Cuando llega el momento de
ir siempre pienso, ¿y si no voy? No soy
nada original por contar esto, imagino que en casi todas las reuniones de este
tipo sucede lo mismo. Siempre está el que lleva la voz cantante, el que
protesta en medio de otros discursos, el que se queja porque no puede hablar.
Esta vez hubo un “presidente de asamblea” muy conocido por mí, dado que es el
dueño del departamento superior, alquilado al poseedor del perrito meón. Lo
miraba hablar con tanta autoridad que no podía creer su falta de buenos
resultados para convencer a su inquilino de corregir la falta vigente por años,
creo que ya van siete. Si se cumple la leyenda, debería producirse el milagro
de un cambio significativo! Afortunadamente, pude adoptar una actitud neutra,
impávida ante su encendido parlamento y dejar correr mi imaginación hacia otros
derroteros, lejos de ahí. Problemas serios necesitan soluciones urgentes, nada
novedoso, y reparaciones en espera seguirán así por algún tiempo más. En un
edificio de más de cuarenta años todo está envejecido. Mi vecino favorito tuvo
después su oportunidad, es quien siempre acude en mi ayuda cada vez que algo
sucede y debe ocuparse el consorcio de solucionarlo. Me sorprendió gratamente su
acalorada alocución en favor de la unión de algunos enemistados, un respetuoso
silencio lo acompañó. Ignoro si servirán de algo sus buenas intenciones, al
menos se calmaron los ánimos en el momento. El principal motivo de la reunión era la
remoción del administrador por parte de algunos propietarios enojados, pero
como ya tuvimos malas experiencias con otros, triunfó el buen criterio de la
mayoría y pudimos sostenerlo en su segundo mandato. Mis carencias continuarán,
amarga victoria!
Hicieron como el dicho: "más vale malo por conocido que bueno por conocer."
ResponderEliminarUn abrazo muy grande, María Cristina.
Yo nunca voy a esas reuniones. Un beso
ResponderEliminarEs que estamos condenados por nuestra idiosincrasia, Sara, un abrazo!
ResponderEliminarTe preservás, Susana, un abrazo!
ResponderEliminarCreo que en todas partes ocurre lo mismo. Siempre hay algún vecino que mete la pata, otro que se hace el interesante, otro es el que más sabe...en fin...
ResponderEliminarYo al principio iba a todos los años, que se hace en el mes de febrero que hace un frío que pela. Ahora ya no voy pues me canso de estar de pie mucho rato, pero creo que a la próxima si voy a ir pues hay una vecina que se cree la dueña del jardín y quiere que arranquemos todas las plantas. Hace unos días tuvo un "rifirrafe" con un vecino por este motivo.
El caso es que creo que "en todas partes cuecen habas", esto era un dicho de mi madre, jajaja.
Un fuerte abrazo.
María Cristina, siempre es así en todas partes.
ResponderEliminarPaciencia en el convivir,y mucho respeto.
Un fuerte abrazo amiga.
jajajajajajajaj, parece que el perrito meón seguirá haciendo de las suyas
ResponderEliminarPaz
Isaac
Yo desde que empece a vivir solo nunca fui. No me interesa. Por lo que escucho es para discusiones, peleas. Igual muchas veces no se hizo porque no iba nadie. Y el encargado me dijo que como mucho van 4 personas. Y tiene razon. Primero cada cual habla de sus problemas, que le pasa esto, el otro que le areglen tal cosa, despues hablan mal de algun vecino y del portero. Termina la reunion, pasa la hora y no solucionan nada.
ResponderEliminarAsi que con no ir siento que no me perdi nada. Mas tranqui.
Saludos
Sí Ma de los Angeles, es problemático, a veces uno se cansa de escuchar cosas intrascendentes y no lo importante y que se llegue a soluciones, todo queda pendiente por perder el tiempo. En cuanto a estar de pie, ya muchos nos llevamos un banquito, así que si tenés que presentar un problema llevate uno y hacé tu descargo, un abrazote!
ResponderEliminarGracias Marian, tal cual, es importante la sana convivencia, un abrazo!
ResponderEliminarSí Isaac, y lo peor es que la culpa no es del perro! Paciencia, gracias, un abrazo!
ResponderEliminarEs una pena desperdiciar esas oportunidades, porque se podrían arreglar mejor las cosas si hubiera solidaridad entre los convivientes, pero estamos como estamos, Gustavo, gracias, un abrazo!
ResponderEliminarMás menos por ahí suelen ir las cosas.
ResponderEliminarAbrazos Cristina.
Me ha gustado leerte. Feliz fin de semana
ResponderEliminarGracias Ernesto, un abrazo!
ResponderEliminarGracias Trini, un abrazo de calabaza!
ResponderEliminarAqui en Miami todo esta manejado por una asociación que se encarga de todo.Es algo pesado y no es facil de resolver cuando hay problemas.Yo iba
ResponderEliminarno voy mas a las reuniones de una vez por mes
un abrazo cuidate
Cuando la organización funciona todo se va solucionando, el problema es que los argentinos somos como somos! Se puede creer que un propietario deba expensas comunes durante más de un año y no se le haga juicio? Bueno, acá pasa, gracias Mucha de Recomenzar, un abrazo!
ResponderEliminarReuniones que no me atraen para nada....
ResponderEliminarUn abrazo.
Comparto, Olga y Carles, aunque son males necesarios, un abrazo!
ResponderEliminarYo también me acojo a lo que dice el refrán. "Mejor malo conocido que bueno por conocer".
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces no hay otro remedio, Rafael, un abrazo!
ResponderEliminarSi, mi amiga. Paciencia y buen animo, como para todo
ResponderEliminarPaz
Isaac
Un abrazo Isaac!
ResponderEliminarSiempre dudamos de ir. Pero tenemos que poner nuestro
ResponderEliminargranito de arena, aunque no consigamos nada.
Gracia María Cristina. Un fuerte abrazo.
No bajar los brazos Marian, gracias, un abrazo!
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