lunes, 18 de septiembre de 2023

SU ÚLTIMO REFUGIO

 

                Como casi todos los días de los últimos tiempos buscaba un lugar para continuar viviendo. Ya lo habían echado tantas veces de los que iba encontrando, pero siempre lograba acomodarse y dormir unas horas, hasta que la luz del amanecer lo despertaba. Y de nuevo andar de acá para allá con sus bolsas, dejando pasar las horas, a la espera de la definitiva.

 

                Una noche sus pies tropezaron con algo; miró con atención el largo cuerpo tendido. La sangre, todavía fresca, formaba un gran charco alrededor. Escapó de ahí a toda velocidad. Casi sin aliento, se dejó caer en un umbral, que cálido y oscuro, le dio abrigo. El vocear de un canillita lo despertó. Sacó unas galletas y mientras reconstruía en su mente el hallazgo de la noche anterior, las masticó con dificultad, ya estaban demasiado duras. Caminó despacio hacia el quiosco de diarios y observó con atención los titulares; la gran fotografía representaba esa escena en su memoria. Un calor insoportable lo apuró a recoger sus bolsas y alejarse. No fuera cosa que le endilgaran el cadáver, tal vez alguien lo hubiera visto merodeando. Le convendría llegar rápido a la estación y subirse a un tren de los que salían para el interior.

 

                 La sirena de un patrullero sonó muy cerca. Las bolsas se desprendieron de sus manos, quedó paralizado por unos segundos, antes de salir corriendo, sin rumbo. La parte baja de la autopista le dio refugio y descanso; miró en todas direcciones y se desplomó en un rincón. Respiraba agitado; un rayo de sol, de lleno en su cara, lo deslumbró por un instante. Las manos vacías mostraban que una parte suya  había quedado en sus bolsas, en algún lugar.

 

33 comentarios:

  1. Qué triste, pero qué maravilla de relato, te felicito, hermana.

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  2. Tus relatos son, siempre, tremendamente intrigantes, vivos, mantienen en lo alto la expectación y con un final acorde a lo que nunca se insinúa durante la redacción.
    Bravo, María Cristina.

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    1. Gracias Enrique, tengo que poner a trabajar la imaginación para que no quede atrofiada! Un abrazo!

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  3. Tan hermoso como duro y triste, lo vas desgranando y metiéndonos dentro del relato. un abrazo

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    1. Gracias Ester, una dura realidad para alguna gente, un abrazo!

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  4. Es una realidad triste que día a día golpea a tantas personas. Te mando un beso.

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  5. Genial relato. Es una realidad triste que día a día golpea a tantas personas. Te mando un beso.

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  6. Magistral relato que engancha con un final acorde con la tristeza del personaje.
    Desgraciadamente, la vida suele mejorar la imaginación. Y eso sí que es, en verdad, triste.
    Un beso.

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    1. Lo decís claramente, Juan, la vida resulta más dura que lo que uno imagina para muchas personas, gracias, un abrazo!

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  7. Haces que sintamos su angustia y desamparo. Pobre hombre, que es uno más, de los muchísimos que corren con esa misma suerte. ¡Estupendo!
    Gran abrazo, Cristina!!!

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    1. Es triste salir a la calle y verlos perdidos, gracias Sara, un abrazote!

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  8. Interesante relato con un final incierto.
    Un abrazo.

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    1. Vaya a saber uno qué los llevó a esa situación, gracias Matías, un abrazo!

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  9. En casi todas las ciudades los hay. Aquí los tenemos, lamentablemente en muchos casos no aceptan ir a un refugio y mueren de frío.
    Besos Cristina

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    1. Veo a chicos jóvenes que llegan en una camioneta con víveres y los ayudan, pero es verdad que no quieren ir a ningún lugar de amparo, gracias Norma!

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  10. Me ha dado mucha pena esta persona, y lo malo es que hay muchas como él. No se que tendrán los refugios de las Comunidades que no quieren ir.
    Esperemos que no ocurra muy a menudo.
    Un abrazo.

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    1. Muchos dicen que les roban, pero qué les pueden robar? Otros no se adaptan a las reglas de higiene, en fin, es triste, un abrazote Ma de los Angeles!

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  11. Cada vez escribes mejor, sinceramente te felicito pues te he visto crecer

    Paz

    Isaac

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  12. Estimada amiga María Cristina, quería mandarte un correo, pero no encuentro ningún dirección de e-mail.
    El mío es sarabiajt@gmail.com, mándame cualquier cosa.
    Muchas gracias y recibe un afectuoso abrazo con todo mi cariño.

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    1. Hola Juan! Ya te envié correo, por ahí tenés que buscarme en correo no deseado porque no estoy en tus contactos! Un abrazo!

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  13. Un relato buenísimo e impactante, triste realidad de tantas personas desamparadas. Te dejo un beso

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  14. como un respiro de violin leí las lineas notas de tan
    impecable relato del principio a fin...y áun parece que
    soy complice al teñir mis yemas con el pástico , Maria
    Cristina enhorabuena otoñal , tu amigo . jr.

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  15. Sí, un relato interesante. Y muy real.
    Y como dice Juan L. Trujillo: "...la vida suele mejorar la imaginación."

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