LA VISITA DE MI NIETA

              Ahora ya tiene seis años, me asombra cada día más, si bien tiene las cosas propias de la edad, se maneja con una soltura increíble. Dado que yo estoy siempre algunos días de la semana en su casa, son raras las visitas a la mía. En este caso sus papás tuvieron una salida y la dejaron algunas horas a mi cuidado. Hasta hace muy poco se cohibía al encontrarse con su tío padrino, mi hijo más chico que alterna mi casa con la de su novia, aun no se decidieron a convivir en forma permanente. Ayer fue totalmente distinto, lo trató de igual a igual, jugaron al preguntado en la tablet y se pelearon como corresponde y se amigaron luego mediante una elección de corbatas muy acertada por parte de ella, mi hijo estaba anonadado y complacido por el cambio producido en su sobrina. Como está al tanto del perrito del piso de arriba y sus derrames, me decía, “abuela no sé cómo podés soportar a estos vecinos terribles”. Me hizo mucha gracia, pero justo ayer no hubo llovida indeseable y pudo disfrutar de mi balcón para sus juegos, pasos de comedia personales y demás. Comenzó un diario personal con el título, “Soluciones para el amor” y me pidió consejo sobre sus dos novios y a cuál elegir, le recomendé al que la trata bien. Soportó estoicamente sin dormirse hasta la una de la madrugada en que llegaron sus papás a buscarla, sorprendidos de encontrarla en pie.