El Negro tiene la
mala costumbre de eructar en medio de una comida, sin importar quiénes estén
delante. El dice que en la antigüedad era signo de buena educación, como
muestra de lo bien que se había servido una mesa. Nadie ha logrado convencerlo
de que los años han cambiado esas ideas por otras muy diferentes y que debe
taparse la boca y disimular lo mejor posible un incipiente eructito. Así que
las peleas con su mujer por el tema son interminables. Estercita no le tolera
esos malos modales, sobre todo porque ha sido educada en un colegio de monjas,
con todo rigor. Sus hijos, adolescentes ya, son el resultado de esa unión
estrafalaria, por lo tanto, uno actúa como la madre, dulce y delicado y la otra
como el padre, feroz y mal entrazada. No se podía pedir nada peor para este
clan familiar. Cuando llegan las fiestas de fin de año y tienen que planear el
encuentro con el resto de la parentela, todo son reparos. (Tenemos que aguantar
a ese maleducado). Y ahí hace su aparición el Negro, vistiendo, para sentarse a
la mesa, una camiseta, unos shorts de baño y ojotas. El dice que bastante tiene
con uniformarse el resto del año para repartir soda casa por casa, que
lo dejen tranquilo disfrutar del placer de vivir cómodo en su propio hogar, y
vocifera ¡Por qué no me dejan de jorobar un poco eh, manga de mantenidos! Pega un
puñetazo en la mesa y se termina la cuestión. Todos comen con la cabeza gacha.
Al fin y al cabo, en esta familia, es el único que trabaja.
Buen relato. Muy real. Un beso
ResponderEliminarGracias Susana, para sonreir también un poco, un abrazo!
EliminarJajaja, el relato está muy bien ordenado, cuando ya nos molesta el "Negro" le das la vuelta y tenemos que reconocer que puede hacer lo que quiera. Abrazos
ResponderEliminarNo es cierto? jajaja, gracias Ester, un abrazo!
EliminarExcelente relato. Gran escritora que sos.
ResponderEliminarSi los mantiene a todos, poco podrán decirle.
En cada cultura los modales son diferentes. Lo que en unos es correcto en otros no.
Gran abrazo.
Gracias Sara! Un poco de humor y verdad, no? un abrazote!
Eliminarjajajajajajajja, hasta algo de razón tiene, jajajajajajaj
ResponderEliminarPaz
Isaac
Te hice reir Isaac, gracias, un abrazo!
EliminarQue bueno!!! Muy bien relatado y con mucha parte de verdad. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Chelo, un abrazo!
EliminarUn placer leerte, pero creo que el Negro tendría que tener en cuenta que no vive solo en casa, y que la comodidad no está reñido con la buena educación.
ResponderEliminarUn abrazo
La buena educación es lo que le falta, Rita, un caso serio este Negro, un abrazo!
EliminarUna persona que quiere seguir siendo mal educado. Lo peor es que alguno de sus hijos sigue las mismas normas.
ResponderEliminarFelicidades por el día de la madre, nosotros lo celebramos el primer domingo de mayo pero este año pasó desapercibido, esperemos que el próximo sea mejor.
Aunque sea por telefono, dale un besito a Sol y un gran abrazo para ti.
Es para entretenernos un rato, al Negro lo inventé para salir un poco de esta realidad. Gracias por el saludo, Ma de los Angeles, le doy tus besitos a Sol, un abrazote!
ResponderEliminarAunque lo hayas inventado, María Cristina, personas así... de que las hay, las hay.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya lo creo, Rafael, un abrazo!
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