UN RECITAL DE ROCK PARA NO IMITAR

              Todo ya se sabía, lo sabemos ahora, pero nada se hizo para prevenirlo. Acabo de estar en la peluquería, el muchacho que me atendió es músico, tiene una banda, estuvo presente en el recital de Carlos Solari, el Indio para sus simpatizantes, en la localidad de Olavarría donde ocurrió un desastre que podría haber sido peor aun. Gente en cantidad que superaba a la misma población, duplicándola, malas conductas, alcohol por demás y otras yerbas, para decirlo en buen castellano. Los organizadores, bien gracias, platita en sus bolsillos prioridad, la gente que se embrome. El peluquero me contó que con sus amigos fueron en camioneta, la dejaron a varias cuadras del lugar del show y le dieron dinero a una señora con un gran garaje para resguardarla hasta su regreso.  Se ubicaron, dada su experiencia en recitales, en lugar estratégico para no quedar aprisionados por las avalanchas que se produjeron y que forman parte del espectáculo, las llaman el pogo. Claro que una cosa es gente con espacio suficiente para moverse con comodidad y otra estar embutidos  casi sin poder respirar. Como resultado de esto muchos fueron atendidos por los socorristas y otros salieron por donde pudieron, perdiendo por el camino hasta sus zapatillas, esas imágenes en la pantalla del televisor fueron muy impresionantes. Aun hoy, luego de tres días, hay gente que no aparece, las familias reclaman por ellos sin resultados a la vista.