Chicas, no hay de qué preocuparse. Cuando alcanzamos esta década, o
alrededores, comienzan una serie de síntomas inesperados y discontinuados. Un
día amanecemos con un dolor en la base de la columna y apenas podemos
levantarnos de la cama. Puede durar unas horas y volver a aparecer en cualquier
momento. O quizás tengamos calambres nocturnos que nos dejan una pierna
inmovilizada por unos instantes. Esto también va y viene. Siempre que no se
trate de algo consecutivo y frecuente, no nos tenemos que alarmar y salir
corriendo al médico. ¿Qué le diríamos cuando lleguemos, hace unas noches pasó
esto o aquello? Y luego qué, nada, no se volvió a repetir. Entonces, a no
preocuparse, la tercera edad se manifiesta de maneras muy sorprendentes a
veces. No vamos a entrar en otros temas más personales e íntimos para no
confundir a los muchachos, pero todo se va encauzando poco a poco. Solo diré
que tenemos que prestar más atención a nuestra higiene, usar perfumes suaves y
delicados cada día, nada de dejarlos para ocasiones especiales, ya no habrá
muchas! Vestir ropas holgadas, las que no somos delgaditas como adolescentes, y
elegantes, dejar los tacos demasiado altos y calzar cómodos y primorosos
zapatos que no nos martiricen, se nos notaría en la cara y no queremos nada de
eso, tenemos que lucir como reinas!