ASPIRAR A JUAN CARLOS
Yo tenía ocho, él nueve. Olía a jabón Palmolive, su piel blanca sonrosada y su pelo rubio con rulos eran mi debilidad. Me sentaba cerquita para aspirar su aroma a recién lavado.
Sus ojos celestes transparentes rara vez se fijaban en mi costado, pero cuando lo hacían, me achicaba en el asiento de la vergüenza. Quería hacerme invisible, mi única aspiración era aspirarlo. Hacíamos las cuentas codo con codo pero sin tocarnos, un hilo invisible era el espacio entre los dos.
Por más que me esfuerzo, no recuerdo a los demás compañeros y compañeras en esas clases particulares de media tarde, tres veces a la semana. Mi mundo era Juan Carlos y su aroma. Supongo que los demás se darían cuenta de mi estado emocional, pero nunca me lo hicieron notar. Y yo vivía para esos encuentros, interminable espera durante el fin de semana hasta el lunes. Ah, los lunes… Yo volvía a nacer, me preocupaba que no me viera desarreglada, con los zapatos sucios, o alguna arruga en la pollera.
Nunca cruzamos una sola palabra, no sé si él habrá reparado en mí alguna vez, pero fue mi novio por dos años.
Completamente enamorada.
Hola Cristina, como pudiste estar dos años callada... tierno recuerdo aromatico. Un abrazo
ResponderEliminarFue mi primer amor, y como casi todos los que tuve, unilaterales, ja ja ja es cosa del destino, un abrazo Lapislazuli.
ResponderEliminarNieves
ResponderEliminarCristina, me has echo recordar al mío... Se llamaba Ángel y mi gran momento del día era asomarme a la ventana de la clase y verle llegar con su bici con aquel pantalón vaquero y la camisa de cuadros, ay que que gustaba...
Gracias por hacerme recordar esos momentos de inocencia y de ese amor platónico que no olvidamos.
Besitos :)
MARIE CRIS
ResponderEliminar¡Qué hermoso¡
asi somos las nenas, románticas, enamoradizas hasta la muerte. A mi me gustaba también un compañerito de colegio que se llamaba lucio, él nunca lo supo, luego se hizo sacerdote, luego abandonó los hábitos. y era el abanderado de la escuela, yo también lo aspiraba pero en realidad aspiraba a ser como él, jajjaa
un beso de nena con sellito de kitty /que en nuestra época no había, jaja
beso nena
Qué lindo es tener estos recuerdos no? Gracias Nieves, me alegra haberte hecho volver a tu infancia, uno debiera volver seguido ahí, un abrazo.
ResponderEliminarHola Magú, parece que Lucio se lucía, las chicas tenemos estos recuerdos románticos, tal vez ellos también pero no lo cuentan tanto, no? Un abrazote.
ResponderEliminarmarie cris
ResponderEliminarum, no se, ¿ellos se fijarían en nosotras?, ¡qué se yo¡ pero son recuerdos imborrables, y el perfume palmolive queda
gracias por lo de vallas ¡qué papelón, se la mandé a todo el mundo¡ ug
Que recuerdo compartes...me emocionaste!
ResponderEliminarGracias por contarlo, y hacernos saber de tu infancia.
Un abrazo.
Pero Magú,nadie les da bolilla a las faltas de ortografía, son para mi época, ja ja ja, un beso grande
ResponderEliminarGracias Remei, y mucha fuerza para seguir adelante! Un abrazo.
ResponderEliminarhola mami! dos cosas me inspira esta prosa...
ResponderEliminarla primera es que ahora entiendo porque estuve de novia 5 años con un chicos que trabajaba en Colgate Palmolive.....
la segunda es que realmente es una añoranza de toda una epoca de nuestra historia en que la gente honraba el aseo y las colonias, no tenian que ser caras, sino todo lo contrario, pero se cuidaban mucho de como olian....habria que preguntarles a las niñas de hoy si tienen tanta suerte olfativa como vos!!!
un beso grande
sandra
ja ja ja, mami pensá que a Juan Carlos seguro lo lavaba la madre, eso se hacía a esa edad, te agarraban de las orejas y te llevaban hasta el jabón! El orgullo de las mamás eran sus hijos primorosos, yo iba a la escuela con mi delantal con tablas almidonado con Colman, imaginate el trabajo que daban las nenas. En cuanto a esta época, hay de todo y los desodorantes salvan las papas! Besitos mami.
ResponderEliminarutopías juveniles, digamos,
ResponderEliminarun relato entretenido
saludos
¡Que lindo!¡que bien que relatás esa hermosa etapa de la vida! Pasé por ella. Los mejores recuerdos, entre otras cosas "el no animarse a hablar". Muchos saludos.
ResponderEliminarGracias Omar, un placer recibir la visita del poeta, un abrazo.
ResponderEliminarO sea, a los chicos también les pasa! Ya me parecía que no era solo a nosotras! Un abrazo grande Lao.
ResponderEliminarlos amores silenciosos son eternos
ResponderEliminarperdona, pero el mero hecho de no dejar comentarios no es sinónimo de que ya no leamos tu blog, seguimos en contacto, a ver si vuelves a nuestro blog con comentarios y seguimos la fiesta. esta vez has vuelto a lanzar un buen articulo. adelante pues.
ResponderEliminarBienvenido Joaquín a mi blog, ahora voy a visitarte también, y comparto ampliamente tu visión, gracias.
ResponderEliminarChicos de Penyabogarde, todo lo contrario, soy yo la que no comprende bien su idioma, por eso a veces me cuesta comentar, agradezco la visita como siempre, un abrazo y los sigo con su alegría.
ResponderEliminarQué hermosa historia... Un amor de la niñez o juventud.
ResponderEliminarYo también tuve uno, se llamaba Juan Carlos Rumbero, fuimos novios desde los 4 a los 8 años, y él sin saberlo. Cuatro años!!, nunca más supe de él.
Me encantó.
Un besazo, reina.
Ah!, acabo de leerte en mi casa y venía de nuevo a decirte que "Tomates verdes fritos" es mi peli favorita de la historia del cine. Me alegro que tengas el libro; yo lo leí, pero no lo tengo...
ResponderEliminarBuenas noches, que aquí ya es hora de ir a dormir.
Besos.
Ah bueno, parece que los Juan Carlos arrasaban! Y qué aguante, cuatro años! Un beso grande, Towanda, y gracias por visitarme.
ResponderEliminarSí Towanda, es una de mis favoritas también, tiene todo lo humano ahí, un abrazote.
ResponderEliminartodos hemos pasado esa etapa de sublime entrega en la indiferencia....
ResponderEliminarTodos hemos amado sin mediar palabra
todos hemos sentido el arrebol de las mejillas más de una vez.
Me ha encantado la frase: " un hilo invisible era el espacio entre los dos."
Y así va la cosa. Casi siempre con los hilos invisibles a cuestas.
Una historia deliciosa, un amor de niños, con la gracia y la inocencia que la hacen tan pura. Me encantó. Un abrazo.
ResponderEliminarQué lindo lo que decís Pili, es así la vida, un abrazo grande
ResponderEliminarGracias Alma, la del hermoso nombre, un abrazo.
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