Cuando mi casi recién estrenado novio me la presentó a la
puerta de su casa y me recibió con un entusiasta ¡Bienvenida!, temblé. Fue una
primera impresión que nunca pude cambiar. Yo era la intrusa que llegaba para
robarle a su hijo único, posesión exclusiva suya. Aunque transcurrieron más de
cuarenta años hasta que me divorcié, siempre lo fue. Curiosamente y con el
correr de los años separados, ella me dio el lugar que tendría que haber sido mío
de entrada, la nuera querida y reconocida. De muy joven tuve que lidiar con eso
de la manera que podía, me enojaba, me calmaba, peleaba, nada me dio resultado.
Cuando intentaba acercarme para tener una buena relación, solo conseguía algo
superficial. El alejarme emocionalmente fue un alivio, al tiempo de nacer mi
hijo más chico, yo ya tenía cuarenta y dos y la suficiente seguridad para saber
qué era bueno para mí y qué no. Como decía, cuando ya la vida nos encontró en
diferentes lugares, ella se volvió ultra católica, escuchaba en la radio las
misas, los rezos del rosario, que fueron su casi única actividad hasta el final
de sus días, dados sus impedimentos físicos, que para nada mermaban su
capacidad mental extraordinaria. Ese alejamiento me dio la enorme suerte de
poder admirar sus virtudes y quitarme cualquier resquicio de rencor por los
años mal vividos. Su cumpleaños número
noventa y uno fue hace dos meses, nos reunimos todos a su alrededor y ella
estaba feliz con el festejo, yo estuve siempre sentada a su lado, no sé por
qué. Una semana antes de las fiestas navideñas una sorpresiva neumonía derivó
en su internación y nada se pudo revertir, el proceso se aceleró y este lunes
se fue. Ahora no tendremos quién nos rece un rosario a cada uno, como ella manifestaba
hacerlo todos los días. Chau Coquita!
Que en paz descanse. qué bueno que estuviste a su lado, apoyándola cuando emprendió el camino más largo. Eres maravillosa.
ResponderEliminarMuchos besos.
Buen relato Cristina, de una convivencia natural de las muchas que se dan día a día... Lo que no quiere decir que sean entendidas o aceptadas de primeras. Destaca, eso sí, la transformación que fue dándose en ambas. Cada una a su ritmo y momento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Sara, fue bueno despedirla en paz, un abrazo!
ResponderEliminarSí Ernesto, eso fue lo mejor de todo para la paz de cada una, un abrazo!
ResponderEliminarLa vida siempre nos da bellos regalos y, aunque haya problemas, finalmente todo se acomoda en el lugar adecuado.
ResponderEliminarDescanse en paz tu querida suegra, buenos recuerdos te deja.
Un abrazo, feliz 2.015.
Es muy cierto Rafael, la vida siempre acomoda las cosas, solo es cuestión de esperar, un abrazo!
ResponderEliminarD.E.P.
ResponderEliminarAl final lo bueno es lo que queda...no?
Un beso amiga.
Remei! El nuevo año te trajo de regalo, el balance es positivo, un abrazo!
ResponderEliminarD.E.P
ResponderEliminarLa Vida nos va moldeando a cada uno de nosotros para poder ensamblarnos a las actitudes y características del otro. El Tiempo es testigo de nuestros progresos y de la continua evolución de nuestros pasos. Nadie es perfecto, ni nadie es puro defecto...simplemente somos Humanos llenos de errores, los cuales intentamos rectificar.
Espero y deseo que los Reyes Magos te concedan todos los deseos que has pedido, en especial Salud y Amor.
Abrazos y Besines.
Cosas de la vida , a veces somos demasiado jóvenes y nos cuesta discutir con un mayor, luego al paso delos años vamos cambiando. Lo bueno de esta historia, es que la relatas con cariño, y esoe es lo que vale, la paz interior.
ResponderEliminarRosa
Muy bien dicho, Pedro, es así como vivimos la vida, un abrazo y Felices Reyes para vos y tu querida familia!
ResponderEliminarSí Rosa, ese es el bien más preciado para mí, la paz, un abrazo y que los Reyes se acuerden de vos!
ResponderEliminarHola Maria Cristina. Si, lamentablemente son cosas que suceden. Por suerte vos pudiste estar junto a ella. Te mando un abrazo y que tengas un feliz 2015
ResponderEliminarGracias Gustavo, que se cumplan tus sueños! Un abrazo
ResponderEliminarPaz a Coquita que ha trascendido a otros planos...
ResponderEliminarLuz y paz para ti en 2015 y en cada día de tu vida
Abrazos
Isaac
Gracias Isaac, un 2015 con tus sueños cumplidos, un abrazo!
ResponderEliminarDesde luego, ella intercede por nosotros.
ResponderEliminar¡¡Feliz y santo año, Mª Cistina !!
Un abrazo.
Gracias Marian! Un abrazo y muy buen 2015!
ResponderEliminarGracias, María Cristina, por tu presencia. Te deseo un buen fin de semana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que en paz descanse Coquita, siempre estará en tu corazón. Un fuerte abrazo María Cristina.
ResponderEliminarGracias Rafael, un abrazo!
ResponderEliminarAsí es Pepe, me dejó muchas enseñanzas, un abrazo!
ResponderEliminarTen por seguro María Cristina, que tu querida Coquita estará rezando sus rosarios muy cerca de Nuestra Madre del Cielo, seguro que al tenerla tan cerca no se equivocará al pasar las cuentas del maravilloso Rosario que tendrá a su lado.
ResponderEliminarAhora tenéis a alguien que os cuida mejor desde arriba que cuando estaba aquí abajo.
Rezaremos por ella.
Un abrazo
Gracias Ma de los Angeles, creo que es así también, un abrazo!
ResponderEliminarLo siento...
ResponderEliminarA veces tienen que pasar muchas cosas antes de que nos demos cuenta de algo...Eso le pasó a ella, que te apreció más después...
Muchos besos
Gracias Rusaca, tuvimos la suerte de poder reparar, un abrazo!
ResponderEliminaryo fui testigo...Coquita en sus últimos años conoció los reveses de una nueva nuera que a la distancia la destronó...y a sus nietos les decía cada vez que podía "para mi la única es tu mama, lo demás es cuento"...
ResponderEliminarGracias Sandrita, lo importante es que estamos en paz, un abrazote mami!
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