Y TAMBIÉN SE FUE EL ABUELITO FREDDY

             En la madrugada del día de la Patria, el abuelito y bisabuelito se fue, después de un ACV que lo empezó a despedir de a poco, en apenas una semana. Todo se revolucionó a su alrededor, turnos para cuidarlo en su internación, llamadas constantes entre familia con las novedades que se iban sucediendo.  Si la culpa la tuvo el queso de rallar, su debilidad, que le aumentaba la presión arterial, se lo llevó con él. Todos lo aconsejaban, pero él siguió su gusto, las personas que lo cuidaban no podían hacer mucho más. Aun con medicación no se pudo controlar, y el resultado tiene ahora su no vuelta atrás. Entonces nos hacemos el cuentito que le dibujamos a Solcito, su bisnietita de ocho años, él estará de ahora en más junto a la abuela Coca, su esposa, y el abuelo Víctor, su hijo, unidos en una misma nubecita. Y como nos dijo Sol, Coca lo estará retando, ¡Freddy, te dije que no comieras ese queso! Hace un rato mi nietita me escribió que llora desde ayer, juntos jugaban al truco y al buraco y ella le ganaba! El año pasado le festejamos sus gloriosos noventa, lo pasó genial, vivió muy bien, viajaban todos los años a la costa, disfrutaron con su esposa de una buena vida, más allá de pequeños sinsabores como sucede en casi todas las familias. Dos días atrás, mi hijo más chico estaba cuidándolo, el abuelo sacó su mano izquierda de debajo de las sábanas e hizo tres señales, una por ese día, otra hacia abajo y otra hacia arriba. Ya no podía hablar, quiso expresar: hoy me voy para siempre. Bueno, tuvo dos días más, pero ya sentía que abandonaba su cuerpo. Tuvo la delicadeza de esperar un feriado largo para no incomodar demás. Como algunos dicen que en un primer momento andan cerquita, aprovecho para saludarlo, chau Freddy!