Su talento era inigualable. Los juicios ganados, innumerables. Fueran
culpables o inocentes, sus defendidos contaban con un triunfo asegurado, su
declaración de inocencia. Él se mostraba imperturbable, no agradecía los
elogios, se apartaba inmediatamente de todo lugar público que le diera
notoriedad. Su familia era su refugio, cada retorno al hogar, luego de grandes
batallas que lo declaraban exitoso, resultaba un bálsamo imprescindible para su
vida. Una noche se encontraba trabajando en su escritorio, la esposa notó que
un extraño vapor salía por debajo de la puerta, seguido de un olor penetrante
semejante al azufre. Intrigada, golpeó, y al no tener respuesta, abrió, no
encontró a nadie en el interior.
Dicen que el infierno está lleno de abogados. :). Un beso
ResponderEliminarTienen muy mala fama, es verdad, un abrazo Susana!
EliminarBuen relato. Gracias por tu comentario en el blog de Chelo de la Torre
ResponderEliminarGracias a vos Mascab, un abrazo!
EliminarHola Maria Cristina, la de la Guadaña de lo llevo, un relato lleno de intriga y misterio.
ResponderEliminarBesos.
Demasiados triunfos eran sospechosos, gracias Pili, un abrazo!
EliminarQue mala fama tiene los abogados, el tuyo busca refugio en su familia pero no puedo escapar del todo. Un buen texto. Abrazos
ResponderEliminarHay tratos ineludibles, gracias Ester, un abrazo!
Eliminar¡Hay! ... Ese olor a azufre, como delata...
ResponderEliminarUn abrazo.
Una indirecta directa, gracias Alfred, un abrazo!
EliminarBuen relato misterioso,ese olor guacala!es horrible.Un abrazo!
ResponderEliminarEl destino nos espera, este abogado lo firmó, un abrazo Menta!
EliminarNi más ni menos que el mismísimo demonio. Muy bueno, como todo lo que escribes, querida Cristina.
ResponderEliminarBesos.
Y así fue, Sara, hay tratos que se cumplen a rajatabla, un abrazote!
EliminarUps... se lo llevó el mismísimo Patas
ResponderEliminarPaz
Isaac
jajaja, no conocía el seudónimo, muy gracioso, un abrazo Isaac!
EliminarUy el mejor abogado es el diablo. Te mando un beso.
ResponderEliminarY hay una gran película con Keanu Reeves y Al Pacino, El abogado del diablo! Un abrazo Judit!
EliminarPues no le cojo el punto a la "cosa", Cristina...
ResponderEliminarAbrazos.
PD: Si acaso aquello de "cuando el diablo no tiene nada que "hacer", con el rabo mata moscas". :)))))
La cosa viene coluda! jajaja, un abrazo Ernesto!
EliminarEl humor y el olor...
ResponderEliminarLo pone en evidencia.
Y así fue, querida Tracy, un abrazote!
EliminarMe encantó tu historia, Mª Cristina.
ResponderEliminarEres muy creativa.
Que tengas un buen fin de semana.
Besos.
Gracias Albino, buena semana para vos también, un abrazo!
EliminarMaría Cristina, tu pluma vuelve a abrir portales que no sabíamos que estaban ahí. Este abogado, tan exitoso como esquivo, parece haber cruzado un umbral que no todos pueden ver… o regresar. El azufre, el vapor, la desaparición: ¿realidad o símbolo de algo más profundo? Me quedo con la inquietud flotando, como ese olor que no se va. Gracias por este relato que deja más preguntas que respuestas, justo como debe ser.
ResponderEliminarUn abrazo de viernes.
Este exitoso abogado firmó un acuerdo y tuvo que aceptar que se cumpla, gracias Enrique, un abrazo!
EliminarVaya con el abogado, con razón ganaba todos los juicios, pero el precio le salió caro. Muy bueno!
ResponderEliminarAbrazos!
Así fue, Cecilia, gracias, un abrazo!
EliminarHola Mª Cristina, vuelvo a leerte
ResponderEliminary te deseo un feliz domingo.
Un cariñoso abrazo!
Gracias Albino, un abrazo!
EliminarBuen relato, venderse al diablo te lleva lejos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que muchos se han vendido en este mundo, un abrazo Matías!
EliminarBuen texto e intrigante. De dónde vendrá ese abogado? Un abrazo
EliminarHola Chelo, ya te imaginarás, un abrazo!
Eliminar¡Ojú! M. Cristina, pues aquí, por Sevilla hace dos grados menos que en el infierno....
ResponderEliminarEstupendo texto con su intriga y todo...
Besotes, preciosa.
Te mando una mañana agradable pero con humedad, Maricarmen, gracias, un abrazote!
EliminarMe quedo con la intriga, el olor a azufre me da que el diablo está por ahí.
ResponderEliminarAbrazos.
Y no andás errada, Conchi, gracias, un abrazo!
EliminarGracias Mª Cristina por las hermosas palabras
ResponderEliminarque me dejaste!
Un abrazo...
Un placer visitarte, Albino, gran poeta! Un abrazo!
EliminarHola María Cristina.
ResponderEliminarMe he quedado intrigada. Con estos abogados.
Un saludo 👋🤗
Mónica
Había hecho un pacto que tuvo que cumplir con el "patas" como creo le dicen por allá, un abrazo Mónica!
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