CUANDO SENTIMOS QUE NUESTROS HIJOS SE ALEJAN

Creemos que tienen ocupaciones, que no disponen del tiempo, que por algún motivo no nos ven. Buscamos excusas para todo lo que pensamos y sentimos. Y llega un día en que caemos en la realidad, algo concreto los alejó. Y empezamos a cuestionarnos todo, si dije esto o aquello que ofendió, si no estuve sincera en la comunicación, si no me interesé por alguna cuestión que consideraban importante para ellos. No todo lo que expresamos a veces tiene la misma llegada, los sentimientos son intransferibles, una palabra nuestra no es recibida tal cual por el otro. O quizás sean los años nuestros que nos vuelven más sensibles y vemos fantasmas de ausencia. En mi caso concreto, se trata de mi hijo del medio, con quien tantas veces hemos tenido diferencias pero que no llegaron a distanciarnos, hoy en día no le encuentro explicación a su frialdad para conmigo. Y no quiero creer que es por las famosas cuestiones políticas, eso nunca fue problema para el cariño esencial entre los dos. Siempre esquivé como pude las discusiones, quizás a él no le hayan caído bien mis salidas con humor de esas delicadas situaciones y piense que debería tomarme en serio su posición ideológica y lancear de igual a igual. Bueno, eso no va a pasar, yo respeto sus ideas pero no las comparto. Y él debería aceptarlo y quererme como soy, tal cual como yo lo quiero.