Mi mamá recibía a su amiga y confidente, esa
tarde de sábado. En nuestra casa, la cocina oficiaba de sala de visitas, el
dormitorio, al otro lado del patio, a pesar de incluir una mesa de comedor y
sus seis sillas, sólo estaba destinado a la convivencia familiar.
Era un día destemplado, el otoño ya
había hecho su aparición con fuertes vientos, diseminando las hojas de parra
por toda la casa.
La idea surgió de inmediato,
chicos, a dormir la siesta. Mi hermano y yo nos miramos incrédulos, no era
parte de la rutina. Pero fuimos obedientes y, para no desarmar nuestros
sofácamas, nos tendimos en la amplia cama matrimonial. Al principio,
charlábamos de cualquier cosa, hasta que nos ganó el aburrimiento. A un
costado, sobre la cómoda, había una bolsa de talco recién comprada, sin abrir.
Se nos ocurrió que podía convertirse en un buen elemento de juego y comenzamos
a lanzarla de un extremo a otro de la cama. En uno de esos envíos, chocó contra
el cabezal con bastante violencia y explotó como una gran piñata.
Todo el cuarto fue un paisaje blanco y
nebuloso, como esos objetos decorativos que uno sacude y se cubren de nieve. Ni
qué decir de nosotros, fantasmas sorprendidos y aterrados. No recuerdo quién
gritó primero, pero la entrada de mi mamá al dormitorio hubiera merecido una
fotografía, las manos en las sienes, la boca abierta, muda de ira. Lo único que
no quedó blanco en nuestros tiernos cuerpecitos, fue la huella de una mano,
grabada al rojo vivo.
Travesuras, quien no las ha hecho. Pobrecillos, esas bofetadas a la madre le pesará haberlas dado.
ResponderEliminarBesos
Bonito contraste del rojo vivo con el blanco talco...
ResponderEliminarNo me extraña, ¡menuda travesura!
Gracias por estas entradas tan tiernas que nos hacen recordar esas vivencias de nuestra niñez.
Y gracias por acercarte hasta mi casa.
Un beso muy fuerte.
No hay nada peor que una madre coja en fragantti en plena travesura a los pequeño.
ResponderEliminarEsta parece que ha sido Grabe porque la reacción de esta madre son de las que hacen historia, jejejeje.
Un besote :)
MARIE CRIS
ResponderEliminarEs cierto, antes las salas llamados living, eran solo para recibir visitas,jaja y hasta las visitas estaban luego en confianza en la cocina. ¡ cómo me gustaría tener un living para visitas,limpio con esa mesa ysillas¡ acá no hay lugar para recibir a nadie, todo es de los ocho gatos y cinco perros que también ocupan la cama matrimonial y hacen travesuras (me comen libros, hacen pipi encima, comen carpetas, carteras,dejanmigas, desgarran frazadas) pero jamás con el talco. MARIE CRIS, ya hace muchisimos años que no compro más talco y no sé porque, ni para que´lo compraba, pero lo volveré a comprar, el veritas. Che se le fue la mano a tu mamá, fue una travesura y sin querer, pero casi todas las mamás de antes eran así, era la educación, no hay porque tener traumas, y muy hermoso el relato. Nena, sigo sensible, llorona, medio triste, no sé, no sé si será la edad (ya sabés... en julio 49), la gineco, una amarga, me trató con tanta brusquedad que no volveré, prefiero no hacerme estudios. BACI CARISIMA (te mando música por mail)
Lo que ayer pintaba como una tragedia hoy una gran diversión. Lindísimo tu relato María Cristina. Saludos muy afectuosos y agradecidos por tu relato...
ResponderEliminarCUANDO RECUERDOS PARECIDOS, ES QUE CUANDO ERAMOS NIÑOS NOS GUSTABA INVESTIGAR, TODO ERA NUEVO.
ResponderEliminarTRAVESURAS Y MAS TRAVESURAS.
BESOS
Las travesuras son muy sanas María Cristina, y ésta me ha encantado. Me trae recuerdos de mi niñez, aunque si soy sincero, de vez en cuando sigo haciendo alguna. Me ha gustado mucho tu entrada, un fuerte abrazo y espero que hayas tenido un buen comienzo de año.
ResponderEliminarHola Verónica, las manitos quedaron en las colitas ja ja ja, un abrazote!
ResponderEliminarHola Towanda, bloggers no actualiza en mi blog las entradas de varios amigos, entre ellos vos, fue un regalo de Reyes el que pudiera entrar, ahora guardaré este mensaje tuyo para visitarte, gracias!
ResponderEliminarHola Nieves, no había manera de ocultar la gran nube ja ja ja, un abrazo!
