Cuando cae la tarde
y el oeste se pinta de escarlatas dorados
me gusta mirar hacia el infinito
imaginando otros soles
otro universo
otra realidad.
Es ahí cuando comprendo
qué poco sabemos
cómo nos asemejamos
a pequeños
guijarros en el cielo.
Es la obra de Dios, y no sentimos asì de pequeños.
ResponderEliminarBuen poema.
un abrazo.
Gracias Gaucho, y a veces nos sentimos tan importantes no?
ResponderEliminarma cristina
ResponderEliminarjusto en estos días estoy haciendo muchos guijarritos en miniatura de crealina y te juro que los estoy pintnado de celeste, no sé por que
Magú, mi nietita estuvo jugando con el colgante de tapitas que me hiciste, estaba chocha, gracias, un beso grande
ResponderEliminarMaría Cristina, jajaja, me alegro, he mutado a otra forma pero solo en este momento
ResponderEliminarveré si sale
ahi voyyyyyyyyy
campanita
Ahora quiero una fila de las mutaciones!!!! ja ja ja
ResponderEliminarharé otro blog más marie cris
ResponderEliminarAcá espero, hermoso homenaje a Elizabeth ojos violetas, besitos.
ResponderEliminares muy bueno. es casi biblico. "multiplicare tu descendencia como las estrellas del cielo..."
ResponderEliminaryo creo que hablaba de algo asi Dios, o no?
saludos!
Gracias Santiago, ahora voy a ver si pusiste algo nuevo, besitos
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