuradamente, que luego no parecen ser importantes.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu blog.
Muchos abrazos.
Hola Maria Cristina. Muy bueno el relato. Sobre todo por cosas que a veces se hacen sin planificar Porque no se puede casarse y tener hijos asi porque si. Si uno los tiene debe hacerse cargo de ellos. Ocuparse, ver lo que les pasa. Y si no que no los tenga y listo. Asi de simple.
ResponderEliminarUn abrazo y que termines bien la semana.
Gracias Rayen por tu visita, iré a conocerte también, ojalá este caso se resolviera así, un abrazo!
ResponderEliminarHola Gustavo, tenés mucha razón, pero a veces la locura del momento que se vive lleva a estas cosas, un abrazo!
ResponderEliminarFELIZ DOMINGO MARIA CRISTINA, TE MANDO BESOS.
ResponderEliminarCARIÑOS MILES Y GRACIAS POR VENIR SIEMPRE A MI RINCONCITO.
ABRAZOS.
Gracias Luján! Un abrazo
ResponderEliminarUna dolorosa historia y tan real, tan corriente que parece mentira que así suceda.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias Mariarosa, un abrazo!
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