ResponderEliminarHola Magú, salí a pasear por tu barrio, andá a tomarte un heladito, no te quedes adentro porque es peor, espero que pase pronto y cambiá de médica, eso lo podés hacer, no te dejes de controlar, la salud es importante,y sí mi mamá tenía la mano larga, mi papá no, era solo el gesto que nos inmovilizaba, pero nunca fue nada terrible y la mano colorada fue en las colitas, bien gorditas ja ja ja, un abrazo grande y a cuidarse!!!!!
ResponderEliminarHola Lao, gracias por el afecto, un abrazo grande!
ResponderEliminarHola Luján, con mi hermano nos potenciábamos ja ja ja, un abrazo!
ResponderEliminarHola Pepe, esta también fue pura por lo blanco ja ja ja, un abrazote!
ResponderEliminarY yo que pensaba que habíais disfrutado de la "nieve" inesperada...
ResponderEliminarYo, a cada travesura que hacía de pequeña le sumaba puntos...era la mejor corredora de fondo de mi pueblo, iba ganando puestos, jajajaja....
Cielo, que ya he vuelto, jajajaja....es que andaba "desconexionada", jajajaja...
Besotes amiga!
Nubes de talco...si son una maravilla...
Hola Remei, qué alegría reencontrarte, espero que el 2013 cumpla tus deseos! Un abrazote
ResponderEliminarFeliz Año, María Cristina. Las travesuras a veces acuden a tí cuando eres pequeña, ¿verdad? jajajaja seguro que no lo olvidáis nunca, gracias por contárnoslo! un beso
ResponderEliminarQue lindo es recordar esas travesuras, lastima el castigo
ResponderEliminarAbrazo
Hola Neus! A uno le quedan cuando fueron bravas! Un muy buen 2013, abrazo
ResponderEliminarHola Lapislazuli, tengo la del paquete de chocolate en rama comido todo de una vez, pero esa no se puede contar por las consecuencias desagradables, en fin, revivirlas es entretenido, un abrazote!
ResponderEliminarMaria Cristina confio en que puedas contarnos el tema del chocolate en rama, me mata la intriga jajaj
ResponderEliminarBesos
Hola Maria Cristina. Lindo recuerdo jaja. Por lo menos al verlas asi tu madre solo se sorprendio. Peor si las hubiese retado.
ResponderEliminarTe mando un abrazo
ja ja ja Lapislazuli, resumen, así como entraron salieron, sin más palabras!!!! Abrazote
ResponderEliminarBueno Gustavo, la mano fue la de ella en nuestras tiernas colitas, ja ja ja, un abrazo!
ResponderEliminarHola María Cristina, por aquí paso de nuevo a saludarte y a desearte un feliz fin de semana. Un fuerte abrazo amiga.
ResponderEliminarGracias Pepe, mi nieta de tres años me copó la computadora, tengo que pedirle permiso ja ja ja, un abrazo!
ResponderEliminarFELIZ FIN DE SEMANA MARIA CRISTINA.
ResponderEliminarUN BESO Y UN ABRAZO.
GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE.
CARIÑOS
Gracias Luján, un abrazo!
ResponderEliminarHola, María Cristina:
ResponderEliminar¿Y, quién no hizo alguna vez una que otra travesura?
Un abrazo.
¡Qué ternura de relato!
ResponderEliminarMe ha evocado las horribles siestas de mi infancia a la que se nos obligaba, más porque nuestra madre descansara que por nuestro propio descanso. (en una familia de doce hermanos...)
Entonces, a nuestras diabluras más sofisticadas, era mi madre, que jamás nos puso la mano encima, la que amagaba:"Ah, pues, como vaya yo por ahí con la correa del teniente Blanco..." Y nosotros, muertos de risa, simulábamos 'blanca palidez' hasta que la tormenta amainaba.
Los estilos de educación, cierto, también han evolucionado sorprendentemente.
Me ha encantado tu relato, Mª Cristina.
Besos
Hola Rafael! Sino no hubiéramos sido chicos no? un abrazo
ResponderEliminarHola Pili, qué gusto tu visita, me alegra haberte hecho rememorar tu infancia, la ternura es indispensable para la vida, un abrazo!
ResponderEliminarQué ternura tu entrada, María Cristina, con tu anécdota nos has dado la mano para retroceder en el tiempo y volver a la niñez.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias María! Un abrazo
ResponderEliminarHola de nuevo María Cristina, por aquí vengo a desearte un feliz fin de semana.
ResponderEliminarHOLA QUERIDA MARIA CRISTINA
ResponderEliminarFELIZ FIN DE SEMANA AMIGA.
UN GRAN ABRAZO
GRACIAS POR TU HUELLITA EN MI RINCONCITO.
CARIÑOS
Hola Pepe, tu saludo me recuerda que estoy retrasada y medio vaga en mis trabajos, gracias, un abrazo!
ResponderEliminarGracias Luján! Lo mismo que le digo a Pepe, ando vagueando mucho ja ja ja, un abrazo!
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