¿Te acordás…? Así empezamos con mi
hijo la charla, uno de estos días en que la cuarentena nos encuentra con más tiempo
compartido. Y afloraron las anécdotas de uno y de otro, y en un momento dado
nos dimos cuenta de que episodios tristes o dolorosos, se hacían más livianos y
hasta llevaderos en el recuerdo. Incluso los agraviantes los comentábamos
sonriendo, con el agregado humorístico…”qué h…de p…”. Es bueno saber que no
solo podemos olvidar y perdonar, sino incluso revivir temas sensibles y
sobrellevarlos con una sonrisa de comprensión, como si el dolor se trastocara,
no dejando que ni una gota de rencor nos manche el presente. Es como un baño de
frescura muy saludable, sin necesidad de la armadura que solemos cargar en
algunos casos para que no nos lastimen. Y enlazarlos con situaciones alocadas y
hasta ridículas que nos hicieron desternillar de la risa. Ah! Cuánto alivio y
gratitud se sienten después.
Eso de reír está muy bien. No dejéis de hacerlo nunca.
ResponderEliminar<un fuerte abrazo
Es el mejor remedio para los males, Ma de los Angeles, un abrazote!
EliminarSoy risueña y me río hasta de mi si no tengo una buena historia a mano. el rencos envejece y se pone rancio. Abrazos alegres
ResponderEliminarTenía una tía que me decía, "vos te reís con todos, quedás bien con Dios y con el diablo", y yo me reía de eso también, es una postura ante la vida, un abrazo Ester!
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ResponderEliminarhola yo soy de las personas que ve la botella medio llena y me encanta reir. Saludos
El optimismo ayuda más que el realismo en muchos casos, un abrazo NaNy!
EliminarFíjate que no puedo comentarte.
ResponderEliminarHe hecho dos intentos y me sale una leyenda que "no reconoce la página"
A ver este tercer intento.
Besos.
Eureka! Jajaja. Y los otros intentos... Había escrito bien extenso. Pero en resumen... Que nos ha pasado también a mi hija y a mí. Incluso las confesiones de travesuras que me hizo. Fugas sin permiso, con las primas y primos, que se guardaron como súper secretos... Etc.
ResponderEliminarHa sido positivo este tiempo para nosotras. Lo hemos aprovechado mucho.
Un abrazo muy grande.
Sara, ayer mi hijo me hizo actualización porque no me reconocía mi propio blog, estaba como invitada, será ese el problema con el que te encontraste, por suerte lo tengo a mano aun, cuando se mude, mandaré señales de humo, jajaja. Qué bueno que te enteraste de las travesuras cuando ya pasó el tiempo, te salvaste de disgustos y agregaste alegría al presente, estas pausas tienen lo bueno del acercamiento que no se se da muchas veces por la super actividad de la vida moderna, me alegra mucho Sara, un abrazote para vos y tu hija!
EliminarEl rencor no conduce a nada bueno, te va envenenando la sangre y eso es malísimo. No se puede vivir con ello. Es mejor olvidar o perdonar. Se gana mucho más.
ResponderEliminarUn abrazo
Es así Rita, el rencor solo perjudica a quien lo siente, poder superarlo libera y gratifica, un abrazo!
EliminarEs una excelente y necesaria terapia... Pero hay que haber alcanzado la madurez necesaria para poder vivirla.
ResponderEliminar"...sin necesidad de la armadura que solemos cargar en algunos casos..."
Abrazos Cristina.
El tiempo es el gran sabio, Ernesto, poder tomar lo bueno que nos brinda es liberador, un abrazo!
EliminarSin duda cris esto pasa porque eres una mujer de gran corazón y nada rencorosa porque hay mucha mucha gente que guarda el rencor durante años ... o incluso hasta su último día
ResponderEliminarTe felicito por ser como eres ... genial
Es que el rencor es malo para el que lo siente, Nieves, aliviar el alma es sanador, gracias, un abrazo!
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