Por unos días voy a estar ausente de sus blogs, acompañaré
a mi nietita en la evolución de un pie recientemente operado.
Los voy a extrañar! Hasta la vuelta!
Por unos días voy a estar ausente de sus blogs, acompañaré
a mi nietita en la evolución de un pie recientemente operado.
Los voy a extrañar! Hasta la vuelta!
La playa está desolada, es temprano todavía y
los turistas descansan. Dueñas y señoras, las gaviotas pululan en el horizonte
y avanzan sobre la orilla. Algo raro sucede, se han amontonado en un
determinado sector, no muy lejos de donde yo estoy recostada, disfrutando de
los rayos suaves del sol, a esta hora de la mañana.
Me incorporo con pereza, la
curiosidad puede más que mi deseo de reposo. Hago visera con mi mano para ver
mejor pero no distingo nada especial. Entonces, me pongo de pie de un salto y
camino decidida hacia ahí. A medida que me acerco parece alejarse más la
improvisada reunión. Mis piernas pesan una enormidad, la arena, cálida y
abundante, me obliga a realizar redoblados esfuerzos para llegar. Cuando quedan
pocos metros, el grupo se dispersa rápidamente, tal vez sorprendidas por mi
presencia inesperada. Me quedo mirando el lugar, pero no encuentro nada que
haya justificado esa conducta. Pienso, bueno, seguro había restos de peces
diseminados y los devoraron. Qué tontería, haberme preocupado por una cosa tan
natural. Y me dispongo a volver a mi lona, que se ve más distante desde donde
ahora estoy. Casi a mitad del trayecto de vuelta, oigo un sonar de alas a mi
espalda, y antes de poder reaccionar, me derriba la feroz bandada, que, ahora
sí, tiene una actitud definida.
La
frase fue pronunciada por la joven y bella aspirante a actriz, al consultarla
sobre si creía que podría desempeñar con éxito el papel de la protagonista de
los Montescos y Capuletos que le habían ofrecido, dada su creciente popularidad
y carisma.
Y
muy seriamente agregó, “pero lo voy a intentar”.
El
periodista miró a la cámara y dijo, “vamos a ponerle fichas”.
Si pertenecés a ese mundo
estás en problemas. Esta época tiene en su mayoría a quienes se recuestan en
vos para salir adelante. Todo tu esfuerzo se multiplica por el descanso cómodo
de los demás. Una tarea en equipo termina resultando tu propio y único trabajo,
el resto del grupo estará ahí solo para señalarte los errores que pudiste haber
cometido en tu afán de perfección. Su fría mirada rectora será tu espada de
Damocles. No solamente tuviste que esforzarte para llevar a cabo un final
exitoso sino que además deberás soportar la mirada acusadora de quienes no
habiendo hecho casi nada se llevarán el crédito por el resultado. Si podés ver
con claridad , luego de haber sufrido estos imponderables, cuál es el camino a
seguir, habrás conseguido liberarte del yugo tirano de la autoexigencia y
sentirás el aire limpio y puro de la responsabilidad limitada. Tu empeño
termina donde comienza el de los otros.
Se huele el cansancio en la gente
Se cansan de esperar a que algo cambie
Solo viendo lo mismo como resultado
Les gana el desaliento
Quedan suspendidos en el tiempo
Una esperanza sería deseable
Ojalá pronto lleguen
Aromas de Esperanza
Mi hija quería ser una profesional destacada. No quería ser esposa y
madre. Mi hija quería ser una mujer independiente, no quería ser mantenida por
un hombre. Mi hija quería viajar, no quedar estancada en un lugar. Mi hija quería
una vida rica en experiencias, no quería una vida chata. Un día conoció a un
hombre. Sus planes cambiaron para siempre. Ya no fue independiente, ya no
viajó, sí tuvo experiencias, un hogar, una hija, una vida rica en amor y
cuidado. Qué ser o no ser no fue su libre albedrío, fue su destino.
Su talento era inigualable. Los juicios ganados, innumerables. Fueran
culpables o inocentes, sus defendidos contaban con un triunfo asegurado, su
declaración de inocencia. Él se mostraba imperturbable, no agradecía los
elogios, se apartaba inmediatamente de todo lugar público que le diera
notoriedad. Su familia era su refugio, cada retorno al hogar, luego de grandes
batallas que lo declaraban exitoso, resultaba un bálsamo imprescindible para su
vida. Una noche se encontraba trabajando en su escritorio, la esposa notó que
un extraño vapor salía por debajo de la puerta, seguido de un olor penetrante
semejante al azufre. Intrigada, golpeó, y al no tener respuesta, abrió, no
encontró a nadie en el interior.