Al lado de casa vivía Sarita, una maestra que se hizo amiga de mi mamá y gracias a la cual no se sintió tan sola. Muchas veces las veía conversar bajito haciéndose confidencias, cuando yo me acercaba me hablaban a mí. Mi mamá se preocupó siempre porque tuviera mis libros de cuentos para leer, cosa que me fascinaba. Y Sarita era la consejera para las compras y también la promotora de hacerme dar libre primero inferior. Ella me enseñó los primeros garabatos y luego las letras. Así que yo, a punto de cumplir los seis años, era la más joven de primero superior. La falta de madurez no se notó hasta el final de la etapa primaria y el comienzo del secundario, adonde llegué antes de cumplir los doce. Entonces tuve que recibir clases de apoyo de la misma Sarita, que tenía en su casa alumnos particulares por la tarde. Eramos un grupo de seis o siete, según la rotación, pero el que nunca faltaba era Juan Carlos, un vecinito de pelo rubio y ojos azules, se sentaba a mi lado y me deleitaba con su fragancia a recién lavado con jabón Lux. Sarita era muy severa con la disciplina y tenía preparado un bonete de burro con orejas de piel para el que charlara. Una tarde vino una mamá a hablar con ella, entonces nos previno que trabajáramos en silencio, de lo contrario saldríamos todos al pasillo con el gran bonete. Nunca pude perdonarle el que me obligara a salir a mí también, siendo que había permanecido muda para no tener que sufrir el castigo. El papá de Sarita tenía taxi, era un Chevrolet de color azul oscuro. Los fines de semana nos llevaba a pasear a mi hermano y a mí en la época en que mi mamá y mi papá trabajaban. Ibamos a Ezeiza, a la Salada , y no recuerdo a cuántos lugares más. Esos paseos aliviaban nuestras penas. Don José , su esposa, Doña Tomasa y Sarita eran como abuelos y tía postizos, pero más cariñosos. Dentro de nuestra familia, las demostraciones de afecto no eran frecuentes, salvo mi mamá, el resto era distante. Eso no quería decir que les fuéramos indiferentes, se ocupaban de nosotros de distintas maneras. Con mi tío Juan aprendí a bailar el fox-trot y el baión, el tango nunca pude aprenderlo, me costaba mucho seguir los pasos. Mi tía Rosa fue mi compañera de cine, y ya en la adolescencia se animó a llevarme a una casa de té y baile de mayores, yo representaba más edad. Cuando algún compañero bailarín me preguntaba cuántos años tenía, yo contestaba dieciocho, siempre. Creo que tuve esa edad durante tres años más o menos.
MARIE CRIS
ResponderEliminarHermoso relato de tu infancia
¿en serio bailás el fox trox?
´mi ídolaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
me encantaaaaaaaaaaaaaa
me encanta todo lo relacionado con cualquier tipo de jazz antiguo, a mi me mandan invitaciones para ir a bailar a fiestas swings (de todas las edades) te las enviaré, son bailes divinos
che marie cris
pasá esta semana por el de stanley kowalsky que es de cine, precioso
bue, beso nena
Pero Magú, si le escribo a Stanley, ya somos como chanchos, ja ja ja, gracias, es parte de mi relato La sillita, una historia de mi familia que la hago de a retazos.
ResponderEliminarhermosa historia nena
ResponderEliminarbeso
Hola guapa..la infancia siempre regresa a nosotros, gracias por este bello texto, un placer, buen sábado, besos melancólicos..
ResponderEliminarEstos recuerdos de infancia y adolescencia son tan tiernos, me encantan! Quién no tuvo una Sarita o algo parecido? Muy cálida tu forma de escribir.
ResponderEliminarGracias a Magú por su publicidad, jajajaja!!
Un placer visitarte María Cristina!
BESOTES Y BUEN FINDE!
Gracias Don Vito y Stanley, Magú es una verdadera agente de prensa, amiguera entrañable, un beso a ambos
ResponderEliminarva acá, nena
ResponderEliminarrima el blog de maría cristina
tiene esencia femenina
el blog de maria cristina
como abuela su experiencia
como esposa su paciencia
como simple ama de casa
a la ropa estruja, amasa
cuando está muy pensativa
y se pone creativa
cuando juega en algún grupo
quizás nunca bien lo supo
pero es lider convocante
si la luna está menguante
marie cris la hace brillar
magú trench de bassetti
adelanto del cumple de marie cris
GRACIAS MAGUUUUU!!!!! Sos una gran persona, pensás siempre en tu prójimo y alentás la comunicación, podrías ser la hermanita gemela de Claudio. Hace ya dos años que no estrujo ropa, gracias a mi voluntad de cambio, besitos miles para vos, Fernando y tus pichichus.
ResponderEliminarjaja
ResponderEliminarbeso nena
yo si la estrujo, jaja
beso
Son etapas Magú, paciencia que todo pasa, un beso grande
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