viernes, 15 de noviembre de 2024

MARÍA

 

                                          


                        María tenía un nombre compuesto, pero rechazaba el primero porque le parecía horrible. Es que una señora que alquilaba en la casa de su abuelo era muy vieja y la llamaban Doña María. Imaginaba su futuro como Doña María y sufría un montón. La familia le había puesto sobrenombre, así que no corría riesgo por el momento. Claro que el comienzo escolar le trajo alguna complicación, pero ella se encargó de aclarar que prefería ser llamada por su segundo nombre y todo quedó zanjado. Cuando algunos médicos de consultorios externos salían a nombrarla, tenía que tolerarlo. Pero cada vez que iniciaba alguna actividad hacía la correspondiente aclaración, en su trabajo, en sus cursos, en nuevas amistades. Era sencillo darle el gusto. Hasta que un día, ya en edad madura y motivada quizás por alguna molesta comparación, decidió que le daría paso al primer nombre. De ahí en adelante soy María Cristina, mucho gusto.

 

sábado, 2 de noviembre de 2024

UN TALLER LITERARIO

 

                               

U  nidos

N  aturalmente

T  odos

A  la vez

L  eemos

L  agrimeando a veces

E  nternecedores

R  elatos

L   iterarios o

Í   ntimos

T  ambién

E  róticos

R  eímos

A  mandíbula batiente

R  azonamos

I   maginamos

O  simplemente disfrutamos

 

sábado, 19 de octubre de 2024

POR UN REENCUENTRO



Si te hubiera visto

cuando me mirabas

quizás nuestras vidas

hoy juntas rondaban

Más no pude verte

mi dolor callado

aún lastimaba

Si al menos pudieras

volver a mirarme

mis ojos   mi alma

tal vez encontraras

Te estaré esperando

no tardes   no tardes

 

 

viernes, 4 de octubre de 2024

COMO AL PASAR

 

La reunión llegaba a su fin

Ebria de felicidad

despedía a los últimos invitados

Su marido acompañaba a la pianista

Intrigada preguntó

¿La llevás a Sara?

No querida, me voy con ella

Y lo dijo así

Como al pasar

 

sábado, 21 de septiembre de 2024

EL ATRACO

 

                                      

                      Regresaba al Banco después de mi hora de descanso, cuando a media cuadra observé a la pareja que salía de la sucursal. Él, era un cliente; ella, rubia, vestida de rojo y muy elegante, no. Los dos, con idénticos maletines. A unos pasos de la peatonal, cuatro tipos de riguroso traje oscuro los rodearon.

 

 

 

                       El tráfico me impedía avanzar. Un movimiento en el grupo dejó al descubierto un arma de fuego, que derribó de un certero disparo al cliente sobre la vereda.

 

 

                

                        Con los maletines que antes llevara la pareja y aferrando de un brazo a la mujer, partieron hacia la esquina donde yo aguardaba para cruzar. Mientras ellos ascendían a un automóvil con el motor en marcha, quise arrebatarles a su víctima. Pero al acercarme vi que ella sonreía, suave y aviesamente sonreía.

 

 

 

domingo, 11 de agosto de 2024

AYER

 


 

Mis ojos ven más allá

De la mesa ovalada

De la taza vacía.

 

Se remontan a un tiempo

En que el alma vibraba

Con los sones del cuerpo

Remolinos de viento

Recordando aquel día.

 

En el hoy se han quedado

Esa taza

La mesa

Mi mirada

La vida.

 

viernes, 2 de agosto de 2024

EL VERANO PASÓ NUNCA MÁS SUPE DE ÉL



 

                   Había llegado a Montevideo para pasar las vacaciones con mi abuela Teresita. Al día siguiente fuimos a visitar a una amiga, que ya mayor, tenía un hijo de mi edad. Verlo a Quique y enamorarme fue todo uno. Su manera de ser, serio y amable al mismo tiempo, cautivaron mi corazón de inmediato. Las visitas se continuaron sin que tuviéramos gran comunicación, pero una tarde me invitó a dar un paseo por el puerto. Caminamos un rato en silencio y de pronto sus palabras asomaron sorpresivas.


                    Ahí vive con la abuela, dijo, con sus ojos traspasándome, absorto en el recuerdo. La mordedura de los celos caló hondo, pero me recompuse para sonreírle y continuar caminando como si nada, por la costa, cerca del agua. A unos metros, el viejo caserón, similar a un castillo, guardaba la imagen de una desconocida que ya no lo amaba más. Creí ver un movimiento en el cortinado de una de las ventanas e imaginé a alguien mirándonos. Un piano sonaba melancólico, las últimas notas cayeron en medio de los dos.