Adela estaba desolada. No sabía como habían
llegado a producirse esos acontecimientos, y me lo contaba esa tarde lluviosa
de sábado, mientras tomábamos mate.
“Las sonrisitas me llamaron la
atención, pero no les di importancia porque estaba apurada por comprar, me
esperaba una limpieza general esa misma tarde, así que pedí lo de costumbre al
carnicero y una vez recorrido el local con lo que había ido recolectando en las
góndolas, fui a la caja a pagar. En uno de los pasillos, el repositor me dijo,
al pasar, ¿cuándo? Yo lo miré sorprendida y le contesté, ¿cuándo qué? Desvió la
mirada, como decepcionado, y siguió con su trabajo.
Al día siguiente, en la verdulería,
el empleado que me estaba atendiendo insistió en acompañarme con las bolsas
hasta mi casa, con la excusa de que iba muy cargada. Le dije que sí a
regañadientes, pensé, quiere una propina, en fin, total es una cuadra. Quiso
entrar en el ascensor y lo frené con dos pesos en la mano. Se me quedó mirando,
dio media vuelta y sin un gracias, salió por la puerta que le abría el
encargado.
Las chicas de la tienda
murmuraban entre ellas mientras yo esperaba mi turno para pagar en su máquina
de “pago fácil”. Como son hermanas, es natural que tengan temas en común para
hablar en voz baja, sin que los clientes escuchen. Cuando llegó mi turno,
apenas me saludaron y sin mediar palabras me dieron el vuelto y las facturas.
Ya a esta altura de
los hechos, comencé a pensar que algo raro estaba pasando con la gente del
barrio. Lo comenté con el diariero, que tiene su puesto casi en la puerta de mi
edificio, y al que conozco desde hace más de treinta años. Y él, bajando la
cabeza y casi con vergüenza, me dijo, es que andan diciendo que usted hace
favores a los pibes”.
Wuau Wuau wuau, los chismes de barrio son los peores, cuando aparecen se extienden y ya no paran.
ResponderEliminarEs horrible, no sé como podrá solucionarlo pero le quedan unos días de enfados y tristeza...
Muy buen relato Cris:)
Qué casualidad Nieves! Recién pude entrar a tu blog y te dejé comentario, gracias por visitarme siempre, un abrazo!
ResponderEliminarMARIE CRIS
ResponderEliminarDesde ayer que me decía: tengo que ir al blog de yangus para comentar sobre el post del riachuelo, y al pasar, te ví acá, y me hace bien. Antes de comentar este cuento, ¿viste el de LAO sobre los barriletes ? ¡qué lindo¡, ¡qué linda es la infancia¡, ahora me doy cuenta de como los chicos guardan profundamente de por vida, una impresión de algo que los grandes les dejamos. Ojalá nena, dejemos buenas huellas, vos lo hacés con tus chicos, nietos, yo, jaja, con mis animales.
Sobre el chisme: hay un cuento que dice que a un pobre burrito lo tiraron a un pozo, y mientras lo intentaban ir enterrando, tirándole tierra encima, él fue subiéndose arriba de la misma tierra, pisando sobre lo tirado y pudo salir a flote. Creo que el chisme sobre nosotros nos sirve para ponernos a prueba, para alcanzar el verdadero amor por nosotros mismos (el sano, el del SER) sin que nos afecte la opinión de los demás que es volatil, caprichosa, y a veces mal diciente y superficial. La cosa es lograr no hundirse en el pozo, jaja, baci carisima, te quiero nena
Que fácil es hablar de más. Que maldad tiene la gente, pueden destruir una familia con el sólo echo de chusmiar de más.
ResponderEliminarUn abrazo María Cristina.
mariarosa
Hola Magú, sí ya pasé por Lao y Gustavo, este es un cuento, por suerte no me pasó (creo eh?) ja ja ja, un abrazote!
ResponderEliminarHola Mariarosa! Los chismes pueden dañar mucho en la vida real, por suerte en los cuentos son para entretener nomás, un abrazo!
ResponderEliminarUna verdadera pena, ser centro de los chismes de gente desaprensiva sin nada qué hacer.
ResponderEliminarMagnífico relato, felicitaciones.
Besos
In-cre--i-ble!
ResponderEliminarHasta dónde puede llevar y llegar la fuerza de un chismorreo de vecindario.
