Mi anterior post trató sobre la
felicidad de dar. Bueno, charlando con
mi amiga Irene hace unos días atrás, hice un descubrimiento no muy agradable
sobre mí, que resultó ser la otra cara de mis buenas intenciones. Resulta que
la conversación versaba sobre salir a comer con amigas y compartir. Ella me
contaba que le disgustaba la manera en que una de ellas se comportaba. Pedía un
plato en exceso suculento para ella sola y luego dejaba la mitad. Ante la
pregunta de por qué no lo repartían entre las dos, su amiga le contestó que lo
dejaba para los pobres. El problema residía en la manera en que alguien que lo
necesitara pudiera acceder a esa comida. Si el restaurante lo descartaba, ¿cómo
entonces se podría cumplir su buen propósito?
Mirando entonces mi propio comportamiento vi que en mi caso ¡de ningún
modo me dejaría convencer de compartir mi postre!
Ah, no... Yo comparto lo que sea, pero no el postre! Eso no.
ResponderEliminarRespecto a lo otro, los ricos lavan sus conciencias de maneras insospechadas.
Otro abrazo.
Yo también soy como Sara, los potres me cuesta comparirlos ;)
ResponderEliminarPero digo yo que debe haber otras formas de ayudar que no sea dejar tus sobras en un plato no?
Hacerse voluntaria, ir una vez a caritas o alçgun punto de recoguidas de alimentos y regalar productos no prerecederos y en buen estado, los juegues que tus niños abandonan casi nuevos... en fin creo que cualquier cosa es mejor que dejar tus sobras en un plato, a mi eso no se me ocurría hacerlo, yo soy de la que piso lo justo y suficiente para todo lo contrario... para que no sobre nada.
Un besito Cris... y que vivan los postres!!!!
Hola Cristina.
ResponderEliminarNo podría negarse que el comportamiento de esa persona es original… Original en pedir más de lo que puede abarcar. Original en el planteamiento que lo justifica. Original en el reparto, sino de la riqueza sí en lo que a ella le sobra. De todas formas hay que reconocer que no todos estamos libres de comportamientos “originales”.
Ayer mismo comimos en una cafetería mi esposa y yo, cuestión de poco tiempo para ir después a la peluquería. Ella pidió un bocadillo… El bocadillo era por lo menos para dos, aunque al final de lo comió. Mi primer pensamiento al verlo fue que esa mitad “sobrante” sería muy bien venida por cualquiera de las personas que últimamente se asientan en nuestras calles pidiendo la voluntad… para comer.
No, no me levanté de la mesa para ver si veía a alguna de ellas. Cierto que practicamos, muchos, un cierto compartir, y que sería grato y necesario poder ampliarlo pero… Son variadas, y ciertas, las razones que hacen que las cosas estén como están. En las calles de cualquier ciudad, en el país y en el mundo entero.
Se las conoce por: la condición humana. Y con ella tenemos que lidiar. Cada quien de acuerdo con su conciencia y/o posibilidades.
Un fuerte abrazo, amiga.
ja ja ja, veo que las chicas tenemos opiniones similares, el postre jamás! Gracias Sara, un abrazo!
ResponderEliminarSi Nieves, mi amiga Irene piensa lo mismo de su amiga, cuando me lo contaba estaba indignada, pero cada quien es como es, qué le vamos a hacer. Y me encanta que estemos de acuerdo, los postres tienen dueña! Un abrazo!
ResponderEliminarAcá como en otras partes está la cadena de comidas McDonalds, a veces entran chicos a pedir y uno les comparte, lo más apropiado sería comprarles algo pero el momento no lo permite y darles dinero se sabe que se lo sacan sus mayores, así que se hace lo que se puede, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarSiempre es bueno ser comedido y racional en nuestro comportamiento gastronómico y no sobrepasarse en excesos que no llevan a ningún lado.
ResponderEliminarBueno...Lo de Postre es verdad que son Palabras mayores a la hora de zampárselo y no dejar rastro en el plato.
Abrazos y Besines.
Bueno Pedro, podemos sumarte al club de las chicas con los postres! Un abrazo!
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ResponderEliminarCreo que muchas personas no valoran la comida. La mayoría de las casas de comidas dejan el sobrante de los platos para la basura. Solo se entrega a los pobres lo que queda en las bandejas y que nadie tocó.
Los postres hay de todo tamaño, y si no sos muy golosa es natural que pidas uno grande y lo compartas. Y si puedes comer sin problemas...¡adelante! y buen provecho.
Rosa
ResponderEliminarRecordé algo que este verano me llamó la atención y que antes no sucedía en las casas de comida. Nos ofrecieron llevarnos lo que había quedado en la fuente, nos lo envolvieron y lo entregaron. Recuerdo una amiga canadiense que me contaba que en su ciudad era normal ese proceder, para mi fue nuevo.
Por lo menos así lo entregas a quien lo necesita o lo comes en la cena.
Rosa
No tengo dudas de que el postre es jugar con la propia identidad para una mujer, generan una posesión tal que es imposible que lo compartan. Para Adela mi esposa uno o dos postres ¡no se los pierde cuando salimos a comer! Saludos María Cristina!!!
ResponderEliminarSí Rosa, tal vez esa amiga de mi amiga conoce esa modalidad y piensa en serio que será pasado a quien lo necesite lo que deja en su plato y uno es el mal pensado. Tenés razón, acá no estamos acostumbrados pero de a poco en los lugares de comida te ofrecen llevar lo que no comiste, en cuanto a los postres, si pedís uno de esos barcos enormes, seguro es para dos cucharas! ja ja ja, un abrazo!
ResponderEliminarVamos Adela todavía! Un abrazo Lao!
ResponderEliminarMARIE CRIS
ResponderEliminarHay que decirle, que la comida se tira y ya está contaminada, pero hay restaurantes (no los de canilla libre) Donde se puede pedir que se envuelvan las sobras del propio plato, (en las CAÑITAS se usa, y son restaurantes caros y comensales pudientes), entonces si, a la salida, se la da la media milanesa al que uno quiere, pero como ella dice no sirve. Yo del BURGER o de MC DONALD me llevo mi azúcar y mis medias lunas y se las doy a los pobres pero cuando salgo. No está informada
bueno nena beso
Puede ser falta de información o un poco de glotonería jajajjaja
ResponderEliminarTomando el tema en serio, es triste pensar en sobras , me gustaría màs que comiera menos y se diera el inmenso placer de compartir algo rico y limpio con alguien que no tiene. Sobre el asunto de los postres...mejor no opino Ñam!!
Magú, viste la nueva modalidad de las heladeras sociales? Se está imponiendo gracias a la idea de un dueño de restaurante y me parece bueno que la comida se conserve en frío hasta que la retire quien la necesite, un abrazo!
ResponderEliminarViste Lyliam que los postres no tienen socios? Por lo demás, tenés razón, un abrazo!
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