Recuerdo haber respondido: Sé que el mundo se hace con gente como mi
mamá, pero el mundo ya está hecho, yo no soy así. Y es que era un motor
súper, sus metas eran el bienestar y el progreso para ella y su familia, y fue
incansable luchadora, y consiguió cosas importantes y casi imposibles. Mirando
el tiempo atrás no me explico cómo multiplicaba las horas para trabajar
incansablemente y estar siempre arreglada, su peinado perfecto, sus uñas y
labios pintados de rojo, el color que favorecía su pelo negro azabache. Hace algunos años pude revalorar mi propia estima, siempre sentí que no estaba a la altura,
y comprendí que mi camino va por el lado
de los sentimientos. Nada me impedía que dejara de hacer alguna tarea para
escuchar a mis hijos y sus problemas del momento, desde chicos hasta que
crecieron. Con mi mamá no pude hacer eso, ella corría de un lado hacia otro,
era difícil pararla para conversar tranquilas. Tuvo mejor relación con sus
nietos, quizás la edad la ayudó. Los sentaba cerca y mientras tomaba mate los
convidaba con tostaditas y queso. Con el menor fue menos el tiempo, ella nos dejó para siempre cuando él tenía siete años, pero hasta entonces fue también su
confidente, y cómplice para abandonar la colonia de vacaciones, que según ella
manifestó, lo hacía sufrir muchísimo. Entonces llegué a comprender que en la vida se
necesita de todo un poco y fue bueno poder repartirnos la tarea,
satisfacer las necesidades materiales y emocionales, dentro del círculo familiar.
Es que nadie es capaz de ofrecer la desinteresada ternura de las madres y menos aun su irrenunciable lucha por la familia.
ResponderEliminarBesos.
Es así Juan, el cuidado de la familia debería ser siempre lo más importante, los tiempos cambiaron, un abrazo!
ResponderEliminar¡Ah, las madres! Siempre estarán en nuestro corazón. Trabajadoras infatigables para sacar adelante la familia y los hijos. Preciosos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo, Mª Cristina
Gracias Rita, un abrazo!
EliminarEstoy segura de que fue muy favorable que estuvieras siempre atenta y disponible para tus hijos, en sus asuntos, intereses y problemas, durante su desarrollo, por encima de otras cosas. Y hoy debes sentir mucha satisfacción al verlos bien logrados, en mucho, gracias a tu amorosa entrega hacia ellos.
ResponderEliminarUn abrazo grande!
Ah amiga ariana, diste en el clavo! gracias por tu sensibilidad, un abrazo!
EliminarYo también dedicaba más tiempo a los hijos que a las tareas. Un beso
ResponderEliminarY ellos agradecidos Susana, un abrazo!
EliminarLa vida que llevaron nuestras madres y la que hemos llevado nosotras, por lo menos yo, es muy diferente nunca sabremos si una es mejor que la otra , solo que fue y que cada una a nuestra maneras lo hicimos lo mejor que pudimos/supimos. Un abrazo.
ResponderEliminarClaro que sí Chelo, es mi pensamiento también, un abrazo!
EliminarCierto, mi madre y mis tías tambien fueron muy hacendosas, incluso cuando ya eran muy mayores.
ResponderEliminarYo por eso estoy tan cansada, pues fue tanto lo que trabajó mi madre...
Bromas aparte, ellas fueron maravillosas.
Un fuerte abrazo
jajaja, yo digo lo mismo, Ma de los Angeles, esa es la palabra, maravillosas, un abrazo!
EliminarNunca se extraña suficientemente a una madre
ResponderEliminarPaz
Isaac
Es muy cierto Isaac, un abrazo!
EliminarEl recuerdo de una madre siempre lo tenemos presente, la mía fue muy hacendosa hasta los 83 años.
ResponderEliminarAbrazos.
Qué maravilla, Conchi, un abrazo!
EliminarLa dedicación que dispensa una madre es muy difícil de valorar y además siempre nos quedamos cortos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es así, Alfred, tal cual, un abrazo!
EliminarLa tarea de nuestras madres inagotables y desinteresadas hasta el cansancio como la mia..y siempre en mi corazon esta!. Besos
ResponderEliminarEsa así Hanna, son irreemplazables, un abrazo!
EliminarHola guapa, solo decirte que me encuentro un poco pachucha pues me han puesto la segunda dosis de la vacuna y estoy revuelta, para colmo, me han operado de un lunar en la sien y creo que todo se ha juntado.
ResponderEliminarPero no te preocupes, me encuentro bien, dentro de lo que cabe.
Un fuerte abrazo
Me había perdido este comentario, Ma de los Angeles, pero me enteré por el tuyo en el blog de Susana y ahí te escribí, espero que ya haya pasado, un abrazote enorme!
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