Pero bien, este mal, endémico y pandémico, ocurre desde que el mundo es mundo. Y caiga quien caiga. Allá, los 'diarieros y los pibes'.
Aquí, los quiosqueros, chachos, chachas, diseñadoras, fontaneros.
Ojo que te cuelguen el 'sambenito' y no sea suficiente hacer oídos sordos a las habladurías.
Besos, Mª Cristina
Es dura la maledicencia Verónica, este relato es ficción pero tiene su base en un hecho real, un abrazo!
ResponderEliminarHola Pili, los chismes malintencionados no tienen retorno, pero el tiempo se ocupa de mostrar la verdad de las cosas, por lo general. Un abrazo!
ResponderEliminarHola Maria Cristina. Si. Lamentablemente hay gente asi. Gente que por ahi ve una cosa y se hace toda una historia. Se ve que no tieien nada que hacer jaja
ResponderEliminarTe mando un abrzo
Hola Boris, tanto tiempo! Voy a ir a pesar de mi rechazo vampiresco, ja ja ja, un abrazo!
ResponderEliminarSí Gustavo, hay mucha gente mirando pasar la vida nomás, un abrazote!
ResponderEliminarHola, María Cristina:
ResponderEliminarVaya lengua viperina del que tuvo la osadía de inventar un chisme así, vergüenza debería darle.
Un abrazo.
Hola Rafael, hay de todo en todos lados, un abrazo!
ResponderEliminarLa verdad es que los chismes son terroríficos, porque pueden hacer mucho daño. Lo mejor de todo es no difundirlos ni hacer caso de ellos. Un fuerte abrazo María Cristina, y feliz Domingo.
ResponderEliminarHola Pepe, es así, a mí me pasa que si alguien viene a contarme algo sobre otra persona, lo primero que me pregunto es, para qué me lo cuenta? Y nunca juzgo por los cuentos a los demás, un abrazo!
ResponderEliminarHermoso relato . El poder de los chismes es infinito y cada uno que lo cuenta va añadiendo algo a lo anterior.
ResponderEliminarUna vez un profe le dijo en secreto a un alumno, Isabel y Fernado, tuvieron una hija que estaba loca, y se caso con Felipe el Hermoso , "iros contando en secreto unoS a otros,
El primer alumnos cuenta " una vez una reina loca se casó con un tío guapo"...este se lo cuanta a otro alumno "una vez un maricón volvió loca a su mujer".... así hasta que llegó el Ultimo alumno , le pregunta el profe ¿Dime que es lo que te ha contado tu compañero? Si "me ha dicho que usted es un hijo de puta....Así suelen ser los chismes,
Besos.
André, ese juego lo hacíamos en grupos de chicas, alguien murmuraba en un oído algo inteligible y se repetía lo que creía escucharse, el final eran unas tremendas carcajadas porque no tenía nada que ver con el mensaje inicial, gracias por tu humor, un abrazo recuperatorio!
ResponderEliminarQue linda eres Mª Cristina, eres como San Francisco de Asís.¡Cuanto tengo que aprender querida amiga.
ResponderEliminarUn abrazo. Dios te bendiga.
ASI SON LOS CHISMES, QUE TERRIBLE NO!!! PORQUE EL ULTIMO EN ENTERARSE SIEMPRE ES EL PERJUDICADO.
ResponderEliminarEXCELENTE TEXTO, MUY REAL.
UN BESITO MARIA CRISTINA.
Marian, ojalá todos fuéramos mejores personas Marian, gracias por tu bondad, un abrazo!
ResponderEliminarHola Luján, lo mejor es sonreir y dejar pasar el tiempo, que pone las cosas en su lugar, un abrazo!
ResponderEliminarHOy voy de paso, solo es para felitarte a ti y a todos los argentinos por la elección de nuestro nuevo Papa.¡¡Que contentos estareis! Yo tambien lo estoy y mucho.
ResponderEliminarUn beso María Cristina
Gracias Ma de los Angeles, la sorpresa y la emoción fueron grandes, un abrazo!
ResponderEliminarLos chismes! quien no ha sido víctima alguna vez de ellos, la malicia y el morbo de la gente es lo que más abunda en todos lados, y por lo general quien se entera último de la difusa información es el protagonista.
ResponderEliminarGenial relato, amiguita!
Abrazos alados.
Gracias Dianita! Es una alegría haberte recuperado, abrazo!
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