Uno cree que
todo lo que hace o dice es interpretado de la misma manera por los demás, hasta
que se encuentra con que una realidad aceptada como tal se contrapone con la
mirada ajena. Y se pregunta, ¿pero cómo, si vivieron o fueron testigos de tal
situación? Y se encuentra con gente ofendida por cosas que nunca imaginó
pudieran suceder. ¿Qué hacer entonces? Argumentar claro, explicar por supuesto,
pero enfrente tenemos a alguien que no escucha, que tiene su propia idea y no
está dispuesto a abrirse a la mínima duda.
Esto nos enoja, elevamos el tono,
¿pero cómo se puede ser tan intolerante? Y vislumbramos el peligro de una ruptura de la
paz obtenida con bases precarias, porque estaba basada en incompatibilidades no
explicitadas pero latentes. Y tal vez sea mejor así, poner sobre la mesa las
diferencias, sacar de nuestro interior lo que molesta y hace ruido, ser sinceros
aunque cueste el momentáneo enojo. El tiempo dirá.
Me ha pasado alguna vez. Sin duda se experimenta una sensación de frustración y de no saber si callar o argumentar, pero ante ciertas personas es batalla perdida.
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente Cristina.
Un abrazo
Yo también creo que hay que poner los temas sobre la mesa y escudriñar los motivos de los enojos. Se logra aclarar todo cuando se permite hacerlo con total naturalidad y apertura. Pero también hay que considerar que hay personas cerradas con las que siempre será inútil hacerlo.
ResponderEliminarCuando nos importa mucho esa persona, la parábola o la demostración es más efectiva.
Sin embargo, hay con quienes de ninguna manera se logra una buena conclusión. Entonces, paciencia y dejar que solos aprendan con la vida, desengancharnos emocionalmente de sus yerros y estar cerca para apoyarlos, ojo: solo cuando lo soliciten. Y sin reproches de te lo dije, etc.
Besos.
Gracias Nieves, es realmente así, un abrazo!
ResponderEliminarCoincido plenamente, Sara, es doloroso pero cierto, un abrazo!
ResponderEliminarLos diferentes puntos de vista que señalas son como las diferentes formas que la Naturaleza adopta. Consustanciales con el ser humano. Opiniones distintas, creencias, valores, etc., es una de las partes que “mueve” el mundo. ¿Cómo creer que lo nuestro es lo acertado? ¿No hemos tenido que corregir muchas veces esa primera impresión sobre cualquier cosa?
ResponderEliminarTema aparte será la forma en que encajemos lo del “otro” o viceversa. Ahí la cosa ya tiene que ver con la templanza, inteligencia y buen hacer de cada parte.
En cuanto a que “sea necesario” poner sobre la mesa las diferencias… Según y en qué circunstancias. Y según qué queramos conseguir. Revolucionar el gallinero de las opiniones, propias y ajenas, estará bien en función de los objetivos! En una reunión de amigos, comida, etc., puede provocar un buen ambiente de risas y demás. En otros ámbitos la cosa puede derivar en derroteros no tan placenteros. ¡Y con riesgo, además, de rupturas innecesarias.
Mi opinión, querida Cristina. Si bien entiendo por donde ibas.
Fuerte abrazo.
A veces hay que correr el riesgo, mi intención siempre es no polemizar, en temas intrascendentes estoy de acuerdo con vos, no vale la pena, como en política con mi hijo del medio, pero cuando se trata de temas importantes para llevar adelante situaciones familiares, tuve que salir al toro y plantear firmemente mi posición. Ese día fue doloroso pero ayer tuve una respuesta positiva, y me alegró haberlo hecho, muchas veces he callado y las cosas no cambiaron, es como decís, según valga la pena, gracias Ernesto, un abrazo!
ResponderEliminarLas cosas no son como son, sino cmo somos...alguien lo dijo y creo que es bastante acertado. De lo que no estoy segura es de si vale la pena intentar convencer al otro de nuestra postura, prefiero la retirada, aceptar si puedo y si no, a otra cosa y en paz. Fuerte abrazo, me gusta leerte por tu sinceridad.
ResponderEliminarHola Maru, en el caso anterior eran cuestiones de opiniones políticas, y ahí sí prefiero la retirada, pero en este se trata de algo diferente, cuestiones familiares no del todo entendidas, y tuve que hacer el esfuerzo de plantearlas crudamente para ponerlas en claro, no tuve una respuesta favorable, pero luego del primer día algún razonamiento dio sus frutos y se pudo llegar a buen término. Coincido totalmente con que perder batallas es preferible a entablar guerras, por suerte esta vez primó la tolerancia, gracias, un abrazo!
ResponderEliminar¿Cuesta mucho ser sincero? Creo que si porque hay poca gente que lo sea.
ResponderEliminarYa estoy en casa, medio organizada y con pocas ganas de trabajar, jajaja.
Un abrazo
Hola Ma de los Angeles! A veces ser sincero implica lastimar a alguien sin necesidad pero cuando se trata de temas importantes y con consecuencias se debe serlo, las mentiras complican y difieren las soluciones. Me alegra que hayas disfrutado y nadie te obliga a empezar no? Tomate un tiempo para descansar del descanso ja ja ja! Sol tuvo su semana de vacaciones, la veré recién el próximo lunes, un abrazo grande!
ResponderEliminarEs triste pero es verdad, grato pasar por tu blog.Gracias
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario, ya pasé a conocerte también, un abrazo!
ResponderEliminarEsos malos entendidos son un verdadero dolor de cabeza, me sucede a menudo.
ResponderEliminarAbrazos.
Pienso que aveces, las mejores discusiones son las que perdemos, aunque tengamos la razón...
ResponderEliminarPaz&Cariño
Isaac
Algo parecido sucedió, Isaac, gracias, un abrazo!
ResponderEliminarHola Rafael, tristes malos momentos, un abrazo!
ResponderEliminarYo creo que lo importante es discutir pero de buena manera. Civilizada. Si eso termina en griterios, peleas. insultos mejor callar, hablar de otros temas y punto. Porque tampoco es facil tanto convencer a uno de tal cosa o que el otro haga lo mismo con uno. No se. Es lo que me parece a mi. Te mando un abrazo
ResponderEliminarPor suerte no fue este el caso, Gustavo, simplemente disidencias en cosas fundamentales pero con resultado de final abierto en el desenlace, gracias, un abrazo!
ResponderEliminarHola Cristina.
ResponderEliminarHe retirado la entrada publicada... No acababa de gustarme el texto.
Un abrazo.
No hay problema, Ernesto, gracias por avisar, un abrazo!
ResponderEliminarTodos cabeceamos por ahí de vez en cuando y los amigos están para despertarnos con cariño o con un codazo, si se requiere
ResponderEliminarPaz&Belleza
Isaac
Al fin, amiga!! Ya puedo visitar y comentar... pensé que mi servicio se había ahogado en el mar, con lo que me comentaste, jajaja.
ResponderEliminarMuchos muchos besos. Espero ahora que me dure el gusto. Gracias por estar.
ja ja ja, gracias Isaac, interpretaste muy bien lo que comenté en tu blog, un abrazo!
ResponderEliminarViste de lo que uno se entera? Nunca lo hubiese imaginado, gracias a Dios que todo se arregló por aquellos lares, un abrazo Sara!
ResponderEliminarAbrazos, Cristina.
ResponderEliminarBuena semana.
Gracias Ernesto, un abrazo!
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